Lleva desde el sábado pasado en Gran Canaria y acumula dos días de trabajo junto a sus nuevos compañeros, pero todos en el seno de la UD Las Palmas coinciden en que Adalberto Peñaranda, el último fichaje anunciado por la entidad, está en forma y se siente integrado tras su primera toma de contacto con el vestuario.
Las dos semanas de entrenamientos que acumuló con el Watford inglés, club que le cedió a la entidad amarilla hasta final de campaña –la UD se guarda una opción de compra cuya cantidad no fue revelada por el director deportivo Luis Helguera–, le han servido para unirse al grupo a las primeras de cambio.
Así, en el entreno de ayer, abierto a los medios de comunicación, se le vio en un buen estado y demostró algo del nivel que se le presuponía cuando se marchó del Granada CF tras despuntar en el curso 2015-16. Nunca volvió a ser el que era y ahora espera reencontrarse con el fútbol en su nuevo equipo.
Las cualidades que valieron al Watford para ficharle a mitad de aquella temporada y a la selección nacional de su país para convocarle para la absoluta fueron su capacidad goleadora y también su potencia, virtud que le valió para que algunos le compararan con Ronaldo Nazario. Ahora, en una categoría inferior como la Segunda División, confía en poder sobresalir otra vez.
De momento al cuerpo técnico que encabeza Pepe Mel le ha agradado su actitud en los entrenamientos, la misma que aseguró que iba a tener tras haber «madurado» y reconocido los «errores» que le frenaron en su carrera tras salir de España –cero goles en 32 partidos ligueros en cinco años–.
La primera oportunidad para agradar en un partido, aunque amistoso, será el miércoles que viene, cuando la UD se medirá con el Espanyol en Marbella durante su stage de pretemporada.
