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Hermanitas de la Caridad 2.0

La UD clona la versión cómica del pasado curso al encajar tres tantos en 26 minutos | El lateral de Benito fue un agujero negro | Resbalón de Navas y desliz de Eric en el cuarto

Maikel Mesa y Benito Ramírez observan el balón, con el extremo galo Haissem Hassan en el suelo del estadio de Anduva. | | LOF

La partitura de Mel, infranqueable en las tres primeras jornadas (290 minutos) al recibir dos tantos, fue ayer incendiada en menos de media hora. Despistes, concesiones, falta de atención y el viaje hacia el desastre. Las soluciones llegaron tarde -el extremo de La Aldea fue retirado al descanso- y se dilapida el rigor conquistado tras la pretemporada. La aparición de Kirian aportó control en una medular sin brújula. 

Anduva, una regresión al horror. El cementerio de la UD, seis visitas y seis derrotas en una máquina de torturas, recuperó la impronta de zaga de cartón. El síndrome de las ‘hermanitas de la Caridad’, que parecía desechado tras la impecable pretemporada y el eficiente inicio liguero ante los miuras Real Valladolid, Girona y Huesca -270 minutos, dos goles-, ha devorado el escudo de la UD. Tres tantos encajados en 26 minutos es un dato demoledor. Fiel reflejo del desastre que se vivió ayer en Miranda de Ebro. Los dos centrales que cautivaron en los tres primeros kilómetros de esta maratón fueron despellejados por Camello y Hassan. Las facilidades y los metros con los que latió Meseguer resultaron determinantes. Así como la falta de anticipación desde la banda. Retirar a Enzo Loiodice (22’) -para dar entrada a Kirian- sirvió de poco. Al inicio del segundo acto, apareció la luz en el horizonte pero el cuarto fue tragicómico. Saca Raúl Lizoain como una centella y la visión de Roger Brugué es la estampa de la desidia. Solo. Para entregar el cuero a Rodrigo Riquelme.

En el 1-0, quedaron patentes las limitaciones de Benito Ramírez ante un oponente de potencia. No es la primera vez. El desborde de Hassan resultó abrumador y en el envío al corazón del área, Erick Ferigra anda lento. El golpeo, al palo corto, sorprende a Raúl Fernández que se encuentra el balón demasiado tarde. Es un tanto evitable, que se convirtió en la punta del iceberg del despropósito. De la falta de pundonor para taponar al extremo galo, al resbalón de Navas.

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Si en el 9’, en el segundo balón que acarició Camello, lo mandó a la red, a los veinte, el desplome de Raúl Navas permitió un estreno soñado del artillero cedido por el Atlético de Madrid. Dos de dos. Y en el 26’, la misma fórmula que en el 1-0. Hassan vuelva por el costado derecho, con caño incluido a Benito Ramírez -que fue retirado en el 46’ por Eric Curbelo-. Vicente empuja a la red para escenificar la vuelta a las andadas. El cuadro amarillo ya figura como el equipo más goleado (seis dianas), junto al Alcorcón y Amorebieta.

Capacidad de respuesta táctica

Mel retiró a Enzo (22’) y el drama se estiró hasta el inicio del segundo acto. Benito, desbordado, dejó su puesto a Cardona. Eric Curbelo hizo lo propio con Álvaro Lemos. La aparición de Pinchi por Maikel Mesa conforma el paquete de medidas del novelista Mel. Y funcionó, ya que con el segundo torpedo atómico de Pejiño (53’), Las Palmas acarició el empate. Se mantuvo en el partido, comenzaba a resucitar. Una resurrección con mayúsculas. Pero el cuarto de Riquelme, se forja con Eric Curbelo en posición de ataque. El repliegue careció del empeño preciso. Raúl Lizoain está pícaro, al sacar con una velocidad extrema, pero de nuevo el síndrome de las ‘hermanitas de la Caridad’ vuelve a sobrevolar Anduva. Es el primer patinazo del ciclo del Ferrari y a las puertas del debut de Viera ante el Ibiza en el Gran Canaria -sábado-. Cuando ya parecía que la UD era un sello fiable, llega esta tonelada de esperpento. Lejos de que brillase el Mirandés, los amarillos se empeñaron en ponérselo excesivamente fácil. Hasta el punto de resultar cómico. El partido de Hassan fue sublime, provocado en parte por la falta de recursos tácticos. Igual que es factible pasar de línea de cuatro defensas a cinco -tres centrales-, no era necesario esperar al 46’ para tapar el agujero negro.

De la UD supersónica que bailó al Huesca al disparate de Anduva. Anda este equipo en extremos antagónicas. El desierto de Arizona y Alaska. Con Nuke en el banquillo, el partido de Maikel Mesa decepcionó, igual que el de toda la retaguardia -sin excepción-. Sin noticias de Enzo, el rol de Kirian Rodríguez sí sale fortalecido. A la espera de Viera, ya aparecen enigmas indescifrables y jugadores al filo del acantilado. Lo del congoleño y ex del Elche, carece de lógica. En el plano ofensivo, un brillante Jesé y el instinto asesino de Pejiño. El de Barbate ya contabiliza tres dianas en las últimas dos fechas. La partitura camaleónica de Mel no estuvo a la altura. Retratados en el infierno. Hasta nunca Anduva.

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