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El derbi del pueblo: «Será como la gran fiesta del 21-J»

Los dirigentes de la UD apuestan por el lleno el 16 de octubre ante el Tenerife | En la final del playoff de 2015 acudieron 28.232 fieles

El colegiado Ocón Arraiz (1ºi) porta el balón, el 21 de junio de 2015 con la salida de UD y Zaragoza. Detrás, la Naciente. | | Q. CURBELO

La vuelta a la normalidad de la bombonera. En busca del primer lleno postpandémico.Los dirigentes de la UD, tras aprobar en la última sesión del Consejo de Administración que los abonados están exentos de pasar por taquilla para el derbi del 16 de octubre en el Gran Canaria (17.15 horas, Movistar Partidazo), apuestan por el lleno. El cuadro de Mel se mide mañana al Cartagena y el 9 de este mes, visita al Almería. Pero en el horizonte, brilla el clásico canario. «Será como la gran fiesta del 21-J del 2015, en la que, entre todos, conquistamos el ascenso a Primera», apostilla un alto ejecutivo de la entidad grancanaria.El afamado vuelo a los cielos, con un estadio en obras, se congregaron 28.232 espectadores en el partenón -se colgó el cartel de no hay billetes-.

Aquella fecha histórica fue la última ocasión que se llenó el recinto de Siete Palmas. ¿Se logrará seis años, tres meses y 24 días después? Con los abonados liberados de pasar por caja -hay doce mil socios-, hay 20.000 localidades a la venta. El aforo del Gran Canaria es de 32.000 butacas y la mejor entrada de los últimas campañas aconteció con la UD en Primera. Ante el Atlético de Madrid, el 17 de febrero del 2016, acudieron 28.515 fieles. Pero no se llenó.

En Primera, ante el Atlético, la afluencia ascendió a 28.515 en 2016; en este curso, 11.884 de media

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Además, otras afluencias para destacar se constataron ante el FC Barcelona de Messi y Neymar (26.951), el Real Madrid de Cristiano Ronaldo (25.846) o en la entrañable despedida de Juan Carlos Valerón, así como la de Ángel López ante el Athletic Club de Bilbao, al son de la melodía de Los del Río el 27 de abril del 2016 -con 27.410 aficionados-. Ya en la siguiente campaña (2016-17), también en la máxima categoría, el tanto agónico de Araujo ante el Madrid (2-2) lo presenciaron un total de 22.520 espectadores. Y el Sevilla, con Vitolo, dejó el dato de 27.843. La ‘manita’ del Atlético de Madrid (0-5) contó con 23.570.

En el curso del desastre y descenso a Segunda, en el funesto ‘ciclo Emenike’, el pulso ante el Levante, con Pako Ayestarán en el banquillo, acudieron 26.212.

Desde esta octava jornada, la afluencia permitida es del 100 % en el Gran Canaria (los 32.000). No hay restricciones de aforo, pero sí es obligatorio el uso de la mascarilla. En los dos últimos derbis en Siete Palmas, las entradas registradas ascendieron a 19.190 (diciembre de 2018) y 21.464 (enero de 2020). Dos meses antes del estallido de la pandemia, y con Pedri como atractivo, la UD no pasó del (0-0) en el último clásico con público. Con las gradas vacías, en noviembre, el cuadro de Mel se impuso (1-0) gracias al Ortolazo.

Con las restricciones de aforo, en este curso, la UD debutó ante el Valladolid (12.960) y luego llegaron las visitas de Huesca (9.840), Ibiza (11.726) y Ponfe (10.210). Con un total de 44.736 fieles, la media es de 11.884. Lejos del lleno. Pero con Viera todo es posible.

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