Hay pocos hombres de club como Benito Ramírez. Como a todo el que no es titular indiscutible le gustaría jugar más, pero asume su rol en el equipo con entereza sabedor de que en algún momento va a disfrutar de más minutos y de que tendrá un mayor protagonismo. De momento ha participado en los cinco partidos hasta ahora, siempre desde el banquillo, lugar desde el que a priori partirá también el domingo que viene (17.30 horas) en Santander, lugar donde dejó su sello hace tres temporadas.

Fue el 19 de enero de 2020, poco antes de la pandemia de coronavirus que paró el fútbol y la vida. La UD de Pepe Mel acudía a El Sardinero para medirse con el entonces colista, el Racing, que ese curso terminaría por descender de categoría. Después de un mal partido en general, Benito colocó el balón en una escuadra de la meta cántabra en la última acción del encuentro, en el minuto 91. El punto no fue demasiado botín para Las Palmas, que acusaba la vuelta reciente de Jonathan Viera a China, pero al menos valió para no perder. 

Era el quinto partido sin ganar y luego estuvo sin hacerlo ocho más. En total, 13 jornadas, la última de ellas ya tras la reanudación de la competición en julio, en las que el equipo dilapidó todas sus opciones de jugar el playoff.

Transformación

Aquella UD era muy distinta a la de ahora; basta con recordar la alineación: Valles; Álex Suárez, Mantovani, Aythami, De la Bella; Javi Castellano, Fabio; Benito, Pedri, Aridai; y Pekhart. Luego entrarían Srnic, Kirian y Rubén Castro. Más allá de los nombres, entre los que sólo el portero y el hoy lateral derecho continúan como titulares, el equipo amarillo, sin Viera, no tenía una identidad.

Hoy la tiene y Benito forma parte de ella con un papel de jugador rápido y desequilibrante para los minutos finales de los encuentros, o por lo menos así lo ha utilizado Xavi García Pimienta en las cinco jornadas que se han disputado hasta el momento.

El viernes pasado, frente al Andorra, fue un torbellino por la banda izquierda. En asociación directa con su amigo Jonathan Viera, Las Palmas controló más el choque y si no marcó algún gol más fue por la falta de precisión en los pases finales. La sensación, en cualquier caso, era de un peligro constante en cada contraataque.

Liberado del cartel de lateral izquierdo suplente de Sergi Cardona, Benito vuelve a sentirse extremo y aunque sabe que ahí tiene una mayor competencia, rinde mejor. Y ahora adonde una vez fue héroe: a Santander.