Forjado en el Viera y con paso por la UD Las Palmas, Real Madrid y Atlético de Madrid, este pistolero indomable abraza la felicidad en el vivero del Submarino. Es el único filial en LaLiga SmartBank y sus 16 tantos le convierten en una pieza codiciada para todos los equipos de renombre. Tiene contrato hasta 2025 y lo representa el agente de Gareth Bale. «Somos un vestuario sin egos ni chaladuras», determina.  

Dieciséis dianas, cuatro asistencias y el ascenso a Segunda como broche de oro a un curso sobresaliente. Lástima que en la final ante el Nàstic (2-0) dejó a otro grancanario como Aythami Artiles sin el botín.

Estoy tremendamente contento. Hablé con Aythami Artiles antes del partido y durante la semana porque en la temporada nos habíamos enfrentado [coincidieron en el Grupo II de la Primera RFEF]. Y nada más salir los cruces de playoff, pues ya nos empezamos a escribir: ‘Pesado, otra vez nos cruzamos...’. Y luego antes de la final, allí en Balaídos, mantuvimos una bonita conversación. Le dije: ‘Aythami que tú ya tienes un par de ascensos, déjame uno a mí. Ya puedes ir tranquilo, con la cabeza bien alta’. Al final, estalla una alegría enorme para nosotros. A Aythami le veré estos días en Las Palmas. Es el mayor logro de mi carrera y representa muchísimo. Es el premio a una temporada de enorme sacrificio. Un premio.

¿Por qué llega ahora su explosión? Tras temporadas agitadas, encuentra la paz -dejó el Real Madrid y Atlético-. 

Básicamente todo se reduce al respeto del proceso que debe superar todo futbolista que aspira a llegar a la élite. Es muy exigente. Y el hecho de estar varios años en el mismo club [desde 2017 en la cadena del Villarreal con el paso por el Juvenil A, Regional C y filial], lo facilita todo. Te adaptas a una misma idea de juego. Y eso que tuve malas etapas en el Villarreal, porque no todo fue bonito. El año pasado, no jugué hasta que quedaban dos jornadas para el final. Debes adaptarte a la situación y saber manejar cada uno de los aspectos de la élite. Aprender de todo lo que te vaya pasando. 

El formato del playoff ha recibido muchas críticas -estadios semivacíos, sede única... y parece que sigue en pañales. ¿Pero qué fue lo más difícil para conquistar una plaza en la esfera profesional del balón?

Lo más complicado para nosotros como filial fue el tramo decisivo de la competición. Percibes la presión. Empiezas a sentir la responsabilidad al ver el objetivo tan cerca. El reto era el ascenso directo, lo teníamos claro, y siempre estuvimos en las posiciones más altas de la tabla [pelearon con el Andorra, que ascendió directo, y el Albacete, la otra plaza por la vía de las eliminatorias]. El saber compaginar la presión con los resultados y el peso esa responsabilidad no es fácil, te afecta. Somos un equipo joven y sin experiencia en esas situaciones. En esa fase final de la liga, perdimos puntos claves para subir directos. Pero una vez en el playoff, sabíamos que éramos de los más fuertes. No tendríamos problemas para subir si luchábamos unidos desde la humildad.

Castilla, Barça B, Athletic B, Real Sociedad B, Sevilla Atlético...Solo hay un filial en Segunda y es el Villarreal B. Un éxito a sumar las ‘semis’ de Champions de la formación de Emery -cayeron ante el Liverpool-. 

Sí, ves a otros equipos de cantera, con plantillas tremendas y lo analizas posición por posición. ¿Con quién se quedaría? Todos eligen a jugadores de otras canteras que son tan pretendidos. Pero cuando formas un grupo, con un vestuario sano, todo es posible. Un grupo sin egos, sin chaladuras que es un poco lo que pasa en los vestuarios de cantera. He pasado por ahí y sé lo que digo. Pero los retos se logran así. Fuimos todos a una, no pensamos en ningún momento ‘voy a ser más que tú’. Tratamos de responder unidos.

¿De quién fue la idea de teñirse el pelo de rosa?

Lo decidimos hace tres meses. Es lo que le digo, cuando un vestuario es sano, hasta el último detalle cuenta. Nos podemos pegar una hora después del entrenamiento hablando sin parar, o quedamos para tomar algo. Les dije, si subimos me pinto el pelo de rosa. Si sumaron tres más...Alguno intentó echarse atrás.

Ángel, Guayre y ahora Yeremy Pino. Este último le vale de estímulo y referencia.  

Tengo relación directa con él, pasamos prácticamente todos los días juntos. Verlo en la élite, no solo en el primer equipo, sino en la selección absoluta, es un lujo. Y un orgullo para la tierra. Está al nivel de ser uno de los jugadores que lidere el plantel del Villarreal; y eso tiene mucho mérito. Más que me motive, me hace ver que puedes lograr tus metas. Que si te lo curras, puedes intentar ‘pasito a pasito’ conquistar todos tus objetivos. Hay que resistir para soportar las olas que vienen, unas más grandes y otras más pequeñas. Paciencia y esperar tu momento.

Contrato hasta 2025. 

Sí, tengo dos años más y uno opcional. 

¿Hará la pretemporada a las órdenes de Unai Emery?

Quiero descansar, tener tres días de vacaciones. No sé nada, no sé con quién me quedo, si voy a salir o no. Es labor de mi representante [Stellar, la misma empresa que lleva a Yeremy o a Bale]. Será lo mejor para todas las partes. 

«Tengo relación directa con Yeremy Pino y es el ejemplo de que el éxito llega con el trabajo duro»

¿Y si le llama la UD?

Es una pregunta comprometida, la tierra y el corazón tiran. Estoy muy a gusto en el Villarreal y tendría que ser algo estimulante. 

En su Isla y ser importante.

Exacto. Para crecer, lo más fácil es seguir en el Villarreal. La UD tiene proyectos ambiciosos todos los años, pero ¿por qué no?

Viera, Vitolo, Sandro...

Nunca se sabe, no he querido hablar nada por ahora...

La imagen de la temporada.

Final del partido en el Municipal Balaídos, se van todos y te quedas a solas con tu familia. Los que siempre han estado, eso no lo olvidaré nunca. Lo llevo en el corazón.