La UD va a volver a Ipurua este viernes para medirse al Eibar (17.30 horas, Movistar LaLiga) cuatro años desde que lo hiciera por última vez, cuando el equipo abandono la galaxia de Primera División. Pero si en la memoria amarilla existe un partido de grato recuerdo para los intereses insulares en el feudo armero, ese recae al que cuajó en enero de 2016, cuando el equipo dirigido entonces por Quique Setién germinó la dinámica positiva que le valió para mantenerse en la categoría en el primer año de su regreso.
Del testarazo de Pedro Bigas a la salida de un córner botado por Nabil El Zhar que sirvió de trampolín para la UD y que sumara seis triunfos en siete partidos disputados –solo perdió con el Real Madrid en Siete Palmas por 1-2 y en el 89’ con un gol de Casemiro–; a la racha positiva con la que llegará Las Palmas de Pimienta a Eibar el viernes para medirse al líder de Segunda.
De aquella tarde lluviosa de 2016 –también se jugó un viernes– solo quedan dos supervivientes en el club amarillo y uno está en el banquillo. Jonathan Viera, que por entonces jugaba con el 20 a la espalda fue el gran agitador del partido –¿cuándo no?– y junto a Wakaso volvieron loco al equipo de Mendilibar. El otro testigo del 0-1 es Momo, que si bien no se viste ya de corto, ahora sigue en la disciplina del club como ayudante.
Precisamente el Alfil del Oro había cuajado una magnífica actuación en Ipurua una semana antes en la ida de los octavos de final de la Copa del Rey y que certificó con un golazo en el 89’ para firmar el definitivo 2-3. Un idilio con el Eibar que corroboró en el partido de vuelta en el Gran Canaria con otro tanto para colaborar en el 3-2 y frenar el intento de remontada armera certificando el pase a cuartos.
Eran días de fresas y nata en el equipo amarillo, gustándose con un juego combinativo, pero en el que también afloraban los recursos con los que ahora se está valiendo Las Palmas para sumar de tres en tres los partidos. Se pueden navegar los versos del preciosismo sin tener que renunciar a la cruel vileza para ganar, que es de lo que trata este deporte.
La UD en 2016 asedió la portería de Asier Riesgo. Willian José, Wakaso, El Zhar, Viera, Tana... todos ellos torpedearon el marco rival y tuvo que ser en un córner rematado por Bigas como se rubricara el triunfo amarillo. A nadie se le cayeron los anillos por entonces.
Ahora, el cruyffismo sigue revoloteando el ambiente de este equipo. Se sigue apelando a las aptitudes combinativas de los jugadores de la plantilla. Pero al final, la racha de cuatro victorias consecutivas de la UD han llegado a base de remates o tiros lejanos.
