Era la penúltima jornada de la temporada 1988-89 cuando la UD Las Palmas, que estaba a punto de completar un curso sumido en la mediocridad, tenía aún una manera de dar una alegría a una parte de su afición, aunque sólo significara un mal menor en una trayectoria triste. Recibía al Rayo Vallecano, segundo en la clasificación, posición que dejó de ocupar el conjunto blanquiazul una semana antes porque perdió frente al Real Burgos en el Heliodoro (0-1). Así, dependía de que el cuadro amarillo empatara o ganara al equipo de Vallecas para tener opciones de recuperar el puesto de ascenso directo, sin embargo, no salió.

Porque aquel sábado 17 de junio de 1989 la UD simplemente no estuvo en el campo. Perdió nada más y nada menos que 0-6, lo que provocó el cabreo de un gran número de seguidores del conjunto chicharrero y la sospecha de que Las Palmas no había competido con el fin de perjudicarle.

Pasado mañana, 33 años después, una situación parecida vuelve a pillar a la UD en medio, sólo que en esta ocasión se juega mucho, tanto como luchar por el ascenso a Primera División en un playoff que antes no existía. Lo que había eran dos eliminatorias a ida y vuelta, y el Tenerife, pese a su malestar con Las Palmas, superó con mucha claridad al Betis, que le cedió su lugar en la máxima categoría.

Una «bochornosa» no ayuda

Una «bochornosa» no ayuda P. Fuentes

El domingo, el rival de la UD, el Sporting de Gijón, despide en casa una temporada que, como aquella de los amarillos, caerá en el olvido, sin embargo, tiene la posibilidad de contentar a sus seguidores, porque si no gana al cuadro de Pimienta habrá ayudado a que el Oviedo, su eterno rival, no participe en la promoción.

Durante toda la semana la mayoría de los aficionados del conjunto rojiblanco ha manifestado su posición contraria a que su equipo gane. Ni siquiera necesita perder, ya que con una empate habrá impedido a los carbayones, que ganaron a finales de abril en El Molinón en un duelo con tangana final, luchar por subir. Tanto personas individuales a través de las redes sociales como buena parte de las peñas esportinguistas se han mostrado partidarios de no beneficiar al Oviedo, de lo que, en consecuencia, Las Palmas saca partido.

En cualquier caso, y por mucho que la afición local pueda pitar a sus jugadores si marcan un gol, el partido debe jugarse y cualquier resultado es posible, al igual que sucediera el 17 junio de 1989.

Por mucho que alguno pudiera esperar que el equipo amarillo se dejara ir, la goleada fue excesiva, tanto como para que la edición de LA PROVINCIA el día siguiente titulara en su primera página La UD Las Palmas se despidió de su público con una actuación bochornosa.

Ya en las páginas de la sección de deportes, Antonio Lemus tituló su crónica de la siguiente manera: Seis ‘rayos’ cayeron sobre la UD Las Palmas. En el interior, el periodista no hizo referencia alguna a que el resultado perjudicaba al Tenerife, sino más bien al desastre del equipo que entonces dirigía Germán Dévora, con palabras como vergüenza, desastre, inútil, lamentable o espanto.

En otra página, el redactor José Hernández pregunta a Germán por si quería comentar la extrañeza de la prensa tinerfeña por que no hubiera jugadores de la isla vecina en la convocatoria.

La respuesta fue: «Si nos damos cuenta de las últimas alineaciones, salvo en Eibar, que no tenía puntas y jugó Andrés, en el resto de encuentros ningún jugador de Tenerife, con la excepción de Julio –Durán– se ha venido alineando. Al recuperar a Lazlo y Vidal, Andrés se ha tenido que quedar fuera. José, en el entrenamiento del miércoles, hizo una pequeña agresión a Onofre y creí conveniente no llevarlo. En cuanto a Chinea, hace dos semanas hablé con él porque tenía interés en sacarlo en Eibar, aunque fueran 10 minutos, y me dijo que no se encontraba anímicamente bien para jugar».

Sea como fuere, el Rayo se paseó en el extinto Estadio Insular. Marcó dos goles antes del descanso y luego, con uno más por la expulsión de Alexis II en el minuto 41, bailó a la UD, que ese mismo día despedía a Koke Contreras. Un bochorno del que el CD Tenerife también salió perjudicado.