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Adiós al campeón de las seis Copas de Europa

Exjugadores de la UD recuerdan a Paco Gento: «Sembraba terror; tenía un golpeo tremendo»

Los ex de la UD Castellano, Trona, Ulacia

y Oregui evocan la pesadilla de retar a Gento

Gento lanza un zurdazo en el Insular en el choque ante la UD el 30 de diciembre de 1967; Tonono intenta taparlo. | | JUAN ANTONIO

Cuatro testimonios desde la óptica amarilla y cuatro semblanzas del terror. Humilde, bonachón, de perfil bajo y un coleccionista de Copas de Europa. El Estadio Insular parecía el pequeño Bernabéu. Paco Gento se cruzó en 18 ocasiones con la UD en sus 600 partidos con la elástica del Real Madrid.

Le hizo diez tantos a los amarillos -desde 1956 a 1970- con un balance de catorce victorias y cuatro empates. Desde la admiración y cierta de dosis de agonía, están los testimonios de los rivales que ayer lamentaron el vuelo del emperador del Viejo Continente. Del penalti errado por Castellano a los ojos de Trona. Una cruzada por los sentimientos y bajo la obsesión diabólica de frenar a un extremo zurdo inalcanzable. «Me tocó al poco de comenzar mi carrera, era la tercera jornada. Te impresionaba, fue el día que Castellano falló el penalti. Era un jugador de categoría de cine».

«Sembraba terror; tenía un golpeo tremendo»

José Luis Ulacia / Portero de la UD (1957-1971)

José Luis Ulacia fue uno de los dos porteros vascos que representaron la época dorada de la Unión Deportiva Las Palmas en Primera División en la década de 1960 junto a su compañero Ignacio Oregui. Tras el primer adiós de Pepín cogió el testigo alternando con Oregui. Precisamente con el portero valenciano tuvo una anécdota en el que Gento fue protagonista de manera directa. «Yo era muy joven, eran mis primeros años en el club y Pepín se lesionó en un partido contra el Real Madrid –minuto 30 de la jornada 15 correspondiente a la temporada 1959-60 en el Santiago Bernabéu (2-0)–. Pepín se lesionó y tuve que salir al campo. Vi a aquella delantera que tenía el Madrid y no podía parar de temblar», recuerda Ulacia entre risas.

El cancerbero, de 83 años, mantiene el recuerdo sobre la Galerna Cantábrica como el de «un jugador único» siendo casi un avanzado de la época por como se comprometía con su labor. «Era muy serio, de esos que ahora se dicen que es muy profesional», añade. Cuestionado también sobre si le ha habido algún jugador que haya estado a la altura de Gento por sus virtudes en la banda, el de Mutriku no encuentra parangón. «Para mí ninguno ha sido capaz de hacer lo que él hacía por la banda. Conducía el balón a una velocidad endiablada y cuando se paraba en seco ya sabías que ibas a tener problemas», exalta.

Testigo directo de la avalancha que se le venía encima con los Didí, Puskas, Di Stefano y Kopa, el del País Vasco rememora que tanto el extremo francés por un costado con Gento al otro, «eran un quebradero de cabeza», aunque pone por encima «a Paco», dado que Kopa era «más técnico», según su análisis. Se midió a Gento en cuatro ocasiones, en las que el cántabro le batió tan solo una vez. Tres derrotas y un empate en sus duelos.

«Sembraba terror; tenía un golpeo tremendo»

Ignacio Oregui / Portero de la UD (1961-1973)

El otro factor del binomio de la portería insular de la mejor época histórica de la UD junto a Ulacia. Oregui llegó al equipo amarillo en 1961 para llevarlo a Primera alternándose junto a su paisano.

De los 157 partidos que defendió la chamarra amarilla, seis fueron con Gento delante, «como una amenaza constante». Lo primero que le viene a la mente a Ignacio fue el día en el que Gento se plantó delante de él desde los once metros en dos ocasiones. «Me metió varios goles (cinco en total, tres desde el punto de penalti), pero aquel Real Madrid era un equipo enorme y nosotros estamos en un proceso de transformación hasta que llegamos a pelearles la liga», rememora Oregui, que también deja claro que «si los árbitros no le hubieran ayudado tanto en aquella época», ese «poco» al que alude que le faltó a su equipo por alzar el campeonato hubiera sido posible.

Cuestiones de silbato aparte, el gipuzkoano describe con admiración al fallecido Gento. «Mira, tenía un cuerpo que te engañaba, tú lo veías que era muy canijo, pero metía unos cañonazos al balón impresionantes», destaca el defensor del dorsal 1. Asimismo, Oregui, pone en liza la delantera previa a la consagración del Real Madrid Yé-Yé, con el ex de la UD Miguel Muñoz en el banquillo blanco, y recuerda una de las jugadas que tanta amargura le provocó. «Tenían a un interior, que ahora no recuerdo el nombre, que siempre le filtraba pases a la carrera, sabías que lo iba a hacer, pero era imparable esa jugada, la cogía en velocidad y golpeaba de tal manera el balón que era imposible parar sus tiros», sentencia.

«Sembraba terror; tenía un golpeo tremendo»

Paco Castellano / Defensa de la UD (1964-1978)

Paco Castellano realza la categoría y la personalidad de un jugador único, que ilustra la época de mayor esplendor del Real Madrid. «Nadie ha ganado seis Copas de Europa, recuerdo los duelos en el Insular. Pasaba de todo...La afición vibraba porque eran de pura pasión», detalla el que jugador legendario de la UD. ¿Pero cómo era su arista humana? «Te cautivaba por su humildad, no le recuerdo un mal gesto. Formaba parte de un Real Madrid increíble, difícil de parar y muy complicado de controlar. En cualquier momento te la podían armar», puntualiza el también extécnico de Las Palmas. Gento le hizo diez tantos a los amarillos, tres de penalti.

«Sembraba terror; tenía un golpeo tremendo»

Trona / Centrocampista (1968-1978)

Felipe Antonio Ojeda del Rosario ‘Trona’ comenta la anécdota de la jornada de ayer. Se enteró de la noticia de la muerte de Paco Gento tras encontrarse a Paco Castellano en el supermercado. «Me quedé helado, es de esos jugadores que te marcan por su potencia y velocidad. Majestuoso, que cayó en un equipo de ensueño, con jugadores que parecían gigantes», valora este fino y elegante centrocampista, que alcanzó los 116 duelos con la Unión Deportiva Las Palmas.

La primera vez que se topó con Gento, Trona venía con la moral por las nubes. Le había marcado un tanto al Atlético de Madrid que le puso en Marte. Un tremendo baño de autoestima que sirvió para conquistar el Manzanares (1-2). Del éxtasis al padecimiento. Fue la última vez que Paco pisó el Estadio Insular. Fue el 27 de septiembre de 1969. Llegaba la tercera fecha liguera y se impuso el gigante blanco (2-4). En los banquillos, pulso de mitos: Molowny -en el amarillo- contra Muñoz-.

Fue la famosa contienda del fallo del penalti de Castellano (85’). Un tanteador abultado y la eterna admiración de Trona, que tenía 20 años en la campaña de su bautizo. «Teníamos nuestras armas para frenarlo, pero contaba con una arrancada que te dejaba helado. Lo tenía todo: remate, habilidad, dribling, instinto...Y el sonido del balón cuando salía disparado. Recuerdo el toque del esférico. Sonaba como un gran cañonazo, me quedo con ese instante. Con la capacidad de decidir un encuentro».

Dentro de la faceta humana y sencillez de Gento, para Trona es un elemento que va en la piel de los más grandes. «Respetuoso, competitivo y alguien especial. A mí me pilló en el inicio de mi carrera, él ya estaba terminando. Medirme a Paco me valió para crecer; fue especial».

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