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Empate ante el Burgos

La fórmula, Viera y la exigencia

El 4-2-3-1, con el ‘21’ al mando de todo, sin resultado | Hay síntomas de conformismo

Jonathan Viera lucha con Elgezabal por hacerse con el balón ante la presencia de Pejiño | | LOF

Pepe Mel cambió la fórmula para tratar de volver al triunfo, pero tampoco funcionó. La misma, consistente en llevar todo el protagonismo a la zona central en sacrificio de las bandas, implicaba otorgar de un poder absoluto para Jonathan Viera, libre para moverse por donde quisiera, liberado de tareas defensivas y motor del juego de la UD. Y el equipo creó ocasiones de gol, sobre todo en la primera parte. Él mismo y Jesé desperdiciaron dos, la de éste último muy clara, y como en el fútbol si no hay goles no hay ventura, cualquier buen desempeño queda en poca cosa, así que lo que se llevó Las Palmas de su visita a El Plantío fue un punto que, de alguna manera, trae al debate popular la famosa mayor exigencia que reclamó Miguel Ángel Ramírez.

La fórmula, Viera y la exigencia

No hay visos de ese requerimiento en las últimas tres jornadas, las que sucedieron a otras en las que el cuadro amarillo insinuó que se lo creía, dejó caer que cada vez que saliera al campo iba a ir a por el triunfo de forma evidente. Toda esa valentía se ha transformado en miedo, hasta tal punto que Pepe Mel considera que dos empates frente a dos equipos recién ascendidos no son malos, porque al menos no se pierde. Alude a que «hay que estar en disposición de ascender en marzo», pero para llegar a esa situación debe sumar más en septiembre, octubre, noviembre, enero y febrero, y el presente mes acaba y Las Palmas no suma de tres.

La fórmula, Viera y la exigencia

El recuerdo

Mel ejecutó el plan que había diseñado desde el mismo momento en que su equipo no fue capaz de ganar al Ibiza. Volvió al sistema 4-2-3-1 que en 2019 le dio grandes resultados, con dos series de cuatro victorias consecutivas en apenas tres meses, y con Jonathan Viera también en el equipo. La diferencia es que, entonces, el de La Feria estaba mucho más rodado, venía de jugar semanas antes con el Beijing Guoan; ahora, no está ni al 70% de su capacidad, por lo que asalta la duda sobre la conveniencia de trasladar todo el peso del equipo a un jugador que todavía no está.

Aún así, al ‘21’ le dio para tener una ocasión de gol y fabricar otra. En la primera, llegó algo forzado al área para rematar un pase de Pejiño desde la derecha; en la segunda, inventó a un pase genial por encima de la defensa del Burgos para dejar solo ante el portero a Jesé, que recuperó su versión más tibia del curso pasado para ponerle la pelota en las manos.

Más allá de eso, el juego de la UD fue muy lento, previsible, cómodo para un rival que con mantener las líneas bien juntas tuvo suficiente para superar sus peores momentos y sumar un punto, porque con su planteamiento tampoco podía aspirar a más. Con Viera en el centro de todas las jugadas, sin la chispa adecuada, y sin faltas o penaltis con los que elevar su actuación, Las Palmas cayó en la trampa.

En la segunda parte apenas se le vio y fue sustituido en el minuto 70, tal y como venía escrito en el plan de partido. Su salida supuso un antes y un después en el choque, porque el cuadro de Mel, de repente, comenzó a correr. Para ello tuvo que ceder más terreno al conjunto burgalés y, en consecuencia, empezar a sufrir ante el acercamiento del rival a su área, pero a cambio tuvo más espacio para salir a la contra.

Y entonces llegaron las acciones de mayor peligro amarillo en el segundo periodo, hasta tres. En la primera, Pinchi galopó casi hasta la línea de fondo para poner un pase atrás; luego, entre Jesé y Peñaranda fabricaron un jugada que el venezolano concluyó con un tiro malo con la izquierda; finalmente, Clemente, que se ubicó en el lugar del de La Feria, condujo hasta abrir a Lemos, que puso un centro por bajo que Jesé no llegó a rematar.

Pero fue todo lo que hizo la UD, que evidenció síntomas de conformarse con el empate. Ejemplo de ello son la tardanza de Cardona cada vez que tenía que sacar de banda, los innumerables pases horizontales entre Ferigra y Curbelo o los frenazos de Loiodice y Mfulu para devolver el balón a la defensa.

La exigencia de aspirar a más, de momento, brilla por su ausencia en la UD. Entre esos mandatos debiera haber estado ganar a dos equipos que la temporada pasada, aunque renovados, jugaban en Segunda B, o no volver a caer con estrépito en Miranda de Ebro, o no sumar tres salidas ya este curso con cero victorias.

Mel y Las Palmas se agarran a la visita de la Ponferradina, líder, el próximo sábado para volver a ilusionar a la gente, pero también a ellos mismos. Y a que Viera esté, de una vez, bien del todo.

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Burgos CF - UD Las Palmas LOF

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