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El gran reto de Peñaranda: reencontrarse con el fútbol

El nuevo delantero de la UD, que llega cedido por el Watford, sólo ha jugado 32 partidos ligueros en los últimos cinco cursos | No marca un gol desde que dejó el Granada en 2016

Adalberto Peñaranda –de blanco en el centro de la imagen– pugna con el amarillo David García en el UD-Granada del 30 de diciembre de 2015 en el Gran Canaria. | | QUIQUE CURBELO

Adalberto Peñaranda es, cuanto menos, una apuesta de riesgo. No es de esas que se puedan denominar como seguras. Porque desde que con 18 años irrumpió como un tren con sus participación en el Granada CF, en la temporada 2015-16, se descarrió. No existe un único argumento que lo explique, pero valgan las lesiones, los cambios de equipo constantes o las polémicas en las que se ha visto envuelto en varias ocasiones como tapones a su carrera. Por eso su llegada a la UD Las Palmas implica un gran reto: reencontrarse con el fútbol.

Muy convencida de que lo logrará está la dirección deportiva que encabeza Luis Helguera, el mismo que ayer acudió al aeropuerto de Gran Canaria para recibirle tras haber alcanzado un acuerdo con el Watford, con el que tiene contrato hasta junio de 2023, para traerle cedido hasta final de temporada. Está llamado a ser el sustituto de Sergio Araujo –su traspaso al AEK de Atenas está casi cerrado– en la delantera.

El contraste entre ambos en cuanto a rendimiento en las temporadas precedentes es grande. Referido al curso pasado, el argentino marcó 11 goles en 29 partidos, mientras que el venezolano no vio portería con el CSKA de Sofía búlgaro en nueve encuentros entre todas las competiciones. Ese último registro de Peñaranda no fue sino la continuación de un trayectoria insignificante desde que dejara el Granada en 2016.

El sudamericano llegó al club nazarí en el verano de 2015 cedido por el Udinese, que lo había traído desde Venezuela con 18 años después de que despuntara en su país. No defraudó. Y no sólo porque logró cinco goles en 23 partidos en con el primer equipo tras subir desde el filial a finales de noviembre de 2015, sino también porque deslumbró con su juego, lleno de potencia, movilidad y determinación. Todo ello le valío para jugar con su selección –suma 16 choques en total–. Algunos, inlcuso, lo compararon con Ronaldo Nazario.

Al poco de debutar le toco ir al Gran Canaria. Fue el 30 de diciembre, en su sexto encuentro. Aquel día la UD de Quique Setién, que ya había tomado forma, goleó al Granada por 4-1 y Peñaranda marcó el gol de su equipo. Ya sabe, por tanto, lo que es marcar en Siete Palmas. En la última mitad del curso el atacante sólo logró dos tantos más, pero su rol era el mismo, el de titular en la delantera nazarí.

En enero de 2016, el Watford inglés, del mismo dueño que el Udinese y el Granada –la familia Pozzo, se Italia–, lo adquirió en propiedad y lo dejó cedido en el cuadro andaluz, y desde que concluyó el curso se acabó Peñaranda.

La proyección enorme que parecía tener se frenó en seco. En la primera mitad de la campaña 2016-17 estuvo en el Udinese –seis partidos– y la segunda en el Málaga –tres–, donde jugó todo el curso 2017-18 –13–, siempre como cedido. Una lesión inguinal y luego otra muscular en el año del descenso a Segunda le lastraron.

La temporada 2018-19. Primero un problema burocrático y luego varias lesiones le dejaron sin jugar. No salió del Watford. Sí lo hizo la siguiente (2019-20), al Eupen belga en la primera mitad del curso, pero se declaró en rebeldía y le devolvieron después de jugar únicamente cinco encuentros. Luego, no participó con el conjunto inglés. Por último, la pasada campaña militó en el CSKA de Sofía, donde sólo sumó cinco apariciones. En resumen, otro fracaso.

Así pues, el balance de Adalberto Peñaranda en las últimas cinco temporadas, las que transcurrieron desde que dejó el Granada, es de cero goles en 32 partidos ligueros. En todos las competiciones, su registro es de dos tantos en 42 choques. Ambos los consiguió en la Copa de la Liga con el Watford. Por eso la apuesta de la dirección deportiva no es nada segura.

La mejor versión

La esperanza es que Pepe Mel le recupere para el fútbol, que logre un alto grado de implicación del jugador y que trata de sacar el máximo rendimiento posible de sus cualidades. En Granada demostró tenerlas, pero su falta de continuidad ha parado su progresión. Su reaparición en el escaparate depende en mayor medida de él.

Su objetivo inmediato es sumarse cuanto antes al trabajo, algo que está previsto para el lunes o martes una vez haya pasado el reconocimiento médico y firmado su contrato de cesión con la UD. Viene de entrenar durante dos semanas con el Watford, por lo que acumula una semana más de puesta a punto que el resto.

Peñaranda está llamado a ser el referente de la delantera de la UD, en la que de momento competirá con Rafa Mujica y Jesé Rodríguez, cuya continuidad se hará oficial en los próximos días. La trayectoria del venezolano, aunque con diferentes actores, guarda ciertas similitudes con la del grancanario: jugadores que iban para estrellas y se quedaron estancados. Las Palmas es su lugar para redimirse.

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