La presencia de Sergio Araujo en la cita del próximo domingo (19.30 horas) frente al Sabadell en el Estadio de Gran Canaria está en el aire. Dependerá de lo que dictamine una prueba que se realizó ayer por la tarde, aunque el fuerte dolor que siente en el pie izquierdo, aunque no padezca nada grave, ya pone en duda su participación en la jornada 23. En cualquier caso, en la UD Las Palmas hay preocupación ante lo que pueda reflejar la resonancia magnética, porque el empeine del Chino no pintaba nada bien un día después de haberse producido el golpe.
Sucedió en la primera parte del choque de anteayer en Anduva, donde el argentino, en su segundo intento por tirar a puerta en una misma jugada, golpeó los tacos de un rival –falta–. Las primera imágenes televisivas después de la entrada mostraron a Araujo muy dolorido en el césped mientras trataba de levantarse, pero no podía. El delantero se llevó las manos al pie y lo apretó para mitigar un dolor que ya no se le iría.
La acción le dejó tocado y pasó el resto del encuentro casi desapercibido, sin poder correr con normalidad y visiblemente cojo pese a estar en calor. Tras el partido, ya en frío, el atacante pudo comprobar que la zona la tenía inflamada y que prácticamente no podía caminar. Ayer, en la sesión de trabajo que tuvo lugar en Barranco Seco, seguía igual, por lo que entre todos determinaron que lo mejor era que se sometiera a unas pruebas para descartar una lesión ósea en el empeine.
Maleficio
Así pues, en la UD existe una cierta preocupación por el estado del Chino hasta que la resonancia, cuyos resultados se conocerán esta mañana, no demuestre que el dolor que aún siente es simplemente por el golpe. Sería, sin duda, la mejor noticia, aunque no le garantiza estar disponible para la visita del cuadro arlequinado, toda vez que es más que previsible que el técnico y los servicios médicos opten por tener precaución y no forzar su presencia ante la más mínima duda sobre su situación.
En cualquier caso, se trata de una nueva piedra en el camino de Araujo en lo que va de temporada. Cabe recordar que el sudamericano ha sufrido ya hasta tres lesiones musculares que le han cortado su progresión. Primero fue una rotura en un aductor, luego la misma, pero en la otra pierna, y finalmente otra en un isquiotibial, motivo por el que tuvo que perderse seis partidos –en total se ha perdido diez–, entre el 23 de noviembre y el 3 de enero, cuando regresó.
Lo hizo en el primer partido del año, frente al RCD Espanyol, al que la UD venció (1-0) y que inició una racha de tres victorias consecutivas que se cortó el domingo con la derrota ante el Mirandés (2-0). En Mallorca, fue el autor del gol del triunfo (0-1), y contra el Leganés, aunque estuvo menos participativo, se dejó notar.
Araujo es un fijo para Pepe Mel no sólo porque sea el máximo goleador del equipo junto a Rober, ambos con cinco tantos, sino también por lo que trabaja y lo que genera en el rival. La sola posibilidad de que vuelva a caer lesionado es algo que ni se quieren plantear en la UD, pero la preocupación existe. Si hay alguna rotura en el hueso del empeine, será el fin.
