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Sin serendipias no hay emoción

La UD echa en falta que la fortuna le sonría en la parcela ofensiva | Cardona, negado

Sergi Cardona prepara el disparo bajo la mirada de Narváez. | | JOSÉ CARLOS GUERRA

Serendipia, término que según la Real Academia Española explica de aquel «hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual». Esa sucesión de hechos inevitables que ocurren a pesar de que los caminos hacia un objetivo se desarrollen por una senda equivocada y finalmente se halle un tesoro inesperado. Eso fue justo lo que le faltó ayer a la UD para empezar el campeonato liguero con una sonrisa cautivadora.

Por mucho que el conjunto amarillo dominase la pelota, por mucho que se acercara al área rival, por mucho que Jonathan Viera lo intentara con más corazón que determinación en sus cuatro lanzamientos sobre la portería de Cristian Álvarez, ese chispazo de fortuna no cayó del cielo.

Ni tan siquiera cuando Enzo Loiodice cayó desplomado dentro del área del Real Zaragoza y las 16.106 almas que se agolpaban en las butacas de Siete Palmas celebraban el penalti que cobró Milla Alvéndiz el árbitro de la contienda en un primer momento, tampoco ahí la suerte le guiñó un ojo a Las Palmas.

Seguramente en ese momento la afición amarilla pensó que daba igual la castaña de partido que se estaban tragando para comenzar la temporada si Jonathan Viera iba a ser capaz de poner el 1-0 desde los once metros. Pero ese pensamiento duró lo que apareció el VAR en escena para devolver a la realidad a los parroquianos, la picardía del parisino para toparse con el camino a la victoria iba a tener que esperar.

Porque el gran problema que tiene esta UD va más allá de que tenga que recurrir a la suerte para poder arrancar una hoja del calendario con los tres puntos en el ábaco. Sin calidad en la zona ofensiva más allá de la magia de Viera, el camino al gol le puede suponer una cuesta arriba de dimensiones siderales. Porque al final la suerte también hay que buscarla y la mejor forma de encontrarla es hacerlo con los mejores recursos.

García Pimienta salió a rueda de prensa el viernes en la previa del partido contra el cuadro maño y quiso tranquilizar a las masas en el debate sobre la parcela ofensiva. «Saldremos con una delantera de lujo», expresó el estratega catalán, mientras argüía que con Marc Cardona y Ale García como nueves estaba tranquilo «porque son los que están ahora».

Pues bien, ayer Marc las oportunidades que tuvo de cara al marco de Cristian Álvarez dejaron claro que está divorciado con el gol y que de continuar en esta espiral negativa le va a costar convencer de que es un activo válido para el proyecto del ascenso a Primera.

Sobre Ale García, a pesar de ser el pichichi de la temporada, al igual que Benito Ramírez –ambos con dos tantos en el verano–, el tiempo corrió en su contra. El punta saltó al terreno de juego en el 85’ y ni tan siquiera entró en contacto con el cuero.

Mientras que el aldeano tampoco supo relacionarse con la diosa Caissa, esquiva con el Cohete cuando no miró en la dirección del pase que le estaba brindando Viera dentro del área para dejarle en una posición inmejorable para encañonar a Cristian Álvarez.

Queda trabajo por delante. Pimienta airea que lo que tenga que venir en el mercado sea para mejorar «lo que ya hay», tarea no muy complicada en la delantera en función del rendimiento actual.

Que la temporada no vuelva a quedarse en manos de las genialidades de Viera, por mucho «Messi canario» que sea. La religión de la posesión del balón es el camino que ya ha resultado efectivo. Sin embargo, falta determinación. Que no todo sea serendipia.

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