Treinta días y la descomposición del ideario táctico. Ni rastro del estilo. Las claves de una pesadilla. El hundimiento navideño de la UD. A dos jornadas de finalizar la primera vuelta, la partitura de Las Palmas es un enigma. El bloque de José Mel Pérez contabiliza una victoria en las últimas siete jornadas -un mes de competición- y cierra 2020 mirando al abismo.
En ese tramo virtual desde la 13ª fecha liguera a la 19ª, los amarillos ocupan la zona roja (20º). Un triunfo ante el Sporting (3-2), tres derrotas ante Sabadell (3-1), Mirandés (0-2) y Rayo (2-0), y tres empates ante Lugo (1-1), Ponfe (0-0) y Alcorcón (0-0) conforman el botín de seis puntos de 21.
La producción ofensiva -cinco dianas en 630 minutos bajo lupa- está estancada. En los dos últimos pulsos, ante Alcorcón y Rayo, solo se contempla un remate -el cabezazo de Álex Suárez a los guantes de Luca Zidane-. En lo referente a los goles encajados, diez para el sonrojo. Vuelve el calvario de las concesiones, como quedó patente con el taconazo de Athuman ante Bebé, en el tanto de la sentencia del conjunto de Iraola.
Este latir grotesco, en las dos áreas, desnuda un proyecto maltrecho por las lesiones (17), desde el pasado agosto, que besó la sexta plaza en su punto más álgido -en la séptima jornada, el 21 de octubre, tras doblegar al Castellón-.
El lastre de ser visitante
Con el triunfo de ayer del colista Albacete en Anduva (0-2), ya solo figura el bloque amarillo sin gloria foránea. La UD se ha quedado sola con seis empates y cuatro derrotas en diez salidas del Archipiélago. Seis unidades de treinta, seis goles a favor y catorce en contra.
Si se amplía el foco a todo el 2020 -21 partidos de visitante-, las cifras son dantescas. Una victoria en Almería -en junio, en el segundo partido poscovid-, doce empates y ocho derrotas. Catorce tantos a favor y 28 en contra. El ‘síndrome del chárter’ se ha convertido en la maldición de las mil plagas.
La UD es el tercer peor visitante de esta edición liguera, tras Zaragoza (tres puntos), Albacete (5) y Tenerife (5). En lo referente a los goles encajados (14), es el cuarto equipo más batido lejos de su estadio tras Castellón (17), Cartagena (15) y Málaga (15).
Esta cosecha de seis puntos de visitante en la 2020-21 es la tercera peor marca en Segunda desde el último ascenso (2005-06). Solo en la jornada 19 de la 2006-07 (cuatro puntos) y en la 2007-08 (tres) figuran por debajo del rendimiento actual. En la pasada, se sumaban a estas alturas once puntos y tres victorias lejos de la Isla.
En la 2018-19, seis puntos de visitante figuraban en el casillero, pero con una victoria en Almendralejo de verde legionario. Solo en tres ocasiones, en los últimos 14 años, la UD se plantó en la 19ª fecha sin vencer lejos de la Isla.
En la 2014-15, el curso del ascenso a Primera, en este punto kilométrico, ya se contaba con cinco campanazos lejos del Gran Canaria. Ahora parece escalar el Everest de rodillas. Pero hay más. De los 300 minutos lejos de Siete Palmas en la 2020-21, la UD fue por delante 26’ ante el Girona en Montilivi. El zarpazo de Ruiz (45’) acarició el éxtasis hasta que llegó el empate de Espinosa (65’).
De la Covid-19 al quirófano
El drama de las lesiones conforma el segundo capítulo de la tormenta diabólica. Tomás Cardona, Dani Castellano y Cristian Cedrés fueron los últimos. En la actualidad, está integrada por Ale Díez, Pejiño, Sergio Araujo, Ruiz, Aythami Artiles y Óscar Clemente -Enzo y Claus tienen molestias-. Once rostros para la desintegración y que han forzado a Mel a modificar su pizarra hasta la locura.
En pretemporada -agosto- se encendieron las alarmas con los positivos por la Covid-19 de Javi Castellano, Araujo e Ismael. Con Raúl Fernández, sin ficha, con su recuperación en la Península, hasta 17 jugadores han contado con problemas. Ale Díez fue intervenido en octubre de la fractura de un dedo del pie y se espera por el defensa para enero. Al igual que con el resto, salvo el caso de Cedrés.
Baile de sistemas y caos
El descalabro en Vallecas dejó en evidencia la cintura táctica del novelista Mel. Recurrió a Curbelo como lateral zurdo, a Silva como extremo, priorizó a Rober (1,69 metros) de ariete para dejar a Pietro y a Espiau en la banca...Los experimientos no resultan. El bagaje ofensivo es pírrico. Ante el Mirandés -derrota en casa- también recurrió a jugar sin un delantero específico como en Vallecas.
La idea fue mutando. La propuesta del estratega madrileño, en el inicio, fue de un ataque explosivo con extremos -Rober Pejiño-. Le brindó resultado con tres triunfos y un Araujo sideral. Pero en la octava jornada, con la visita al Cartagonova, se detuvo el reloj. En las últimas doce jornadas, solo brilla dos victorias: el ‘Ortolazo’ ante el Tenerife y la remontada total ante el Sporting de Gijón.
En esa clasificación de los dos últimos meses -36 puntos en litigio-, la UD de Mel rascó once y ocuparía plaza de descenso (18º). Datos para el horror. Mel, por ahora, no corre peligro pero los síntomas son tenebrosos. Y el 2021 se abre con el líder Espanyol.
La Copa se juega el 6 de enero
El conjunto amarillo, dentro de la segunda ronda de la Copa del Rey, visita al Navalcarnero de la Segunda B el 6 de enero en el Mariano González -con capacidad para 1.500 fieles-. La eliminatoria se celebra desde las 16.00 horas (TVC) y está en juego el pasaporte hacia la tercera criba de la cita del ‘KO’. En la primera, la UD se deshizo de forma contundente del CD Varea de Logroño de la Tercera División de La Rioja (0-4) -merced a los tantos de Cedrés, Álvaro Lemos, Pietro y Eric Curbelo-. Solo existe un precedente oficial de Las Palmas en el Mariano González y fue en la campaña 2004-05 en la categoría de bronce. Se saldó con triunfo amarillo (0-1) gracias a un tanto de Cacá -desde el punto de penalti-, el 12 de diciembre del 2004. 16 años después, los isleños se citan con los madrileños que marchan terceros en el Grupo 5-A de la Segunda B. En la pasada edición de la Copa, la UD cayó en la segunda ronda ante el Badajoz y con Deivid de portero.
