La verticalidad por bandera. Y el novelista no quiere estatuas. José Mel Pérez descartó esta mañana fortalecer el trabajo defensivo y modificar la fórmula de juego de cara al doble compromiso foráneo ante Lugo -mañana- y Ponferradina -sábado-. La cifra de 22 goles en contra no invita al pánico. "Me mata mi forma de ver el fútbol. Lo sencillo es meter al equipo debajo del larguero. Nuestro fuerte no es defender cerca de la meta", aseveró. Además, desecha reconocimientos tras el baño de épica en la segunda parte ante el Sporting de Gijón. La mano del técnico con cuatro cambios fue crucial para hacerle tres al bloque asturiano en 30 minutos.

"No estoy aquí para que me reconozcan. Quiero estar tranquilo conmigo. Debo tener la cabeza fría para la toma de decisiones. Luego están los jugadores, porque si a ellos no les sale, no hay nada (...) El reconocimiento lo tengo con los que me rodean. Estoy respaldado por el presidente y así me lo demuestra. Me falta el calor de los aficionados. Estamos en una situación cómoda y queremos ganar estos dos partidos lejos de la Isla; como ya hicimos la temporada pasada".

En relación a si repetirá la propuesta del segundo acto ante el conjunto gijonés o piensa rotar, insiste que calibra diversas opciones. "Hay diferentes sistemas y los jugadores los articulan de memoria. Eso nos ayudó al descanso [ante el Sporting]. Ya ganamos en Lugo y este equipo está capacitado para ganar en cualquier campo siempre y cuando sean intensos". Sobre las ausencias de Araujo, Pejiño o Sergio Ruiz, así como la duda de Aythami Artiles para El Toralín, no se detiene ni un segundo. "Hablo de los que están. De Ismael Athuman y del resto que demandan una oportunidad".

 

Desveló más detalles sobre la charla del descanso ante el Sporting. "Fue un monólogo. Hablé y fueron receptivos". Sobre su futuro y la huella de las cinco derrotas, aporta su experiencia en el Betis. "Estuve seis años y me despidieron dos veces (...) Nadie nos tiene que reconocer nada, es nuestro trabajo". Batir a uno de los conjuntos más en forma de Segunda ejerce de elixir mágico. "Los jugadores tienen otro brillo en los ojos. Le hicimos tres goles al Sporting, nadie lo ha logrado. Pero cuidado, tras ganar el derbi salimos con un subidón por ganar, fuimos a Sabadell y resultó un desastre".

Se le vuelve a insistir en el rol de Kirian y su aportación en el engranaje ofensivo. "Esto es muy sencillo. Depende de Kirian. Ellos se ponen y quitan solos. Me gustan los jugadores con talento y le voy a ayudar en todas las facetas (...) Pero suele equivocarse a menudo". Dejó una pista sobre el once de mañana. Una apuesta continuista. "No cambiaré mucho, quedó patente que funcionó".

Del Lugo del Mehdi Nafti admira su nervio. "Es un equipo muy intenso, fuerte y con jugadores muy altos. Si tenemos la pelota depende de cómo reaccionemos tras pérdida. Si nos activamos para robarla, haremos daño al rival".