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El gol de los roles

Fabio, Jonathan Viera, Jesé y Benito ejecutan a la perfección su papel en la UD en el tanto de la victoria, obra del aldeano, que suma su cuarta diana tras salir desde el banquillo

Victoria de la UD Las Palmas ante el Sporting

El rol, el papel de uno. Los hay en todos los ámbitos, hasta en la vida misma. También en el fútbol, y ayer, en el gol de la victoria de la UD Las Palmas frente al Real Sporting de Gijón (1-0), el de cada uno de los que participó en la jugada quedó perfectamente retratado.

Fabio, que ya había recuperado el nivel de jornadas anteriores antes de ese minuto 72, leyó a la perfección que un robo en pleno despliegue del rival podría ser decisivo. Tiró de intuición y arrebató el balón al contrario, en tres cuartos de campo. Cumplió, en definitiva, con su misión de devolver la posesión de la pelota a un equipo que vive de ello.

Jonathan Viera, liberado porque lo que lo que trataba de hacer el cuadro de David Gallego era una ataque, sin prever que la parte más importante se la dejaría atrás, recibió el esférico e hizo magia, lo que suele hacer con bastante frecuencia. Un control, un avance y un pase extraordinario para que Benito, que venía en carrera, lo recogiera. El capitán, al final de la acción, sumó su tercera asistencia de la temporada.

Pero antes de que el de La Aldea se la jugara, pasó algo decisivo para que pudiera estar solo frente al portero Mariño: un desmarque de Jesé en diagonal que provocó que los jugadores del Sporting que quedaban por detrás del balón después de la perdida se fueran con el, lo que, en consecuencia, dejó un latifundio para la llegada del extremo. 

Pasó otro partido sin marcar, pero volvió a participar en una jugada de gol y, en este caso, sin tocar la pelota. De alguna manera, cumplió con su cometido, el que le ha dado Pepe Mel: estar casi siempre presente, más incluso de lo habitual en un delantero cuando no destaca precisamente por ver portería, porque sólo con su presencia genera cosas, desde pases de gol hasta excesiva atención de los defensas.

Y luego está el papel de Benito, que no es el de goleador. Lo aclara Pepe Mel: «Lo de Benito está claro. Cuando sale desde el banquillo nos da mucha energía y encima está haciendo goles así. En esta nueva forma de fútbol, con cinco cambios, es importante la participación de los de fuera. Benito, Pinchi... Gente con vitalidad nos da esa energía para recuperar el balón pronto, para hacer presión tras pérdida. Benito lo entiende, está tranquilo y a gusto y sabe que ese rol le va bien. Lo está haciendo bien».

De la explicación del técnico de la UD hay una deducción llamativa: prefiere tener el banquillo a su tercer mejor goleador y este, encima, acepta ser suplente. La realidad es que el aldeano ha marcado sus cuatro goles en Liga -más uno en Copa de Rey- después de entrar al campo desde el banquillo, frente al Alcorcón, el Zaragoza, el Málaga y el Sporting de Gijón.

Pero extraña el rol de Benito. Y no vale el partido de Leganés, donde fue titular, para justificar su suplencia, porque hasta el propio entrenador reconoció que su equipo hizo un partido «horroroso, horrible». Ante la alarmante falta de efectividad de cara al gol, tener poco tiempo en el césped ha uno que lo huele como cualquier killer no encaja. Clemente, el que juega en su puesto, suma siete titularidades consecutivas y no aporta más que el ‘11’. Con más minutos, quizá la UD sufra menos.

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