La UD Las Palmas, según avanzó el propio Miguel Ángel Ramírez en su comparecencia pública del pasado 9 de septiembre, justo tras las juntas generales de accionistas ordinaria y extraordinaria anteriores a las de ayer, estaba obligada a acometer una nueva ampliación de capital de alrededor de un millón de euros antes del final de 2020 para ajustarse a la normativa nacional, que establece que un equipo de fútbol profesional debe tener un capital social superior a los 4 kilos.
Como la UD no llega a esa cifra, ya que tiene una cantidad de 3,2 millones, el dirigente anuncio la obligación de hacer la ampliación antes de que acabara el año, sin embargo, según su testimonio, finalmente no fue necesario.
“Tendríamos que haber hecho una ampliación de capital de en torno a un millón más, pero finalmente nosotros estamos exentos de hacerla por el patrimonio que tiene la compañía. Estamos hablando de un club con un patrimonio importante que no es normal en un equipo de Segunda División, por lo tanto, esa situación nos exime de tener un capital social mayor”, argumentó.
