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Los peligros de la posesión

La UD de Pimienta no negocia otro estilo que no sea el del dominio del balón, pero a su vez muestra fragilidad en la parcela defensiva

Alberto Moleiro –derecha– regatea al mediocentro defensivo del Cádiz, Jose Mari –6–; detrás Enzo mira la jugada. | | LOF

La UD maniató al Cádiz durante el primer cuarto de hora del choque de ayer a través de la posesión. Sin embargo, ese dominio no se tradujo en tantos y fue el Cádiz al mandar balones a la espalda de los defensas amarillos encontró el gol. Paradójicamente, Jiménez rubricó el empate con un ‘zapatazo’ lejano.

Si ya la pasada temporada quedó más que demostrado que el único verso que puede abrazar el estilo de la UD es el de la posesión del balón al ser equipo que mayor tiempo dispuso de su control en la categoría con un 59% del tiempo en los partidos que compitió, en esta segunda entrega de la película dirigida por Xavi García Pimienta está más que patente que el guion no va a cambiar. El estilo es innegociable para el técnico amarillo como su mayor creencia hacia la victoria, aunque las debilidades del pasado todavía permanecen latentes.

El perfil de efectivos con el que se quiere armar esta UD para la 2022-23 tiene que cumplir las condiciones de pelotero. Así lo está llevando a cabo la dirección deportiva junto a Pimienta, quien ya ha transmitido que «hay jugadores que no cumplen con las condiciones para poder jugar» en su ideario de competición. Ayer, ante un Cádiz que se sitúa en las antípodas del estilo amarillo, con el once más titular con el que podría contar actualmente el entrenador catalán se vieron los pros y los contras de su filosofía.

Con la Santísima Trinidad de la UD –hasta ahora– pincelada por el dúo Jonathan Viera y Alberto Moleiro, el equipo amarillo –ayer de nuevo con la segunda camiseta urraca– dominó a su antojo al conjunto rival, de la mano de Sergio González y su sello amarrategui, durante los primeros 15 minutos del tercer amistoso de pretemporada en el Marbella Center.

En ese primer cuarto de hora la lámpara mágica de Viera-Moleiro sostuvo la circulación de balón entre los protones formados por Nuke-Enzo Loiodice en la zona central y Álvaro Jiménez en el costado derecho. Un dominio que no se tradujo en peligro sobre el marco de Conan Ledesma, que salvo un lanzamiento de falta directa del Mago de La Feria su mayor inquietud era el calor malagueño.

Ante la falta de pegada de la UD, el Cádiz lo tomó como una invitación a buscarle las cosquillas, y este equipo es de risa fácil cada vez que le envían un balón a la espalda de los centrales. Así fue la pasada campaña y así está siendo en esta pretemporada.

La pareja de centrales forjada por Coco y Sidnei facilita la salida de balón, esa es la virtud que quiere explotar Pimienta, pero a la vez corre un peligro cuando planta la última línea lejos del latifundio de Álvaro Valles.

Así lo aprovechó el Choco Lozano cada vez que le enviaban un balón en largo tras la zaga amarilla. El delantero cadista dispuso de tres ocasiones solo por el mero hecho de ponerse a correr entre líneas. Y así, aunque fruto del infortunio llegó el tanto andaluz. Pelotazo de Cala, el hondureño se cuela hasta la cocina y en un intento de pase atrás desde la línea de fondo, fuego amigo de Coco.

Paradójicamente la UD reaccionó al tanto sin tener que echar mano de una elaboración larga. Moleiro y Viera agitaron la varita y de repente el balón le llegó a Jiménez, que no dudó en soltar un zapatazo a la portería de Ledesma para poner el 1-1 y que sería el resultado final.

El balón está en el tejado de Pimienta –nunca mejor dicho–, las probaturas veraniegas ponen a pleno rendimiento el Big Data y a dieciocho días de que arranque LaLiga hay cosas todavía por pulir.

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