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Fusilamiento por Navidad

La UD de Mel, un triunfo en 21 salidas ligueras en 2020, es devorada en Vallecas por sus miedos e incertidumbres | Eric e Ismael, señalados

Rober, que comenzó de delantero y acabó en la banda, burla la entrada del lateral del Rayo Vallecano, Fran García, ayer, en el estadio de Vallecas.

Escalofríos en Vallecas. El fusilamiento del 20 de diciembre. Motivos para perder el sueño en Navidad. Un cóctel diabólico ha decapitado a la UD. A la cifra infinita de ausencias por problemas físicos -Cedrés, Dani y Cardona se sumaron ayer a las consabidas bajas de Araujo, Pejiño, Aythami, Ruiz, Ale Díez y Óscar Clemente-, cabe buscar una solución urgente a la nefasta imagen de visitante en 2020. Tras 21 encuentros foráneos, el bloque de José Mel Pérez contabiliza una victoria lejos de la Isla en junio, el resto: 12 empates, 8 derrotas, catorce goles a favor y 28 en contra-. Este panorama resulta desolador. No es de un día.

Faltaba el ingrediente del fusilamiento rayista. El bombardeo del bloque de Iraola resultó insultante. Por algunos instantes, bochornoso. Con las estadísticas en la mano, trece remates, ocho a portería y un Álex Domínguez milagroso que evitó la tragedia. A cinco puntos del descenso, la UD acumula dos partidos con un bagaje ofensivo pírrico. 180 minutos de juego, un cabezazo de Álex Suárez y un envío lejano de Fabio que Zidane detuvo con el pecho. El atasco total.

Las lesiones de Cristian Cedrés (2’) y Dani Castellano (24’) desestabilizaron al Rayo Vallecano y al plan inicial de la UD. Cascada de cambios. Cascada de miserias. Si no hay para más, que no porten el escudo. Ahora llega una ventana de mercado suculenta.

Nunca sabremos qué hubiese pasado con el extremo y el capitán isleño en el ‘verde’. Lo que sí aconteció, con la entrada de Jonathan Silva y Edu Espiau, dejó en evidencia la capacidad de reacción de Mel, así como la validez de un engranaje defensivo delirante -la acción del 2-0, con la sobrada de Athuman invita a la reflexión-.

El Rayo dispuso del pulso más plácido de la temporada. Para ser justos, no fue la UD de Montilivi, ni de La Rosaleda, La Romareda o El Toralín. Ahí se mantuvo la dignidad. Anoche olvidó el criterio desde la posesión. Un escudo miedoso. Se plantó en Vallecas un equipo plano, a la expectativa de las migajas del conjunto rayista. El plan ‘a’ era jugar sin nueve -el elegido era Rober-, luego se recurrió a Espiau -no tiró a puerta- y se terminó con Pietro. El ejecutor italiano, que se estrenó en Copa, encadenaba dos partidos de inicio ante Ponferradina y Alcorcón. Ayer fue la última bala para poner en apuros a Zidane. Nada tiene lógica.

En lo referente al lateral zurdo, comenzó Dani, se lesionó y le llegó el turno a Jonathan Silva. Desde el minuto 46’, el elegido fue Eric Curbelo -centro diestro- para frenar las acometidas de Palazón y Advíncula. Siendo resultadistas, es para crucificar a Mel. El 1-0 de Antoñín llega tras una entrega de Eric Curbelo. El satauteño fue superado con una pared por Isi Palazón, se enredó y perdió el rumbo.

Bajas, errores de planteamiento y concesiones defensivas. La UD se mantiene firme en el caos. Mimbres como Rivera, que había deleitado en la medular, ayer, fue un suministrador de balones a los cuatro mosqueteros del Rayo -Álvaro García, Pozo, Palazón y Antoñín-.

El estilo, un enigma

En el descanso, para elevar la psicosis del estilo, Mel retiró a Maikel Mesa y Benito Ramírez. Es de suponer que fue por lucir una amonestación. Kirian avanzó con el balón y trató de hilvanar varias jugadas. Armada con el balón, metió al Rayo en su campo. En esa fase de dominio y cierta cordura, llegó el tanto de Antoñín tras el despiste de Eric Curbelo.

Rober fue cambiando de posición. El máximo realizador -cuatro dianas- se fue empequeñeciendo como la ambición de una UD en franca descomposición. Este hundimiento navideño en Vallecas guarda similitud con el (4-0) encajado en El Molinón -8 de marzo y justo antes del estallido de la pandemia-. Ahora, llega un parón de una semana, para comer turrones y taponar la sangría. Búsqueda urgente de soluciones tácticas ante Espanyol (3 de enero), Mallorca (10 de enero) y Leganés (24 de enero).

Una victoria en las últimas seis jornadas -ante el Sporting y merced a la milagrosa reacción- ilustran un cruento final de año. Navidad sin estilo. Villancicos y polvorones para la autocrítica urgente.

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