Kirian Rodríguez tiene ante sí el partido más importante de su vida, lejos de los terrenos de juego, donde mejor se desenvuelve el mediocentro de Santa Cruz de Tenerife. Frente al linfoma de Hogdkin a buen seguro le colocará una de las roscas «con el tobillo hacia adentro» al igual que hizo en el Heliodoro Rodríguez López para que la UD pudiera batir al Tenerife en su feudo 20 años después. Si pudo con el maleficio del Teide, ante el cáncer también podrá, de la misma forma que otras leyendas del deporte vencieron a los tumores que se les presentó en su vida y que no les privó para alargar su legado.
No hay mejor espejo en quien se pueda mirar Kirian que en de una persona tan cercana como Carla Suárez. La tenista conmocionó al mundo de la raqueta cuando en septiembre de 2020 comunicó que tenía que apartarse de las canchas debido al mismo linfoma que está atacando ahora al futbolista.
La grancanaria no dejó de dar raquetazos al Hogdkin y siete meses después podía decir con orgullo que había vencido al cáncer. Una lucha que le permitió retirarse como ella tenía en mente, compitiendo desde la pista. Así pudo decir adiós volviendo a disfrutar, tanto de otros Juegos Olímpicos, como de una última vez de las pistas de Wimbledon, Roland Garros y el US Open, donde puso punto y final a una carrera de 15 años.
Carla y Kirian ya mantuvieron una conversación privada el mismo martes en la que el futbolista comunicó que le habían detectado el linfoma y ya ambos conocen el camino a seguir.
Otro de los que conmocionó a la Isla fue Kyle Kuric en noviembre de 2015. El por entonces jugador del Granca se quejó de unos fuertes dolores en la cabeza y tras una revisión médica en Barcelona le detectaron que tenía un meningioma en la parte frontal.
El jarro de agua helada para el baloncesto nacional fue inminente cuando se comunicó la baja del escolta, que de forma inmediata pasó por el quirófano al decretar que era un tumor benigno.
Cinco meses después de la intervención, Kuric regresaba en un partido contra el Valencia y volvía a amartillear los aros desde la línea del triple.
En lo que respecta al mundo del fútbol son más conocidos los jugadores que han sufrido varios tipos de cáncer durante sus trayectorias. José Molina, Yeray Álvarez, Lubo Penev, Carlos Roa, Jonás Gutiérrez, Germán El Mono Burgos y así hasta una larga lista de nombres que pudieron superar los tumores que les diagnosticaron.
Cuestión especial merece la de Eric Abidal, cuando en 2011 comunicó que el tratamiento de Hepatitis B con el que había convivido desde su nacimiento había derivado en un cáncer de hígado.
Después de recibir un trasplante del que dijo ser su primo –sin esclarecer todavía–, el jugador del Barça se recuperó físicamente en un tiempo récord y en tres meses estaba de vuelta sobre los terrenos de juego. Tanto como para ser titular en la final de la Champions de 2011 y poder levantar el trofeo al ganarle al Manchester United y tras el gesto de Puyol de cederle el honor como capitán.
También Arjen Robben superó un tumor testicular cuando tenía 20 años y estaba a punto de firmar por el Chelsea. El jugador holandés pudo superar el cáncer y aterrizó en el club londinense. Desde entonces, su carrera fue meteórica pasando por Real Madrid y Bayern de Múnich para ganar 30 títulos.
Cuestión aparte merece la de Lance Armstrong, quien en 1996 superó un cáncer testicular con metástasis que se había pasado a los pulmones. Se recuperó y ganó siete Tours de Francia... con el único problema de haberse dopado.