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Remontada de actitud y fe

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Remontada con rectificación

La UD, que se marcha al descanso con un 0-2 y tras ofrecer una imagen penosa, da la vuelta al resultado con un cambio de actitud y de juego en la segunda parte y lo goles de Rober, por partida doble, y de Espiau.

El fútbol, entre otras muchas cosas, es una cuestión de actitud. La de la UD en la primera parte fue penosa. Por eso, y por un planteamiento errático de Pepe Mel, que llegaba al partido frente al Sporting con el agua al cuello, se fue al descanso con un 0-2 en contra por un doblete de Djuka tras na nueva demostración de la endeblez defensiva de Las Palmas, que puso mucho de su parte tanto en el penalti que sirvió para que los asturianos se adelantaran como en el segundo tanto, que parecía definitivo. Sin embargo, algo debió encender el técnico en los suyos, y en su propia cabeza, que los amarillos regresaron al campo con otra cara, otros nombres, y otra disposición táctica para remontar el choque con dos goles iniciales de Rober y otro final de Espiau, el héroe de una noche para recordar (3-2).

La revolución de Pepe Mel empezó en los lugares donde se deciden los partidos: en las dos áreas. En la propia, Álex Domínguez debutó como profesional en lugar de Álvaro Valles, horroroso sobre todo en los dos últimos encuentros. En la ajena, Pietro Iemmello, que hasta el momento no había dejado rastro de su presencia en los pocos minutos que había jugado, volvía a tener una oportunidad. Dos apuestas claras para solucionar dos problemas: los goles recibidos por fallos del portero y los no marcados desde que Araujo se lesionó por primera vez. La otra novedad fue el doble pivote que formaron Fabio y Javi Castellano, por aquello que había recetado el técnico de recuperar el orden.

Ese plan requería, inevitablemente, menos balón y juego desde atrás juego, y más balones largos, robos, y aprovechamiento de pérdidas del rival, porque sin Sergio Ruiz, el mejor de la UD, ni Loiodice, que al menos trata bien la pelota, no hay quien genere. El sistema, un 4-2-3-1 que se transformaba en 4-4-2 a la hora de defender. Sin embargo, nada funcionó. El resumen de la primera parte de Las Palmas, esa que tenía que salir con los dientes apretados para lavar su imagen, fue un tiro de Rober sin peligro alguno en el tiempo añadido y una nueva demostración de candidez defensiva.

Porque fue así cómo a los 24 minutos, cuando no había pasado absolutamente nada, el debutante Álex Domínguez cometió un penalti muy ingenuo a Djuka, que había dejado atrás a Álex Suárez gracias a un buen desmarque que Pedro vio a la perfección. La salida tardía y alocada del meta fue definitiva para que el VAR ratificara la decisión de Iglesias Villanueva. Tiro a la derecha, portero a la izquierda y 0-1. El terror acababa de aterrizar en el Gran Canaria.

Petrificada, la UD pareció desear el segundo. Sin capacidad de reacción alguna, tal y como ha demostrado en casi todos los partidos en los que ha empezado por debajo en el marcador, facilitó enormemente el octavo tanto de Djuka. Primero, nadie salió a presionar a Gragera, que condujo el balón con toda la tranquilidad del mundo hasta que encontró un nuevo desmarque del delantero que otra vez se comió Álex Suárez, tremendamente minimazado desde que diera un paso al frente en el derbi. Al balcánico le dio tiempo de controlar, conducir, plantarse delante de Domínguez y batirle por bajo sin que el portero ofreciera algún argumento más que estirar la pierna para detener el tiro. Esta vez, el VAR tuvo que corregir al juez de línea, que había señalado fuera de juego en el arranque del serbio.

Ante ese panorama desolador, sólo la dejadez del Sporting permitiría a la UD al menos sacar un punto del partido, porque las entradas de Kirian y Loiodice por Benito y Fabio tampoco aparentaban ser soluciones de peso. La marcha en solitario de Pepe Mel al vestuario por delante del grupo, con su correspondiente cabreo, hacía intuir que la charla del descanso iba a versar simplemente sobre un cambio de actitud. Sólo con eso ya era suficiente para no hacer el ridículo. Y así, con la vergüenza por recuperar, regresaron los amarillos al campo.

Se le vio desde el primer instante otra cara, otra actitud. La aparición de la fe. Esa reacción se esperaba, pero lo que ni siquiera estaba escrito en el libro de los destinos era que Las Palmas, ese títere que acababa de deambular sobre el césped en el primer periodo, fuera a empatar con dos goles en dos minutos en los primeros diez de la reanudación. Rober, el segundo mejor jugador de la UD, fue el claro protagonista. Primero al aprovechar su astucia para ser el primero en recoger un rechace dentro del área, entre una maraña de jugadores, a la salida de un córner resultante de un buen disparo de Clemente (54'). Y después para tirar un desmarque perfecto entre los centrales que Kirian entendió casi sin mirar. Magnífico pase, buen tiro por bajo tras quedarse solo, gran gol (56').

De repente, y sin imaginarlo, empezaba un nuevo partido que reordenó Pepe mel cuando aprovechó una asistencia al colegiado para llamar a todos a que se acercaran a la banda (62'). Quería, de alguna forma, controlar el arrebato, lo cual no queda demostrado si es bueno o malo. El caso es que los cambios de cromos le habían salido bien, más allá de que la actitud era el gran elemento diferenciador, y Las Palmas dominó hasta que se produjo la primera llamada de atención del Sporting en la segunda parte. Tuvieron que pasar 25 minutos para que volviera a asomarse por la portería de Domínguez. Lo hizo con un tiro raso de Gaspar que salió rozando el poste izquierdo (70'). Justo antes, Clemente había saco un buen latigazo con la zurda desde dentro del área que se fue alto por poco.

Por ese entonces, a 20 minutos del final, la locura inicial ya había bajado, y pareció reducirse todavía más cuando Mel retiró al bigoleador por miedo de que se rompiera. Miraba ya más al futuro que al presente en su caso. Entrarón Clau Mendes y también Espiau por Iemmello, otra vez invisible y sin excusas, y Maikel Mesa, por Clemente. Sin embargo, quedaba la guinda a la demostración de fe. La combinación, algo muy poco habitual en esta nueva UD, fue perfecta.

La secuencia fue Javi Castellano, Lemos, Mikel Mesa, Kirian, Clau y Espiau. Todos lo hicieron bien, pero lo diferencial ocurrió a partir de que Kirian, que ya se había erigido en el mejor, metió un balón en profundidad perfecto a la carrera del lanzaroteño, que se comió a su par en velocidad, pero no sin tener que estirar la pierna desde el suelo para dejar solo a Espiau, que con una calma tan necesaria como absoluta marcó con el interior tras pillar el contrapié de Mariño. Remontada culminada.

La única misión que le quedaba a la UD era no desperdiciar el enorme esfuerzo que había realizado en una segunda parte para guardar tras una primera para desterrar. Cumplió la tarea sin echarse atrás, sino con el balón, el sudor y, sobre todo, la actitud. Sólo un cabezazo de Pablo García tras un saque de esquina inquietó a los amarillos. Luego, Álex Domínguez retiró el polvo que había manchado su debut con dos salidas, una de ellas arriesgada, en las que resolvió a la perfección.

Ficha técnica.-

UD Las Palmas (3): Álex Domínguez; Lemos, Álex Suárez, Curbelo, Jonathan Silva; Javi Castellano, Fabio (Loiodice, 46'); Rober (Clau Mendes, 74'), Clemente (Maikel Mesa, 82'), Benito; e Iemmello (Espiau, 74').

Real Sporting de Gijón (2): Mariño; Guille Rosas, Babin, Borja López, Pablo García; Gragera, Javi Fuego; Manu García, Pedro (Pablo Pérez, 64'), Aitor (Gaspar, 64'); y Djuka.

Goles: 0-1.- (24'): Djuka, de penalti; 0-2.- (35'): Djuka; 1-2.- (54'): Rober; 2-2.- (56'): Rober; 3-2.- (84'): Espiau.

Árbitro: Iglesias Villanueva (C. Gallego). Amonesto al local Curbelo y a los visitantes Javi Fuego, Borja López y Djuka.

Incidencias: partido correspondiente a la decimoquinta jornada de LaLiga SmartBank, disputado en el Estadio de Gran Canaria sin la presencia de público.

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