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Pejiño estará fuera entre dos y tres meses en cuanto se opere

El extremo, que lleva días en su tierra, tiene desgastado el tendón del aductor derecho

Pejiño, en acción durante un entrenamiento en solitario en diciembre pasado. | | LP/DLP

Lo adelantó Pepe Mel hace siete días, minutos antes del duelo entre el CD Tenerife y la UD Las Palmas en el Heliodoro: Pejiño iba a a tener que pasar por el quirófano para tratar de poner solución a un problema que por la vía conservadora no la ha tenido. Se operará en la Península, donde se encuentra ya desde hace días. Tras las intervención comenzará un periodo de recuperación que le tendrá fuera de los terrenos de juego entre dos y tres meses, por lo que no se le espera, como mínimo, hasta finales de marzo o principios de abril.

El barbateño sufre un desgaste en el tendón del aductor derecho –que incluso ha derivado en una pubalgia–, motivo por el cual lleva sin jugar desde el pasado sin asiduidad desde el pasado 24 de octubre frente al Alcorcón. El 18 de diciembre se probó un rato en el tramo final del choque ante el Eibar, pero sus sensaciones no fueron buenas. Tras el parón navideño, en la semana previa al derbi, comprobó definitivamente que no podría jugar si no ponía un remedio diferente. Esa alternativa es la operación.

No es un problema nuevo para Pejiño, cuyo umbral del dolor, tal y como ha deslizado el propio Pepe Mel en alguna de sus comparecencias, es más bajo de lo habitual en un futbolista profesional. Tanto es así que el jugador se retiró del terreno de juego en las primeras partes de los partidos ante la Ponferradina y el Lugo sin estar lesionado, pero el miedo a romperse le llevó a pedir el cambio en ambas ocasiones.

Pese a padecer esa desgaste en el aductor desde hace meses, el de Barbate siempre podía jugar al fin de semana siguiente, a veces más, a veces menos, hasta que decidió parar por completo. Lo hizo justo cuando mejor estaba. Había arrancado la competición como un tiro, con cinco goles en los primeros ocho partidos y un estado físico aparentemente deslumbrante. Se le veía fuerte, eléctrico, hábil, sin embargo, por dentro no estaba bien del todo.

Cuando dio un paso a un lado se le detectó ese desgaste y mejoró con el paso de las semanas, pero pasó un mes y todavía no se sentía bien. Cada vez que trababa de arrancar, el jugador aseguraba sentir molestias. Con su próxima intervención, en la que según fuentes médicas tratarán de recortarle el tendón con el objetivo de quitar tensión al músculo y, por tanto, eliminar la sensación de que va a romperse, espera poner fin a su calvario.

Si todo sale bien, Pepe Mel podrá contar con él para el tramo decisivo de la temporada. Entonces, será un refuerzo de lujo. Pero de momento toca esperar para volver a ver a Pejiño.

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