La Romareda, gran plaza. De los estadios que duele ver sin público porque el público lo hace grande, vivo, respetado. No le fue bien a la UD Las Palmas en sus visitas más recientes, en las que únicamente arrancó un empate. El resto, dos derrotas, la del año pasado (3-0) y la de 2015, en la ida de la final del playoff (3-1), cuando más de uno dio por perdido el ascenso que días después se consumó en el Gran Canaria. Quizá esta tarde (15.00 horas, Movistar Vamos), sin la presión de la grada, la historia pueda revertirse.

Para que eso suceda, en todo caso, el cuadro de Pepe Mel debe mostrar su cara ‘A’, la que le permitió competir de tú a tú frente al Leganés y dominar por completo al Fuenlabrada. Son habituales los cambios de tendencia dentro de un mismo partido en función de un gol a favor o en contra, una expulsión o una lesión, pero la bipolaridad que mostró la UD en las dos citas anteriores le costó muy cara: derrota en Butarque y empate agónico el fin de semana pasado después de dejarse remontar un 2-0 en 20 minutos.

Hay un elemento común en los tránsitos que ha experimentado Las Palmas desde lo mejor hacia lo peor: los cambios en las segundas partes salieron rana. Pero lo peor de todo es que no fue una cuestión de nombres, pues variaron de un encuentro a otro, sino del efecto negativo que provocaron en el equipo cuando debía suceder todo lo contrario.

Infografía del encuentro

Una cuestión de cabeza, que unida al hundimiento físico han llevado a los amarillos a sumar un sólo punto en dos jornadas. Hoy, en La Romareda, se esperan resultados. No cabría un tercer tropiezo en la misma piedra, sobre todo cuando en los jóvenes, esos que tiene la nueva UD, radica la mayor capacidad de aprendizaje.

Por lo probado durante la semana en el encierro de Barranco Seco, parece que Pepe Mel optará de inicio por lo que le dio resultado ante el Fuenla, con unas cuentas variantes. La más significativa, el regreso de Dani Castellano, señalado en el gol del Lega, al lateral izquierdo. Le conviene destacar o, al menos, no desentonar, porque Jonathan Silva espera con su ficha del filial debutar el próximo fin de semana ante el Logroñés.

Dorsales ‘locos’

Con 27 futbolistas del primer equipo, y con cuatro jugadores descartados por la entidad con nombre y apellido desde el primer día de la pretemporada sin recibir ofertas que les satisfagan, la UD ya tiene que dar fichas del segundo equipo para cumplir con LaLiga.

Confía en poder solucionar el entuerto antes del 5 de octubre y que todos acaben fuera del club, pero de momento la situación alcanza tintes cómicos: Raúl Fernández figura con el ‘13’ cuando tenía el ‘1’, Mantovani con el ‘9’ de un delantero centro, Rivera con el ‘21’ de Jonathan Viera y Srnic con el ‘22’ de Cedrés, el gran perjudicado que se queda fuera de la convocatoria por tercer partido consecutivo sin entender el porqué.

La otra novedad tiene que ver con el regreso de Aythami Artiles, expulsado en la jornada inaugural, al centro de la defensa. Por lo demás, Mel tal y como defendió ayer en su comparecencia telemática, tiene previsto dar continuidad y confianza al resto, incluido Álex Suárez, errático ante el Fuenlabrada pero con el aval del técnico detrás.

Le ayuda que Cardona, ya recuperado –al igual que Fabio, por lo que la UD no tiene bajas–, se ha dado cuenta de que el fútbol argentino funciona 500 revoluciones por debajo del español y precisa todavía de un proceso de adaptación, tal y como desveló el madrileño en la previa.

El misterio Benito

Si Mel cumple con lo probado, el ataque que habrá de hacer daño al Real Zaragoza será el mismo que hace seis días, con Rober y Pejiño en las bandas, Kirian en la mediapunta y Espiau en la delantera. A él también quiere darle cariño. Sorprendería, una vez más, la suplencia de Benito, un fijo para el entrenador y de lo mejor de la plantilla, pero con un problema gordo: rechazó la oferta de renovación –cobra 100.000 euros brutos y le ofrecieron 150.000– y acaba contrato en junio de 2021.

En frente, el Zaragoza de Rubén Baraja se estrena en la competición. Del lado maño se encargaron de decir que eso es una desventaja; del lado canario, que da igual porque, al fin y al cabo, ambos suman el mismo número de partidos. Lo tenía preparado Pepe Mel. La realidad: que La Romareda pondrá a cada uno en su sitio.

Tras el fiasco en la promoción el cuadro aragonés, renovado, y que tiene las bajas por lesión de Jair, Bermejo, Zanimacchia y James, está llamado a volver a estar arriba. El examarillo Juanjo Narváez y el Toro Fernández son el peligro. Pero la UD lucha contra sí misma.