Sergio Ruiz ya está de vuelta en casa, en Astillero, localidad de Cantabria muy cerca de Santander. Llegó ayer después de despedirse de la familia de la UD Las Palmas por la mañana en la ciudad deportiva de Barranco Seco. Fue un hasta luego rodeado de compañeros, el cuerpo técnico y directivos, porque piensa volver en algún momento, aunque su contrato de cesión termina el próximo 31 de diciembre después de una temporada y media en el club amarillo a préstamo por el Charlotte de Estados Unidos.

«Estoy un poco más tranquilo, ya estoy en casa con mi gente y a partir de ahora trataremos de mejorar y gestionar todo mejor. El cariño de la familia y amigos me ayudará», comentó a través de los canales oficiales del club.

El cántabro, que cumplirá 27 años el mes que viene, quiso poner en valor la importancia de no esconder los problemas de la cabeza. «Hay que darle visibilidad y normalidad a la salud mental. La gente lo ve raro, pero ocurre muy a menudo. Para mí, comentarlo y hablarlo me sirve, pero sé que es bueno para el resto de la gente», dijo el centrocampista.

Sergio Ruiz no sabe dónde poner la fecha de inicio de su depresión, pero sí confirmó que lleva un tiempo sin encontrarse bien. «Llevo varios meses con preocupaciones y problemas. Son cúmulos de circunstancias y, sin darte cuenta, todo va a peor. No he sido capaz de gestionarlo ni de afrontarlo y me ha explotado todos esos problemas ahora», señaló.

Además, agradeció a la UD su disposición a ofrecerle todo lo que estuviera de su mano para su pronta recuperación. «Agradezco al club su posición apoyándome plenamente. Todos han visto mi situación y me han dado facilidades y cariño para tomar esta decisión», agregó el cántabro.

«Intenté jugar hace 10 días cuando no me encontraba bien ni física ni mentalmente, pero creí que podía y fue realmente duro estar en el campo. Llevaba unas semanas sin tener hambre, sin saber qué pasaba y tuve que parar», reveló.

Por último, el futbolista dejó una puerta abierta a volver a jugar con la UD Las Palmas, sin especificar si antes o después de Nochevieja: «Me hace ilusión volver a ponerme la camiseta de la UD».