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Pejiño tiene un edema óseo que agrava su lesión

Viaja hoy a Madrid para hacerse una prueba y confirmar el diagnóstico y el tiempo de baja

Pejiño domina el balón durante el partido frente al Zaragoza, esta temporada. LOF

No sabía Pejiño, cuando estaba totalmente restablecido de una rotura en el isquiotobial y se había reincorporado al trabajo con el grupo para jugar el fin de semana en Sabadell, que cuando su tobillo cayó encima del pie de Enzo Loiodice tras un salto, iba a sufrir un calvario. Porque entre una lesión y otra Francisco Jesús Crespo no juega desde el pasado 24 de octubre –en Cartagena– y, lo que es peor, no tiene fecha de regreso.

El primer diagnóstico de la dolencia del barbateño tras el infortunio con el centrocampista francés fue una inflamación del tendón tibial, sin embargo, el jugador, con el paso de las semanas, no terminaba de arrancar. Los dolores persistían y cada vez que trataba de ejercitarse sobre el césped, le resultaba imposible completar el trabajo, por lo que los galenos de la UD Las Palmas decidieron hacerle unas pruebas por si había otro tipo de percance.

Hace unos días los nuevos chequeos que se realizó en Gran Canaria revelaron, efectivamente, que Pejiño sufre, además, un pequeño edema óseo, el motivo principal por el cual siente un tremendo dolor en la zona. Una vez conocida, a priori, la causa de por qué había retrasado su regreso a los terrenos de juego tanto tiempo, Pejiño, con el respaldo del club, viaja hoy a Madrid para examinarse en un centro, conocer una segunda opinión y confirmar el diagnóstico.

Desesperación

Ante ese panorama, el único objetivo del extremo con su traslado a la capital de España es que comience una cuenta atrás para su vuelta a la dinámica de grupo. Lleva semanas con el mismo dolor y sin notar mejoría alguna, lo que le ha llevado a desesperarse de la impotencia, más todavía cuando había demostrado en los ocho partidos que disputó que se trata de uno de los mejores fichajes de la UD este curso.

De hecho, su buen hacer sirvió para que dos equipos de Primera División preguntaran por su situación en el club, con el que tiene contrato hasta junio de 2022. La entidad amarilla cree tener en el barbateño una de sus bazas principales para obtener beneficios. Esa era, precisamente, una de sus metas cuando le incorporó el verano pasado después de que terminara contrato con el Sevilla FC, en cuyo filial había jugado las dos últimas temporadas.

Su salida en el mercado de invierno en forma de traspaso y, por tanto, a cambio de dinero era una opción muy real hasta que se lesionó, aunque si no es ahora, saldrá el próximo mes de junio. Ahora el objetivo con su viaje a Madrid es saber cuándo podrá volver.

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