Orgullo, dignidad y las mismas carencias de una campaña negra. Las Palmas Atlético, que afrontó este partido ante el Cacereño como descendido, sucumbió (1-2) producto de su desastroso trabajo defensivo. Una vez más. Y se ha perdido la cuenta. Un golazo de Iñaki Elejalde, en una contra de quilates, puso en franquicia a los amarillos, pero dos despistes locales dejaron en bandeja de plata la victoria del bloque verdillo, que se fue creciendo con el paso de los minutos. Los tantos de Javi López (34'), tras un taconazo de Simón en salida de balón, y Bermu (85'), solo en el segundo palo y tras un saque de esquina, sellaron la 16ª derrota de los amarillos en este curso marcado por el infortunio y la falta de soluciones pragmáticas. Los 56 tantos en contra de Las Palmas Atlético son la esquela de un proyecto alejado de niveles mínimos exigibles de competitividad. Así es muy complicado, aunque por minutos se vieron brotes verdes en busca de la dignidad perdida. Tercer entrenador y un proyecto repleto de fisuras.

En una mañana horrible, con el descenso de Las Palmas Atlético tatuado a fuego, así como la pérdida del título de Tercera del Regional C, que además baja a la Regional Preferente, tocaba rendir cuentas. Llegaban 90 minutos para honrar a un escudo. Con Elajalde como única referencia ofensiva, Ale Ojeda y Joel del Pino caían por los costados. Simón, Julen y Yeray completaban la lista de mimbres en la zona de creación. Cendón enseñó los guantes y David Vicente respondió a los 19 minutos. Joel brillaba en ese trabajo de fabricar paredes imposibles.

Remate de Ojeda y con una recuperación, el interior le puso un balón soñado para Elejalde. El punta definió de forma precisa ante Bernabé. En media hora, se había logrado plantar batalla a uno de los mejores de la categoría. Pero un tacón de Simón, en el inicio de una acción ofensiva, saliendo desde el jardín de Cendón, provocó una recuperación finalizada con un tiro de Javito. Error, pifia y empate.

Con un tiro de Valerón, así como otro remate de Pachón, que fue suplente, estiraron el dominio artificial de los amarillos. Hasta que llegó una señora pifia. Saque de esquina y Bermu, sin marca, convirtió el 1-2. Los cuatro representantes grancanarios se van a Tercera con el mismo patrón. Caos defensivo y escaso espíritu competitivo. La única alegría, el ascenso del Atlético Paso.