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Djuka no viste de amarillo

El delantero del Sporting, que iguala a RDT como pichichi, con 22 tantos, marca el gol que decide el partido en el único tiro entre palos de su equipo | Las Palmas perdona y lo paga

El amarillo Tomás Cardona pugna por el balón con Uros Djurdjevic -futbolísticamente conocido como Djuka- durante el choque de ayer en El Molinón. La Provincia

Uros Djurdjevic, delantero del Sporting de Gijón, decidió el partido en el minuto 64 en el único tiro a puerta de su equipo en todo el choque. Contrastó esa letalidad con la falta de pegada de la UD Las Palmas, que no supo materializar las ocasiones de las que disfrutó, sobre todo en la primera. Araujo se topó varias veces con Mariño y una con el poste. Jesé, ni siquiera apareció. El pichichi de Segunda marcó la diferencia. 

Nada había hecho el Sporting de Gijón que preocupara a la UD Las Palmas. El partido transcurría en la monotonía a la que acostumbra el cuadro amarillo en los últimos tiempos ante un rival cansado, sin ideas y presa del pánico porque veía que el camino hacia la promoción de ascenso se le complicaba por su incapacidad de generar peligro. Hasta que apareció, de repente, un jugador que lo cambió todo y de alguna manera vino a explicar por qué un equipo, el suyo, está más arriba que el otro. Su nombre es Uros Djurdjevic, Djuka en el mundo del fútbol.

No había tirado entre palos el conjunto de David Gallego y los disparos que había lanzado anteriormente ni siquiera inquietaron a Valles. Por ese entonces habían pasado ya 64 minutos de juego, más de una hora, cuando una aparición estelar rompió el partido. El montenegrino de origen serbio intuyó a la perfección lo que Saúl García, el lateral izquierdo, iba a hacer tras su cabalgada hacia el ataque, y por eso frenó su carrera dentro del área mientras la defensa de la UD reculaba hasta casi chocarse con el portero. El movimiento fue definitivo, porque se quedó solo.

Lo que vino después fue otra demostración de que el gol se lleva en la sangre. La secuencia fue pulcra hasta en el tiro, aunque fuera con la punta del pie, algo comúnmente rechazado por los más puristas. Control, orientación y chut de la única manera en que podía hacerlo para que el balón acabara en la red. Djuka, sin duda, primó el fondo a la forma, porque en esto del fútbol en Segunda División hay poco margen para los ornamentos.

Sin pegada

Gol en el primer disparo entre palos y a defender. Acabó por ser el único en todo el choque, pero definitivo, lo que, por otra parte, dejó en evidencia la falta de pegada de los delanteros amarillos. Había jugado la UD bastante mejor, con dominio del juego y creación de ocasiones, pero con ceguera ante el gol. Araujo, que fue el mejor, remató sin suerte ni precisión hasta tres veces a puerta en la primera parte: se estampó dos veces con Mariño y una con el poste.

Fue la diferencia. Djuka marcó su vigesimosegundo tanto e igualó a Raúl de Tomás como pichichi de Segunda, mientras que el Chino se quedó en sus nueve. De Jesé, que pasó totalmente desapercibido, mejor no hablar. Sigue con un único gol de penalti ante el Lugo en su haber –en 14 participaciones– y ya casi nadie le espera.

Hay partidos que gana un sólo jugador y el Sporting lo tiene. Suma cinco goles menos que la UD, que los ha repartido más, pero también ha encajado casi la mitad –26 por 51–. Ese registro también explica el lugar de cada uno. Pero si la UD no ganó ayer es porque Djuka no viste de amarillo.

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