Los dos penaltis cometidos ayer por Tomás Cardona elevaron la cifra de penas máximas en contra a 14 en toda la temporada, cifra demasiado elevada para un equipo profesional. Los dos fueron. Sin embargo, más allá de eso el cuadro amarillo volvió a cometer errores graves atrás y Jesé se mostró una vez más ciego ante el gol: fallos varias ocasiones clara para marcar. Son la penalidades de una plantilla confeccionada de forma errática.

No son sólo los 14 penaltis en contra que ha recibido la UD Las Palmas esta temporada, cifra insólita en un equipo profesional, sino muchas cosas más. Ayer, el día en que el cuadro amarillo tenía que sumar al menos un punto para sellar matemáticamente la permanencia, Tomás Cardona se permitió el lujo de regalar dos penas máximas a un equipo que se jugaba la salvación. Tuvo la suerte de que la segunda de ellas la paró Valles, pero sacó a relucir todas aquellas carencias que explican por qué otro de los fichajes del verano pasado resultó ser un fracaso.

Lo cual señala, directísimamente, al palco del Estadio de Gran Canaria, donde el presidente Miguel Ángel Ramírez, el director deportivo Luis Helguera y el secretario técnico Tino Luis Cabrera viven plácidamente en el silencio de Siete Palmas –bien separados, sobre todo los dos últimos–. Más de la mitad de los fichajes han resultado ser un fiasco –léanse, además de Cardona, Iemmello, Jonathan Silva o Clemente– y ahora se debaten entre Pepe Mel u otro al frente de un proyecto, supuestamente, ganador. Para ello, mucho habrá de cambiar esta UD, o al menos dejar atrás varias de sus penurias.

Dos partidos después, el cuadro amarillo vuelve a encajar y ya suma 50 tantos en contra

Por ejemplo, la de no regalar tantos y tantos penaltis a los rivales –ambos fueron perfectamente evitables–, la de no desperdiciar tantas y tantas ocasiones de gol –Jesé abanderó la ceguera– o la de, esta centrada en los dirigentes, no confeccionar una plantilla acorde al tope salarial que le impone LaLiga –de casi 12 permitidos, se ha gastado menos de la mitad–.

Otra de las penalidades de ayer fue la evidencia de que Jesé Rodríguez no es un goleador. Nunca lo fue y lo demuestra cada minuto que juega en la UD Las Palmas, porque si bien el resto de su trabajo es muy productivo para el equipo, el nueve debería haber sumado más de una pírrica diana de penalti frente al CD Lugo en 13 partidos. Falla mucho.

Además, la escalofriante cifra de 50 goles encajados –sólo uno menos que el Lugo– deja bien a la claras que, por mucho que el cuadro amarillo haya sumado varios encuentros sin encajar, debe reforzar la zaga si quiere aspirar a cotas mayores. Porque ayer todo su buen hacer en el juego quedó en nada porque, por un lado, regaló dos tantos, y por otro, falló unos cuantos. Para salvarse le da, pero si quiere mirar más hacia arriba tendrá que resetear.

No son sólo los 14 penaltis, es mucho más. La tranquilidad para la UD es que no descenderá y que el trabajo, al fin y al cabo, está hecho. Sin embargo, las penalidades que vive deberán servir para corregir, en ataque, en defensa y, quizá, en el banquillo. Pero hasta en el palco hay dudas.