Se ha producido un cambio en la metodología de entrenamientos desde que García Pimienta llegó a la Isla a finales de enero y este pasa porque los entrenamientos ahora son más largos. Esto, unido a la confianza depositada en los 23 jugadores usados hasta ahora, está dando los frutos esperados.
A través de las declaraciones de los protagonistas de la UD Las Palmas y su evolución en el tiempo se puede detectar que hay un antes y un después. Kirian Rodríguez atendió a los medios de comunicación tras la victoria en el Reale Arena ante el filial de la Real Sociedad y se revindicó con sus palabras: «Eso de la segunda línea es para la gente; cuando no están los que se supone titulares, parece que vamos a perder siempre. Pero aquí estamos, seguimos trabajando y nuestra misión es apretar para que ellos estén bien», subrayó en clara alusión de que había un equipo A y uno B.
Ahora cinco meses después, el mismo jugador, consagrado como una de las piezas claves en el sistema 4-3-3 de García Pimienta en la zona interior, el domingo también dejó otra frase que vislumbró el cambio de sensaciones que hay dentro de la caseta amarilla. «Todos los jugadores creen, cualquiera que entra de suplente apenas se nota, la metodología de entrenamiento ahora es un poco más larga y todos están preparados para aportar», dijo el tinerfeño. La época de las unidades está extinta.
Kirian, en Ponferrada: «Todos creen, el que entra de suplente apenas se nota, todos están más preparados»
Sobre todo por cómo ha ido gestionando la plantilla García Pimienta desde que llegó al banquillo insular a finales de enero. Diez partidos después la maquinaria del catalán está engrasada y los jugadores están más que enchufados. 23 ha utilizado hasta la fecha, pero sobre todo, cuenta con cada uno de ellos y a algunos hasta los ha rescatado del abismo futbolístico en el que se encontraban.
Pimienta ha conseguido involucrar a Álvaro Valles, Saúl Coco, Maikel Mesa, Óscar Clemente, Armando Sadiku y Rafa Mujica a la causa desde que debutó en Siete Palmas frente a la Real Sociedad B. Unos más, otros menos, pero lo que está claro es que han tenido su cuota de protagonismo cuando el entrenador ha decidido que era lo más adecuado para cada cual.
Actualmente, Álvaro Valles se ha hecho dueño de la portería y con actuaciones como la que cuajó ante el Girona evitando una goleada mayor que la del 1-3, o mismo este fin de semana en Ponferrada sacando una mano milagrosa para impedir el 2-0 de Yuri, no va a perder el sitio.
Coco por su parte ha encadenado tres titularidades desde que tuviera que asumir la tarea de suplir a Raúl Navas tras la expulsión del sevillano frente al Girona. Su salida de balón le da crédito en el plan de Pimienta, más aun con partidos en los de máximo protagonismo como en Ponferrada y en el que se soltó en tareas ofensivas y fue responsable del tanto de la remontada con un chupinazo para que Rober sentenciara tras el rebote.
El portero sevillano, con paradones como el del domingo a Yuri para evitar el 2-0, se reafirma en el arco
Sadiku es el otro nombre propio que ha respondido a la confianza de Pimienta. El albanés, sumido en el banquillo en el primer tramo liguero, siendo el delantero de la Copa, se le ha destapado el olfato goleador. Dio 3 puntos en Valladolid, anotó dos dianas ante el Leganés y en El Bierzo vio otra vez portería, pero el VAR le cazó por ayudarse con las manos. Además, no solo aporta goles –que no es poco–, sino que permite que la UD se dedique ahora a centrar desde las bandas. Un regalo para las botas de Álvaro Lemos, venido a más.
Mientras, el trío Clemente, Mujica y Maikel Mesa cumplen con esa declaración de Pimienta en Ponferrada: «La competencia entre ellos es máxima, eso hace que nadie pueda dormirse y todos rindan al máximo cuando les llega el turno». Entran, salen, contribuyen a sumar puntos, creen el plan y son uno más.
