Alivio y frustración en el infierno del Heliodoro. El reloj de arena de la maldición del templo chicharrero sigue su curso. 19 años, tres meses... No hay manera de poner una pica amarilla en El Teide. Tablas en la contienda del miedo. La UD se apiadó del CD Tenerife en la segunda entrega del derbi del silencio (1-1) y desperdició una ocasión histórica para acabar con la racha negativa sin tomar el recinto chicharrero -desde diciembre del 2001-. Rafa Mujica malogró una ocasión clarísima en el tramo final (85’), Dani Castellano fue retirado en camilla, Jesé pegó una patada al cartel del cuatro árbitro y el tanto de Sergio Ruiz resultó bendito.
Pasó de todo. El derbi de la sangre en el brazalete de Dani Castellano, el de la patada de Suso a Araujo quedó reducido a cenizas. Una enorme decepción. Del registro de las hermanitas de la Caridad a la condición de ángeles del infierno. Se apreció las dos vertientes de Las Palmas y la batalla se fue quedando sin alicientes con el baile de los minutos. El ‘Tete’, que comenzó como un torbellino, terminó acorralado en el jardín de Dani Hernández. En el último tramo, pudo pasar cualquier cosa. La UD aplaude este resultado, lo mejor muestra de su alarmante falta de ambición. Jesé sigue sin marcar, Pejiño dejó grandes fotogramas pero sin continuidad, y lo de Ruiz, se merece una rotonda.
El primer acto fue el fiel retrato de las dos caras de una UD incorregible. El 1-0 escenifica el enésimo regalo a un Tenerife que salió a morder. Centro desde la derecha de Folch y Valentín Varda tuvo tiempo de pinchar el esférico y cruzar ante un Valles que hizo la estatua.
La marca de Rober fue con la mirada, Álvaro Lemos trató de achicar agua en el camarote del Titanic (10’). La acción se revisó en el VAR por posición ilegal de Nikola Sipcic anterior al centro de Folch, pero el colegiado Luis Milla concedió la diana tinerfeña.
No fue casual. Se alzó el telón y se vio a un bloque con sangre en los ojos, y por parte amarilla, el apetito de una nueva edición de la Copa Mahou. Con diez faltas en el primer tiempo, y una amarilla para Vada, el Tenerife se limitó a esperar con Fran Sol y Zarfino como únicas referencias. En la medular, una nube de piernas: Folch, Aitor Sanz, Nono y Vada. La primera llegada de la UD resultó conmovedora. Todo un acontecimiento.
Envío de Pejiño y remate brutal de Rober que se marchó desviado. Control de espuela de Mel en la banda, al detener un balón que se iba a la grada, y ahí radicó la única aportación de un bloque visitante superado en todas las facetas. Carrusel de penetraciones y remates, siempre a la contra, de Zarfino y Carlos Ruiz. Javi Castellano evitó el 2-0 casi sobre la línea de gol y Araujo bajó del cielo a la escena con un misil (35’). La racanería tinerfeña les costó carísima.
Una segunda oportunidad
Pejiño colgó un balón, mal despeje de Sipcic y desde la frontal Sergio Ruiz dispuso de dos intentos. Insert coin. El ultraje de errar de forma sistemática. Al segundo, tras un despeje de Fran Sol al borde del área, el cántabro puso el esférico en la escuadra en el 1-1 (41’). De Cristian Cedrés a Ruiz. Con el empate, a Ramis se le desmontó al catedral. Con Álvaro Lemos como un atacante, la formación de Mel se convirtió en protagonista. Pobló la medular con Araujo, Jesé, escorado a la izquierda, sacó de sitio a los centrales. Algo iba bien.
Así se llegó al descanso y el panorama pintaba de otra manera. La maldición podría ser triturada por la furia de los artistas del Roque Nublo. Con UD más centrada, solo faltaba la puntilla. Tras regalar terreno, iniciativa y el tanteador, los de Mel dieron un golpe sobre la mesa. Pero fue una gran mentira. Dani Hernández seguía de figura de cera.
Un pelotazo a Dani Castellano resultó terrorífico. La escena del gemelo fue tremenda, sangrando y retirado a un centro hospitalario en un lance con Moore. Pero lo que vino después, fue peor. La actuación de Jonathan Silva resultó cómica.
Con Suso Santana ya sobre el verde, el capitán tinerfeño puso un balón de oro a Fran Sol, cuyo leve toque se marchó rozando el travesaño. Y Mujica tuvo el tanto para la gloria. Increíble el gol que malogró el exjugador del Barça. Óscar Clemente y Maikel Mesa trataron de hilvanar un fútbol de fantasía. Al hombre-escudo le faltaron más minutos. La UD falleció en el remate a bocajarro de Rafa tras un gran centro de Lemos.
En la contienda del miedo, el empate es el tanteador más justo. Sin brillantez, el conjunto de Mel lo tuvo cerca por intensidad y precisión. Le faltó insistir. La patada de Jesé al cartel y la marcha en camilla de Dani. Poco más para la hemeroteca más diabólica. No hay manera de tumbar al ogro del Teide en su fortaleza. Los fantásticos se quedaron sin balón en el primer acto -la presión del ‘Tete’ fue endemoniada-, y en el segundo, con Mujica, Clemente y Mesa, faltó paciencia. El clásico de la consagración de Ruiz. La contienda que ya forma parte de las cenizas. Poco glamour y toneladas de pánico.
Ficha técnica:
1 - CD Tenerife: Dani Hernández; Moore, Sipcic, Carlos Ruiz, Álex Muñoz; Nono (Suso, m.66), Folch (Sergio González, m.83), Aitor Sanz, Vada (Shashoua, m.58); Zarfino (Apeh, m.58) y Fran Sol (Valera, m.87).
1 - UD Las Palmas: Álvaro Vallés; Lemos, Alex Suárez, Curbelo, Dani Castellanos (Viera, m.62); Robert (Maikel Mesa, m.76), Sergio Ruiz, Javi Castellanos, Pejiño (Clemente, m.67); Araujo y Jesé (Mujica, m.76).
Goles: 1-0, M.10: Vada. 1-1, M.41: Sergio Ruiz.
Árbitro: Luis Milla Alvendiz (Comité Territorial Andaluz).
Amonestó a los locales Vada (m.20), Suso (m.84), Valera (m.89) y Carlos Ruiz (m.90+7), y al visitante Pejiño (m.42).
Incidencias: Partido de la trigésima primera jornada de LaLiga SmartBank disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López sin espectadores.