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Copa de Juveniles: El adiós más cruel esperaba por la UD

El cuadro de Raúl Martín cae en los penaltis (2-1) ante el ‘Dépor’ y se despide de la ‘final four’

El adiós más cruel esperaba por la UD

Lágrimas amarillas. El dolor del Anexo. Una lección vital. El mejor entrenamiento. Desde los once metros y de la forma más cruel. El Juvenil A de División de Honor de la UD dijo adiós a la ‘final four’ de Las Rozas (Madrid) en la fatídica tanda de penaltis (1-3) tras alcanzar el 120’ en el Anexo con un (2-1) en el marcador ante el Dépor. Bofetón a la legión de nuevos Pedris.

El adiós más cruel esperaba por la UD

El mismo resultado que en Abegondo, que forzó el tiempo suplementario y una relación de penas máximas dantescas para los amarillos. Faltó precisión bendita, derretidos por la responsabilidad.

Moleiro (37’) y Andy (61’) pusieron en franquicia a la UD, que ya se veía en las semifinales de la Copa de Campeones tras un recital brasileño de combinaciones, tacones y un sello atractivo. Pero el cabezazo de Noel, desde el corazón del área, fue una puñalada al hígado. Del (2-1) a una prórroga con reiteradas escenas de descomposición física. La muerte más lenta.

Una forma endemoniada de decir adiós. Lágrimas y la entereza del deber cumplido. Faltó físico, pulmones y ambición. Pero sobra clase, hay magia para el nuevo ciclo del novelista José Mel Pérez.

Con el arbitraje de Alemán Pérez -el nuevo Hernández Hernández, seguro y sin fisuras en un pulso intenso-, la UD gobernó por completo en la primera parte. Quedó claro en la previa, el descaro de la UD ante el Dépor de Óscar Gil Sanz era el único camino.

Pipa se destapó en el costado derecho y su conexión con Moleiro fue crucial. Centro, control y colocó el esférico de forma magistral ante un Brais de hielo. Yadam, centrocampista exquisito, escondió el balón y no había noticias de la formación gallega. El pase del ‘10’ de la UD fue pinchado por Andy en la acción del 2-0 -superada la hora de partido-. Del éxtasis a una fase de descomposición física. Se apagó la luz. Con ustedes, la descomposición de la etiquetada como la nueva legión de ‘Pedris’. Pero a falta de seis minutos para echar el cierre, el Anexo se quedó en silencio. La madre del terror.

Brais dejó un paradón en el 95’ y faltaron ideas. Ni rastro del registro incisivo y tropical de una UD que perdió el sitio ante la sobriedad gallega. Cuestión de tablas.

La entrada de Peke, ex de la UD, elevó el suspense con dos apariciones estelares. El isleño logró uno de los tantos desde el punto de penalti. En esa faceta, los locales estuvieron desastrosos: desliz de Gabri, así como de Moler y el toque sutil de Andy se marchó por encima del larguero. Solo cumplió Gabri. En el Dépor, el citado Val, Peke y Noel obraron el milagro para colarse en las semifinales. La resurrección gallega. David topó con el palo y la figura del meta Álex, el héroe de la ida, pero resultó insuficiente. Adiós a la ‘final four’ desde el punto de penalti. Faltaron cambios para brindar oxígeno y personalidad. Matar el partido, lo que se llama oficio.

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