A Sergio Ruiz le queda poco, casi nada. El mediocentro cántabro entra en la fase final de su puesta a punto tras su lesión, que le ha alejado de los terrenos de juego durante dos meses. De momento, el futbolista de Astillero acumula más minutos de trabajo con el resto del grupo, al que se incorporó la semana pasada, en busca de una plenitud que le permita entrar en la convocatoria. Su presencia para entrar en la lista del partido de mañana frente al Fuenlabrada (20.15 horas, Movistar LaLiga) parece un tanto precipitada, por lo que la mira con él está puesta en la próxima salida del equipo: el Carlos Tartiere donde le esperará el Real Oviedo el sábado (17.15 horas, Movistar LaLiga).
Por ahora, Sergio Ruiz lleva pocas horas de vuelo con el resto del equipo desde que salió de su rehabilitación de fisioterapia y gimnasio, de las sombras de Barranco Seco. El pasado miércoles, el ex del Racing de Santander volvió a pisar el césped junto al resto de compañeros. Todo después de que pasaran 46 días desde su lesión, producida el pasado 11 de septiembre frente a la UD Ibiza en la quinta jornada de LaLiga SmartBank. El cántabro se retiró del campo en el minuto 56, su primera sustitución en toda la temporada. Hasta ese momento, Sergio Ruiz lo había jugado todo.
La lesión de Sergio Ruiz fue más compleja de lo esperado. Pero también de lo detectado al principio, Todo en una acción donde el árbitro decretó falta del ‘3’ amarillo cuando fue él quien recibió el golpe. El cántabro tuvo que salir del campo por culpa del dolor que tenía en el pie. La primera exploración apuntaba a un simple impacto, que su inflamación era producto de la colisión entre pies. Después se vio un edema óseo que le impidió estar frente al Burgos CF y la SD Ponferradina.
Con todo eso, Sergio Ruiz no terminaba de encontrarse cómodo. Cada vez que se probaba, sentía dolor al correr y en los ejercicios con balón sin golpeo que trataba de completar en Barranco Seco. Imposible para él. Cuando intentó ejecutar pases, usar su pie en plenitud, no lo consiguió: el dolor era mayor y persistía. La UD concretó que la mejor opción era que volviera a pasar nuevas pruebas. Y fue ahí cuando se detectó la fisura. Eso fue a finales de septiembre, tres semanas más tarde de aquella sustitución en el duelo contra el Ibiza.
«Llevamos una evolución un poco más lenta de lo esperado debido a que en un principio no se le diagnosticó esa ‘fisurita’ y a las tres semanas, cuando se le realizó la prueba por imagen fue donde se apreció que tenía una fisura. Entonces tuvimos que parar hasta que osifique», reconoció Andrés Pérez, readaptador de la UD Las Palmas, en los medios del club.
Ahora, Sergio Ruiz se encuentra mucho mejor. El dolor ha desaparecido y puede completar las sesiones sin más problemas. Un alivio para Pepe Mel que ve como uno de sus hombres de confianza está a punto de ver la luz y regresar a competir. Esa será la última prueba, algo totalmente real, sin armas de fogueo.
Con la baja de Nuke Mfulu, que estará fuera de circulación un mes, más la de Jonathan Viera, el centro del campo amarillo está resentido. Fabio, tras su buen hacer contra la Real Sociedad B, oposita como firme candidato al puesto de pivote. Estos serán los últimos coletazos de Sergio Ruiz con la UD Las Palmas antes de incorporarse al Charlotte de la MLS. Por ahora, todo sigue igual: el mediocentro tendrá que incorporarse en diciembre a la franquicia de Carolina del Norte. La UD cuenta con un derecho preferencial de compra sobre el futbolista cántabro que entra en los planes del entrenador grancanario Miguel Ángel Ramírez para empezar el primer curso en la historia del club.
