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Pijama, orinal y padecimiento

La UD no tiró a puerta en 99 minutos l Blindó a Valles con diez bajo el bombardeo azulón l Segunda roja a Jesé Rodríguez en toda su carrera

El tinerfeño Maikel Mesa arranca con el esférico, pegado en a bota derecha, ante la presión del centrocampista del Oviedo Borja Sánchez. | | LOF

A diez puntos de la sexta plaza, el cuadro isleño, con diez 40 minutos, salió airoso de la lluvia de uranio del Oviedo. Sin una ocasión reseñable, dejó escapar su último tren por el ascenso. Tres meses después, dejó la puerta a cero de visitante.Único consuelo.

Lluvia de misiles de cartón. La deserción de los francotiradores. El pelotón de fusilamiento de la UD no compareció en el Tartiere. De la siesta a la orgía del padecimiento en la caldera de la fabada. Pijama, orinal y Álvaro Valles. 99 minutos y cero tiros a portería. El cuadro de Mel, quinto máximo realizador de la competición de plata, no logró poner en apuros a Joan Femenías. En el primer acto, el control y la posesión fue amarilla. El Real Oviedo elevó el Muro de Berlín y la sinfonía de fantasía del novelista, ocho goles en las tres últimas jornadas con Araujo, Rober y Jesé desatados, no encontró una baldosa. No había un metro cuadrado.

Apagón y cortocircuito. Clemente y Maikel Mesa fueron devorados por la adrenalina ovetense. La última ocasión en esta campaña que la UD se quedó sin ver portería fue ante el CD Castellón en Castalia (4-0). El Pearl Harbor del Mediterráneo. Pero a pesar de la falta de guarnición ofensiva, cabe reseñar el grado de implicación en labores defensivas. Los legionarios del novelista tuvieron que clonarse hasta escuchar el toque de campana en el 99’. Con Valles como héroe y Jesé expulsado, el compromiso salvó un punto bajo el asedio.

De 2012 a 2021

Jesé Rodríguez vio ayer la segunda roja en su carrera. La anterior fue con el Madrid Castilla en Valdebebas ante el Sporting de Gijón -28 de octubre de 2012-. Nueve años después, vuelve a dejar a su equipo en inferioridad. En una zona inofensiva, se lanzó a por el balón, controlado por Sangalli y que ya le había superado. A pesar de que no le impacta en primera instancia, luego toca el tobillo del atacante del cuadro azulón.

El colegiado Francisco José Hernández Maeso no dudó en ajusticiar a Big Flow. Es la octava roja del curso para la UD, por las 77 amarillas. De la nada al renacer. De los bostezos a la excitación del SOS. Con todo en contra, Mel activó su plan -el anterior fue cambio fue ficha por ficha: Rober dejó su puesto a un irreconocible Pejiño-. En el 70’, Javi Castellano saltó por Clemente y en el 83’, Kirian y Mujica por los ‘Sergios’ -Ruiz y Araujo-. Lo que parecía un suicidio, se convirtió en un canto a la esperanza. Desde el 10 de enero, en San Moix, ante el Mallorca (0-1), la UD no dejaba virgen su portería. Una cabalgada de Benito y El Álamo.

Nahuel (2), Borja Valle, Sangalli, Borja y Tejera se estrellaron en los guantes de acero de Álvaro Valles. Ridiculizado en Sabadell -con tres pifias el pasado noviembre-, ayer se doctoró con un recital plástico de autoridad. Tenía cola Bunitex en sus guantes. La victoria del Rayo deja el playoff a diez puntos con los vallecanos con un duelo menos. A los amarillos le restan ocho contiendas ante Málaga, Espanyol, Ponferradina, Alcorcón, Zaragoza, Sporting de Gijón, Albacete y cerrar el curso el 30 de mayo en Las Gaunas ante el Logroñés. Se reclama dignidad a un bloque confeccionado para soñar. Los ejecutores del Roque Nublo parecían una fauna disecada. Sin cianuro en las botas, pero vivos al encadenar cuatro fechas sin besar la lona -ante Tenerife (1-1), CD Lugo (6-1), Mallorca (1-1) y Oviedo (0-0)-. El récord en este curso es de seis jornadas consecutivas -desde la segunda a la séptima- y que brindó al escuadrón de Mel la opción de lucir la séptima plaza. Ha sido el techo en este segundo pandémico. Pletóricos en la zaga y ausentes con la guadaña. Ni un tiro a portería en el baile con la muerte, que duró 99 minutos y 5 segundos en el Tartiere.

El grito de Mesa

El brazalete es la piel de Álvaro Lemos -luego lo portó Javi Castellano-, pero el alma de la UD es el lagunero Maikel Mesa. El orgullo del ‘hombre escudo’. En la fase más crítica de la revuelta (93’), el centrocampista abroncó a Pejiño y Mujica por su escaso grado de compromiso.Solidarios hasta el caer de la guillotina. El grito de la otra arista de la UD. La cara ‘b’ del escudo. Caviar y barro.

“El punto es para darlo por bueno, en la primera parte faltó claridad aunque no sufrimos. Luego salimos con la misma idea y sacar un punto tiene su mérito, tal cómo se desarrolló el encuentro”, aseveró el mimbre más pasional. El escolta de Sergio Ruiz, que dejó el campo ante el riesgo de caer lesionado.

La reflexión de Mesa es un lingote de oro. El Oviedo asfixió a la UD con un ejercicio de racanería. “Te cierran por dentro y si no estás lúcido, es casi imposible. La dinámica es buena y se cree en lo que se hace. Hay que seguir en esta línea. Esto es Segunda, cuesta sacar puntos fuera. Hay que sufrir y empujar”. Es la Champions del barro. Faltaron misiles, sobró corazón.

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