La marcha del isletero -agosto del 2020- mantiene vivo el debate. ¿Fue un pecado? Los atacantes Jesé Rodríguez, Mujica, Pietro, Peñaranda o Sadiku están lejos de sus 34 tantos en el Cartagena.
El Moña aguarda sediento de venganza. Justiciero y jornalero del gol. Rubén Castro Martín (La Isleta, 40 años) es el pichichi de LaLiga SmartBank con quince tantos. El pistolero grancanario del Cartagena eleva el lustre de su expediente con tres asistencias, 42 disparos y 1.989 minutos (participó en las 25 jornadas con 24 titularidades y una entrada de suplente).
El domingo será la 18ª ocasión que el Moña se cruce contra la UD Las Palmas, el escudo que le forjó como ejecutor inmortal. Debutó de amarillo en Primera ante el Málaga (2000) de la mano de Kresic tras saltar por Guayre para únicamente tocar el balón en el saque de centro -había marcado Larrainzar el 2-1 en el 89’-. Una trayectoria de 22 años en la élite con 301 tantos de profesional, 68 de amarillo, y 273 entre Primera y Segunda. Es el quinto máximo realizador de la historia del fútbol nacional, solo superado por Leo Messi (472), Cristiano Ronaldo (311), Quini (283) y Zarra (280).
Pichichi histórico del Real Betis (147), la salida del Moña de Gran Canaria en agosto de 2020 llegó tras un culebrón de un mes y medio por su ampliación contractual. Fichado en julio de 2018, dejó treinta tantos en dos campañas -quince cada una-. Finalmente, el estilete no ejecutó la opción de su renovación y la UD tuvo que indemnizarlo con 300.000 euros. Este finiquito se suma a los de Cedrés, los gemelos Castellano, Tana, De la Bella o Martín Mantovani, que se afrontaron en este ejercicio presupuestario -con un montante próximo a los tres millones de euros-.
Dejar marchar a Rubén ha supuesto un mal negocio. En las filas del Cartagena, ya suma 34 tantos -19 en la pasada edición liguera y 15 en la actual-. Ha aplazado su retirada y supera de forma notable a todos los delanteros que han llegado a la UD en su sustitución desde agosto del 2020. Es la sombra de un francotirador perverso, que luce su condición de pícaro a las mil maravillas. Le ha metido siete goles a Las Palmas, el último en el Cartagonova, el pasado 24 de octubre del 2020 (3-0) desde el punto de penalti. También le marcó al equipo de su corazón con las elásticas del Huesca, Rayo y Betis.
Sustitutos
Rubén ha sido fiel a su cita con el gol. Los años no le pesan. Por su parte, Sergio Araujo hizo once de amarillo en la pasada temporada y en la actual, con el AEK de Atenas, suma seis. El argentino, el héroe del ascenso del 22-J, contabiliza 17 entre la dos últimas campañas. En el caso de Jesé Rodríguez, que llegó en enero del 2020, conquistó dos tantos en el inicio de su segundo periplo de amarillo y en la actualidad suma siete -es el pichichi de Las Palmas-.
El tanque italiano Pietro Iemmello llegó en la ventana de verano de la 2020-21. Logró una diana en Copa del Rey y se fue en enero. Ahora milita en las filas del Catanzaro (Serie C). En la segunda vuelta de la pasada temporada, con el Frosinone firmó tres tantos.
Rafa Mujica (un gol de amarillo y dos con el Oviedo), Armando Sadiku (un tanto de amarillo y dos con el Bolívar) y Adalberto Peñaranda (dos goles con la UD y uno con el Watford) están lejos de los 34 misiles del Moña en estas dos últimas temporadas. Sin embargo, la apuesta por Jonathan Viera -que no es delantero puro y juega en banda- sí baila como una solución efectiva con seis tantos.
El tiempo le ha dado al razón a Rubén Castro, el amo del gol y que ha colocado al Cartagena en la sexta plaza. El tope salarial de la UD asciende a 11,9 millones y es el sexto más potente de los 22 informes que integran la categoría. El Cartagena, por su parte, cuenta con 6,1. Cabe reseñar que no todo se destina para el primer equipo. La UD cuenta con 7,9 millones para el plantel profesional y un ‘kilo’ para filiales. Para afrontar las reseñadas rescisiones: entre 2,5 y tres. Producto de la gestión del exdirector deportivo Toni Otero -llegó en verano de 2018 con las arcas llenas al disponer del segundo tope salarial de 19,2 millones-, se acumularon figuras para un éxito a corto plazo que no llegó.
La campaña 2018-19 fue apocalíptica con tres entrenadores (Jiménez,Herrera y Mel) y el desfile de galácticos como Juan Cala, Timor, Rafa Mir, De la Bella, Galarreta, Fidel Chaves...La UD acabó en la 12ª plaza. Ya solo quedan Raúl Fernández, Álvaro Lemos y Maikel Mesa de aquel delirio del despilfarro. Del que no se podía dudar era de Rubén. Superó una grave lesión -fue intervenido del tendón semimembranoso derecho en Finlandia- a finales del 2019 y anotó diez tantos en el fútbol pandémico. Treinta días y la última exhibición de amarillo.
El valor del Moña no se discute, cuenta con el respaldo de la historia y de sus 301 tantos. La apuesta por pistoleros exóticos -como Pietro y Sadiku- solo hacen aumentar la leyenda de este samurái del área. Una de las misiones de Helguera era la de rejuvenecer el plantel, de ahí las salidas de Aythami Artiles o la de los gemelos Dani y Javi Castellano. En lo referente al nueve, no se dio con la versión 2.0 del Moña.
Una retirada en el aire
El estreno de realizador en la UD ante el Real Madrid de Casillas, Zidane, Raúl González, Guti, Figo y Del Bosque en el Insular -octubre del 2000- fue de película. Un (4-2) que iluminó la leyenda del Moña. El Tiburón de Heliópolis, que regresó a Gran Canaria ante el aterrizaje de Setién en el Betis. Primero dirigido por un sevillista como Manolo Jiménez, el costalero, y finalmente por el novelista Mel.
El estratega madrileño fue su padre deportivo ante la lluvia de cesiones en el Dépor -Racing, Albacete, Nástic, Huesca y Rayo-. Mel le hizo ver la luz y llega la 18ª ocasión que desafía a Las Palmas. Piedad o nueva escenificación de una venganza que dura dos años. El peaje de la falta de fe.
«No contemplo la retirada, me encuentro bien y lo decidiré al final de esta campaña. Siempre pienso que es la última y luego sigo una más», aseveró el Moña el pasado diciembre, en una de su últimas entrevistas. De los quince tantos firmados en este curso liguero, doce fueron en el Cartagonova. La UD, con Viera y Jesé, encañona a Rubén I. Los artistas del ciclo del Lamborghini contra el eterno. Es la fiesta de la pólvora. El mejor homenaje a un genio del área que insiste en rendir cuentas.
