Reválida de fuego. No existe el mañana para el Zaragoza. Ganar o ganar en Siete Palmas. Juan Ignacio Martínez ‘JIM’, máximo responsable técnico del cuadro maño, advierte que pisarán el Gran Canaria repletos de ambición. La predisposición absoluta por sumar la victoria para escapar del abismo. El campeón de la Recopa (1995) contabiliza 44 puntos y maneja un colchón de tres unidades con el descenso -que lo delimita la UD Logroñés con 41-.

“El Zaragoza tendrá que jugar desde el primer minuto a por el partido, decirle a Las Palmas que queremos la victoria y eso tendremos que hacerlo con juego y concentración, porque el rival a nivel de objetivos lo tiene cumplido, con la permanencia asegurada. Es un enemigo muy difícil de batir y tiene mucho mérito si logramos la victoria».

El entrenador zaragocista de 56 años desecha su cartel de defensivo. «Se me tilda de salir al empate y yo eso no lo entiendo. Recuerdo que se me comentó que teníamos el Tourmalet y hemos ido arañando puntos de aquí y de allá (...) Cuando no puedes ganar, se trata de no perder el punto que tienes. No se trata de calculadoras sino de sumar».

Con las bajas de Álex Alegría -al estar en estrecho contacto con un positivo de Covid-, Atienza y Ros, al Zaragoza le resta medirse a la citada UD, Castellón, Mallorca y Leganés-. Un calendario con espinas. Juan Ignacio Martínez -22 duelos en el banquillo, con nueve victorias, siete empates y seis derrotas- afronta su momento más delicado. Encadena cuatro jornadas sin ganar. «Tampoco entiendo eso de los ‘peores o mejores momentos’, sino de sumar».

Advierte del potencial de la UD en el Gran Canaria, los amarillos son el quinto mejor local y que disponen de mimbres atómicos como Jesé, Araujo o Pejiño.

«Arriba tienen dinamita y te someten con ataques constantes. Tenemos que estar muy firmes en las vigilancias porque tienen gol, así lo demuestra su coeficiente y aprovechar sus debilidades. Es un muy buen equipo y en su estadio es fiable. No hay que olvidar que se impusieron al Espanyol, Almería o Leganés».

Ya tiene el dibujo en la cabeza. «Tengo el once configurado. Hay tres partidos en nueve días. Pero no nos guardaremos nada.Tengo una serie de decisiones por tomar en relación a la fatiga acumulada (...) Ojalá sucedan los menos imprevistos. El estrés competitivo existe; se vio ante el Espanyol, tanto nosotros como en el rival. Haces sobreesfuerzos y ya pesa la acumulación de minutos».