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Buena sintonía en el primer contacto entre la UD y Mel

La entidad, a través de Luis Helguera, transmite al técnico que es el elegido para dirigir el proyecto 2021-22 | La reunión, de cuatro horas, se centra en la confección de la plantilla

De izqda. a dcha: Miguel Ángel Ramírez –presidente–, Rafael Méndez –consejero–, Patricio Viñayo –director general–, Luis Helguera –directo deportivo– y Nicolás Ortega –vicepresidente–, el sábado. | | ANDRÉS CRUZ

Pepe Mel ya sabe, por fin, que la UD Las Palmas quiere que sea el entrenador del proyecto 2020-21. La predisposición del presidente Miguel Ángel Ramírez a renovarle, y la de técnico a continuar, llegó a un punto en común ayer por la tarde, cuando el club, a través del director deportivo Luis Helguera, le comunicó que seguirá y que liderará la plantilla que habrá de optar a algo más que a la permanencia la próxima temporada.

Todo sucedió en una reunión entre Helguera y Mel que se prolongó durante cuatro horas y en la que únicamente trataron asuntos deportivos, cuestión que ambas partes consideran más importante a estas alturas de la película, porque sólo quedan tres jornadas para la conclusión del campeonato y deben que planificar la pretemporada. Por eso, desde ayer, el contacto será más fluido, incluso diario. Toca mirar al futuro y no hay tiempo que perder.

Por eso en la primera toma de contacto, que ambos actores consideran positiva, se pusieron sobre la mesa muchas ideas e intenciones en cuanto a renovación de jugadores, fichajes, posiciones a reforzar, descartes y todo lo relativo a la confección de la plantilla del curso que viene, llamada a ser más competitiva, palabra utilizada por el propio Ramírez, y con Jonathan Viera como estandarte desde que acabe su periplo en China a finales de año.

La única condición que puso el de La Feria para regresar por tercera vez a la UD es que se cree un plantel que pueda luchar por el ascenso a Primera División. Ni mucho menos el objetivo será quedar entre los dos primeros, pero sí entre los seis, lo que permitiría al cuadro amarillo jugar el playoff. El discurso será el de siempre: primero permanencia, luego promoción y finalmente ascenso directo, pero la pretensión real será mayor que la de la presente campaña.

Es un reto, en cualquier caso, que motiva a Pepe Mel, que tiene tres ascensos a sus espaldas: uno con el Rayo Vallecano de Segunda B a Segunda (2007-08) y dos con el Real Betis de Segunda a Primera (2010-11 y 2014-15). Se había encargado el madrileño de recordarlo varias veces en sus últimas comparecencias como reivindicación a su trabajo. Venía a decir, en cierta forma, que cuando le han propuesto cosas grandes, las ha conseguido. Pero también advirtió que para ello, en la UD actual deben cambiar muchas cosas.

«Estabilidad»

La última defensa de sí mismo la hizo el sábado pasado minutos después de que su equipo perdiera por 0-2 frente al Real Zaragoza, ya con la salvación en el bolsillo. Habló de una palabra definitiva que ha terminado por convencer al presidente: «estabilidad». Y no le falta razón, porque suma ya casi dos temporadas y media y comenzará una tercera en el banquillo después de que por él pasaran hasta seis entrenadores entre agosto de 2017 y marzo de 2019.

Pero también ha conseguido ciertas cosas que han llevado a Ramírez a converse definitivamente, tales como el cumplimiento de las metas –la salvación en ambos cursos completos–, la apuesta por Pedri –los ingresos por su venta, que pueden ascender a unos 25 millones, acabaron con los problemas económicos inminentes de la entidad– o el buen manejo del vestuario –todos creen en él–.

La conjunción de todos esos elementos llevaron al máximo mandatario a activar el protocolo de renovación de Mel, tal y como adelantó este medio en su edición de ayer. Semanas antes, el 21 de abril, el propio Ramírez había dejado bien claro, también en el mismo periódico, su postura favorable a la continuidad del madrileño y su intención de trasladárselo en poco días, sin embargo, el hecho de que la permanencia no fuera todavía matemática, y las dudas en los despachos en cuanto a la posibilidad de contratar a un nuevo entrenador, le hicieron postergar la decisión.

Hasta que ayer, por fin, Helguera, que como director deportivo manejaba otros nombres, además del de Mel, trasladó al técnico actual que el elegido es él. Los asuntos que trataron, y que tratarán por el momento, tienen que ver con aspectos puramente deportivos, de altas, bajas, apuestas de la cantera y demás.

El apartado económico, en principio, no debiera suponer un problema. Así al menos lo consideran ambas partes. Cabe recordar que la temporada pasada Mel dejó bien claro que el dinero no supondría un inconveniente para su continuidad. Finalmente el club, que debía afrontar la reducción de masa salarial de la plantilla mediante la salida de jugadores con contrato en verano –léanse Mantovani, Srnic o De la Bella– le hizo una oferta a la baja y aceptó.

Está por ver si la UD, recuperada por completo del varapalo de la primera temporada tras el descenso (2018-19), en la que se gastó una millonada –el límite salarial rondaba los 19 millones–, le ofrece el mismo salario o no. Ya en el pasado mercado invernal el club amarillo logró aumentar ese tope desde los 7 millones hasta los 12 –aproximadamente– gracias a los ingresos previstos por Pedri, por lo que tiene dinero, aunque aún afronta pagos a futbolistas que ya no están.

Será una cuestión que abordarán próximamente, pero el primer paso ya está dado. Mel sabe por fin de primera mano que la entidad le quiere y a partir de ahora las dos partes piensan en el futuro. El contacto diario entre Helguera y el técnico en Barranco Seco ya no será sólo sobre el presente. Porque la UD Las Palmas ha elegido al madrileño para el proyecto ganador.

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