El clásico canario de lo impredecible. Torrente de positivos, variante ómicron, mascarillas, traje de smoking, cotillón y una visita al ogro del Teide. 68 días después del derbi del éxtasis en el estadio de Gran Canaria, con un bendito tanto de Álvaro Lemos en el 92’ (2-1), el CD Tenerife recibe a la UD Las Palmas bajo un clima de máxima incertidumbre. Los índices de contagios de la Covid-19 se disparan en el Archipiélago y en este minuto, no hay restricciones ni determinaciones desde Sanidad, los órganos autonómicos, LaLiga o el Consejo Superior de Deportes.
El club chicharrero está entregando las entradas a los abonados desde el pasado lunes hasta mañana en el Heliodoro.Desde la próxima semana, es el turno para los no abonados con precios desde los 30 a los 65 euros para adultos y de 10 a 20 para los infantiles -menores de 14 años-. La situación deportiva del cuadro de Ramis es de frenesí. Cerraron la primera vuelta con 38 puntos y en la tercera plaza. Con 20 unidades, son el noveno mejor anfitrión y con cinco triunfos, el segundo mejor visitante con un total de 18 puntos. Cifras de ascenso. Se sienten poderosos y favoritos. Lo dicen los números. La UD solo fue capaz de conquistar una victoria en las últimas siete jornadas. Luce la séptima plaza (31), a siete de los chicharreros. Un bofetón tinerfeño amplía la diferencia a una dimensión deshonrosa: diez puntos.
Sanidad, LaLiga y CSD aplazan a la próxima semana un pronunciamiento sobre los aficionados
Con este cruce de tendencias emocionales, el clásico más madrugador de la historia -nunca se habían desafiado un 2 de enero-, tiene pinta de fusilamiento. El lleno del Heliodoro estaría asegurado (22.824 butacas), pero la cabalgada de ómicron genera múltiples interrogantes. La situación inmunológica de Gran Canaria y Tenerife tiende a complicarse de forma terrorífica. El laberinto de la vergüenza. Como si se retrocediese a la temporada 2020-21 con los estadios vacíos, repletos de butacas misteriosas. Ayer, al término de la Junta General de Accionistas, Miguel Concepción, presidente del Tenerife, estiraba la indecisión.
«De momento no tenemos ninguna notificación de las autoridades sanitarias sobre el aforo para el derbi del 2 de enero. Seguimos vendiendo entradas y esperamos que todo salga bien y cuantos más mejor podamos disfrutar. Aceptaremos cualquier orden sobre la pandemia», aseveró el principal mandatario. Mientras comercializan tickets, están dispuestos a acatar las resoluciones sanitarias. Un universo para la locura.
Puerta cerrada
Desde la otra acera, en la zona noble de la UD, son más realistas. «Vamos abocados y muy a nuestro pesar, a un derbi a puerta cerrada. La situación es tremendamente preocupante», desvela un ejecutivo de máximo rango. Los positivos del CD Lugo (28), Sporting de Gijón (3) o del Ibiza (8) conforman una categoría llamada a los aplazamientos -solo se permiten dos hasta el próximo marzo-.
Sin un pronunciamiento político, el derbi del 2-E sigue su curso. La afición amarilla tenía previsto desplazarse a Tenerife en la mañana del domingo -el duelo es a las 20.30 horas-. En torno al millar de seguidores han cursado la reserva de su localidad. Pero no está asegurada su presencia. «Hay miedo y aún no sabemos nada. Lo primero es la salud. Estamos a la espera de conocer las certezas, el número de interrogantes es elevado», asevera una voz autorizada de la Federación de Peñas de la UD.
Dudas en los rostros de la ‘mancha amarilla’ del Heliodoro, colas en el templo chicharrero y unas cifras de contagios alarmantes. El Gobierno, el CSD y LaLiga se emplazan a la próxima semana para una cumbre que mira al derbi. Cabe recordar que el último episodio en el recinto blanquiazul se jugó a puerta cerrada (1-1) -28 de marzo del 2021- con tantos de Vada y Sergio Ruiz. ¿Se repetirá el silencio en la contienda de la pasión?
El once de Mel lleva una victoria foránea en Liga ante el Sanse en el Reale (0-1). Además, la última alegría de la UD en el infierno del Teide fue el 22 de diciembre de 2001 y en Primera (1-3). 21 años después, la legión del Lamborghini reta al rigor de Ramis. Viera, Jesé, Pejiño y Peñaranda ante la telaraña chicharrera. Pendientes de las restricciones, restan once días para una batalla indescifrable. Tan lejos y tan cerca. Tan real como irreal. El clásico de las mil dudas.
