Con Jesé de nueve y una hora primorosa de Jonathan Viera. La ecuación que conquistó la NASA. La doble ‘J’, los galácticos del Lamborghini, y un Kirian Rodríguez desatado para estrenar el casillero de victorias en el ciclo Xavi García Pimienta. Los tantos del ‘21’, desde el punto de penalti, provocado por el genio del barrio de La Feria, y el misil de Jesé Rodríguez -tras aprovechar una pérdida del central Pablo Vázquez- acaban con un ciclo depresivo (dos victorias en las últimas once contiendas). Por el registro plástico, este triunfo evoca al del Centenariazo (0-1) del 2 de enero en el Heliodoro.
Dos penetraciones de Benito Ramírez y una clarísima de Alberto Moleiro pudieron escenificar un resultado de escándalo. Jesé tuvo la capacidad de asociarse de forma mágica. Tras la lesión de Viera -leve problema muscular-, emergió la versión poderosa de ‘Jey-M’ y la sinfonía de plátano.
La última ocasión que la UD dejó la portería a cero, en dos duelos ligueros consecutivos (180’), se remonta al 29 de octubre. En aquella ocasion, los amarillos batieron al Alcorcón (3-0) y a la Real Sociedad B con gol de Jesé (0-1).
101 días después, renace la fe amarilla. Viera y Jesé ya suman quince tantos -de los 34 que lleva el equipo-. El binomio perfecto. El Big Data más letal. Un síntoma clave de la contundencia de dos artistas de la definición. Con Nuke Mfulu de único pivote -en la idea del 4-1-4-1-, sufrió en exceso el parisino y acudió al rescate Enzo Loiodice. Sale fortalecido el exjugador del Dijon, que contó con el respaldo de Maikel Mesa en el segundo tiempo. El tinerfeño supera su ostracismo y recogió el brazalete de Jonathan Viera. Todo un gesto de su renacimiento. «Lo hemos recuperado para la causa», aseveró García Pimienta. En el nuevo ‘pimimundo’, el hombre escudo aportó furia, presión y una gran lectura táctica del pulso.
Ante el Cartagena, la UD cumplió con la anticipación como receta mágica. Adelantando la línea, García Pimienta elevó las prestaciones de la retaguardia como principal novedad.
La vuelta de Eric Curbelo y la inspiración de un Kirian que había sido relegado a la suplencia ante el Real Sociedad B fueron veneno para el bloque Efesé. El tinerfeño dio una lección, como la osadía de Viera. El ‘21’ fue derribado por Toni Datkovic en la pena máxima. Un fotograma de la redención. Tras ser cuestionado por su actuación ante el filial donostiarra, el mejor Romario estalló en el instante preciso. Para acallar a los críticos, para fustigar a los herejes. Dudar de Viera es dudar de Dios.
Es el rostro del Big Data.El algoritmo de la fantasía. En el 60’, el Mesías dejó el campo tras pactar su salida con García Pimienta. Una lesión muscular sin gravedad, que elevó el impacto de Jesé. ‘Jey-M’ le puso una pelota deliciosa a Alberto Moleiro. Ni Sadiku, ni Rafa Mujica. El rol del nueve estática y de grandes dimensiones alcanzó gran relevancia en el estreno del preparador barcelonés. Pero el sentido lógica de esta UD es el talento de calle. El fútbol de patio de colegio. Suena el reguetón y la asociación es eterna: 18 remates.
El mérito de la victoria de ayer, más allá de congelar al Moña -Curbelo lo aplastó-, es que García Pimienta, en un plazo récord, ha logrado plasmar lo mejor de la partitura de Mel con un trabajo defensivo impecable (180 minutos sin recibir con tres grandes paradas de Raúl Fernández). Adelantar las líneas, presión armoniosa y un Viera letal para sepultar a los indecisos. En ese clima de éxtasis, un Jesé inteligente, escorado y de nueve. De cualquier manera, escoltado por el héroe del Centenariazo. Con esta legión de poetas, no besar el ‘playoff’ es para apagar el Big Data. El arte es eterno.
