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Juan Guedes, el hijo adoptivo de Tamaraceite

Moldeado como futbolista en el Porteño, el legendario ‘6’ fue presidente del club del barrio. El jugador trabajó como uno más en la creación del campo de fútbol cuando los estanques de barro eran los terrenos de juego de la capital.

el hijo adoptivo de Tamaraceite

El campo del Tamaraceite, el Juan Guedes, siempre ha sido un fortín inexpugnable y si no a las estadísticas me refiero de estos últimos años. El espíritu deportivo de lucha, pundonor y sacrificio de Juanito Guedes ha estado presente en muchas de las formaciones blanquiazules a lo largo de la historia de este club, que ya tiene casi sesenta años. Porque Juanito Guedes fue uno de los impulsores de la construcción del primer campo oficial en Tamaraceite y trabajó como uno más quitando las piedras y apoyando a los tractores de los Betancores, donde él trabajaba, para que quedara todo ‘planchado’.

Todavía resuena en mi cabeza el sonido del timbre del teléfono en casa, era mi tía que llamaba desde la Clínica Santa Catalina para comunicarnos que Juan había fallecido. Recuerdo el silencio y el llanto de mi madre, un llanto y un silencio que invadió a todo el mundo del fútbol, no solo en la isla sino más allá de nuestras fronteras. Juan Guedes, era uno más en Tamaraceite y en mi familia así lo fue y lo continúa siendo. Recuerdo de pequeño su figura espigada y su tez morena en la puerta del bazar de mi madre junto a Nina, como así la llamamos, su mujer. Recuerdo alguna noche de carnaval ir a disfrazarse a casa para ir a los bailes de la Sociedad, allí a donde iba años atrás a enamorar.

Porque Juanito en Tamaraceite encontró el amor y allí se quedó, aunque nunca viviera en Tamaraceite, sí que muchas de sus amistades del fútbol eran de allí, de la época del Porteño y de los grandes equipos aficionados. Una época en la que el balón no rodaba sin tropezar con las piedras de los estanques que servían de campo de fútbol y que proliferaban en nuestro barrio por ser una zona agrícola rodeada de plataneras. Los estanques vacíos como el de Las Cañas, El tanque Machado, La Manzanilla o El Estanque de Pepe Rey y Hoya Ayala, eran los campos improvisados donde se congregaban los aficionados al fútbol, sobre todo en aquellos grandes torneos de aficionados y que traía a equipos del extrarradio a jugar con los equipos del pueblo. Guedes fue uno de esos jugadores aficionados hasta que llegó a la UD Las Palmas. En uno de esos campos conoció a su mujer, una tamaraceitera preciosa con la que se casaría seis años después.

el hijo adoptivo de Tamaraceite

el hijo adoptivo de Tamaraceite

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Todavía muchos mayores lo recuerdan jugando en el Lomo Juanito Amador, en aquellos grandes torneos que reunían a cientos de aficionados de muchos barrios y pueblos de la isla. Él se inició en los equipos aficionados como el Juventud Tamaraceite, mientras trabajaba con los Betancores, y luego pasó al Porteño como juvenil. Todavía en esta época el Porteño y el Tamaraceite no se habían fusionado. Después de ser convocado para la Selección Juvenil de Las Palmas, donde tuvo destacadas actuaciones como extremo izquierdo, se incorpora al equipo juvenil de la U.D. Las Palmas, de donde con sólo 18 años salta al primer equipo en la temporada 60-61.

Juanito Guedes tuvo mucho que ver en la fusión del Porteño con el Tamaraceite cuando lo trajera a jugar desde la Isleta Pepito Tejera. El Porteño se convirtió en UD Tamaraceite y después de José Tejera se nombró a Juan Guedes como presidente, aunque fue por poco tiempo ya que al ser un jugador federado la normativa lo impedía, pasando a ser Presidente de Honor. A él le sucedió Antonio Juan Suárez, empresario del lugar que estuvo de manera transitoria porque a él eso del fútbol tampoco le llamaba mucho, aunque sí su vocación por ayudar en cualquier iniciativa del pueblo de Tamaraceite. Antonio Juan lo dejó en vida de Guedes y le sucedió Antonio Suárez, el actual presidente de la Federación de Fútbol de Las Palmas.

La muerte de Juanito Guedes causó un profundo pesar en toda la sociedad canaria, futboleros o no, pues todos admiraban su gran clase y su inmensa humanidad. El partido de homenaje póstumo, enfrentó a Las Palmas frente al Partizán de Belgrado, y fue una emotiva manifestación de cariño de todos los aficionados y del fútbol español. En Tamaraceite también se le realizó un emotivo homenaje en el Cine Galdós, donde no cabía ni un alfiler y donde le cantó su amigo de Carrizal Salvador Santana una canción que todavía pone los pelos de punta.

El espíritu de Juanito todavía campa por Tamaraceite dando ejemplo a los muchos jóvenes de la escuela de fútbol. Juan, Tamaraceite nunca te olvida.

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