El novelista huye de la euforia. La UD, tras gastarse 1,2 millones en fichajes, se impuso al gigante Almería -inversión de 21,7 ‘kilos’-. La fe y el coraje no entienden de números. Cinco jornadas sin perder, 182 minutos imbatidos, nueve goles a favor... ”Estamos tranquilos. Más que felices, tranquilos. Ya en Zaragoza y Málaga dimos muestras de una progresión. Competimos en inferioridad. Hoy [ayer para el lector] jugamos contra un equipazo y fuimos intensos, metimos pierna y en todas las posiciones en las que nos querían hacer triangulaciones, impusimos nuestro juego físico”.
Asfixiar a los soldados del luso Gomes. “Casi no nos han creado ocasiones y ahora el equipo crece en mentalidad y confianza. Junto al Fuenlabrada, somos los máximos goleadores de la categoría. La derrota [1ª jornada] ante el Leganés fue porque nos pilló despistados. Hasta la expulsión [de Aythami], fuimos superiores”.
Otro de los méritos de José Mel Pérez es recuperar a Sergio Araujo -tres goles- para la causa. “Es el primer año que lo tengo, porque cuando llegué jugó conmigo el primer partido [ante el Dépor en Riazor], hizo una primera parte espectacular y se lesionó para toda la temporada. Luego en pretemporada vuelve a lesionarse, lo perdimos y se fue a Grecia. Ve que hay un equipo joven, que mete pierna y no se relaja. Se ha subido al carro y tira de él”.
18 amarillas, 126 faltas
Mel justificó sin señalar al colegiado Vicandi Garrido la amplia nómina de amonestaciones (18 amarillas en seis partidos). ”Quiero un equipo intenso. A la UD hay que ganarle, no regala nada (...) Aquí, el que corre y mete pie, juega. Los árbitros juzgan esa intensidad. En algunos lances son severos, pero prefiero eso a ser contemplativos. A la UD antes no le sacaban tarjetas porque no metía la pierna”.
Elogió el trabajo oscuro del cántabro Sergio Ruiz. “No es experimentado, pero ante la baja de Javi y la lesión de Fabio, su aparición fue salvadora. Todos tendrán protagonismo. Es una buena indicación para los que están fuera: ver cómo luchan los ahora titulares”, aclara.
No se traza metas. Urticaria al playoff. Barniz de crudo realismo. Los objetivos aguardan en el día a día. “Lo que pasa cuando el árbitro pita ya es historia”. Anuncia rotaciones para el duelo del miércoles ante el Castellón. La fórmula que ya lució en el poscovid. “Ustedes conmigo lo tienen sencillo. Tuvimos once jornadas tras el confinamiento y vieron lo que hicimos. Nuestra cota debe ser el siguiente partido. Sería un imprudente y muy torpe si le dijera a los futbolistas que hay objetivos grandes. El equipo me transmite tranquilidad. El miércoles no sé lo que va a pasar, solo sé vamos a competir”.
