Hay equipos, o más bien entrenadores, que desechan el balón parado. Consideran que marcar o que te marquen en una jugada de córner, de falta o en un saque de banda es más producto de la suerte que de otra cosa porque, al fin y al cabo, es un balón lanzado hacia una zona en la que hay muchos jugadores y que puede caer a cualquiera de ellos. La UD Las Palmas es uno de esos conjuntos. De hecho, es una de las facetas menos trabajadas en los entrenamientos en Barranco Seco. Producto de la falta de ensayo o no, tiene el peor balance de la categoría: ha marcado dos goles y ha encajado siete.
Es una cuestión que viene de lejos. Ya Quique Setién explicó en su día que no probaba ese tipo de acciones porque consideraba que eran una cuestión de azar, en la línea de Pep Guardiola o Marcelo Bielsa, gurús del fútbol de posesión de balón en el suelo. Pepe Mel es de la misma escuela, y con más o menos matices, prefiere aprovechar el tiempo de trabajo en otras cuestiones, al contrario que otros equipos cuya fuerza principal son las jugadas a balón parado.
Para la UD no lo son, aunque en base a los datos quizá le convendría porque es el colista. De los 22 equipos de LaLiga SmartBank, es el que más sale perjudicado. Los sabe bien por la últimas tres jornadas, que además coincidieron con tres derrotas. En cada una de ellas encajó un tanto cuyo origen estuvo en el saque de tres córners.
El último fue el domingo pasado, en Butarque. Un saque de esquina muy mal defendido –en el que también pudo haber un empujón sobre Raúl Navas– acabó con un remate de un jugador del Leganés que tocó en la espalda de Coco y significó el primer gol de los pepineros.
Ocho días antes en Málaga, Sekou Gassama emergió por los cielos de La Rosaleda para cabecear a placer el segundo tanto del cuadro andaluz, el de la victoria, después de que la UD hiciera un esfuerzo tremendo por empatar con un jugador menos. Nadie se encargó de vigilar al hispanosenegalés dentro del área.
Y la semana anterior, en casa frente al Zaragoza, otro córner provocó una segunda jugada en la que Narváez tuvo tiempo de realizar un centro-chut que Álvaro Giménez se encargó de convertir en gol. La fragilidad de Raúl Fernández en el despeje y la pasividad de todos fueron alarmantes.
Antes, el cuadro amarillo había encajado de falta directa frente al Fuenlabrada y el Tenerife, aunque en este último caso Raúl Navas desvió la pelota de manera decisiva desde la barrera. En medio, en Lugo la UD encajó después de un saque de banda, un golpeo con la cabeza de un rival dentro del área y un derechazo a la escuadra. Y ante la Ponferradina, en la séptima jornada recibió su primer tanto en una acción a balón parado, en este caso, también de falta directa.
Estreno en el derbi
En total, siete goles en contra; por contra, sólo dos a favor. El primero fue en el derbi frente al Tenerife, en una jugada rocambolesca que se inició con un pase de Jonathan Viera a Álvaro Lemos desde la esquina. Luego, el gallego centró y el balón se coló en la meta de Juan Soriano después de que alguien desviara la trayectoria. Semanas después, el de La Feria marcó al Zaragoza de falta directa, aunque Raúl Navas rozó la pelota con la cabeza y contribuyó al tanto.
Con todo, el balance de la UD en las acciones a balón parado es de menos cinco. Otros nueve equipos también están en negativo: Zaragoza (-3), Real Sociedad B (-2), Cartagena (-2), Eibar (-2), Sporting (-2), Málaga (-1), Almería (-1), Tenerife (-1) y Mirandés (-1).
Los dos primeros puestos son para el Oviedo y el Girona, que han marcado siete goles y han recibido tres. Resulta llamativo que el Lugo y el Amorebieta, en la sexta y en la undécima posición, respectivamente, sumen los mismos tantos a favor, sin embargo, los gallego han encajado seis y los vascos otros siete. En cualquier caso, todos mejoran a la UD.
