Llegó el día de la autocrítica. Primer tirón de orejas de Xavi García Pimienta a sus jugadores como consecuencia de la autoexigencia de ser uno de los equipos punteros de la categoría. La sensación de haber desaprovechado la oportunidad de sumar tres puntos en su visita a El Sardinero después de que el Racing de Santander se quedara con un jugador menos por la expulsión de Pombo en el minuto 41 se dejó entrever en las palabras del míster de la UD. "Debimos acosar mucho más al rival en la segunda parte", resaltó en cuanto a la falta de mordiente de sus jugadores, que se abrazaron a la creencia de que la victoria caería como fruta madura de su árbol.

Cayó en el pecado de la autocomplacencia Las Palmas y eso al míster no le gustó. Airadamente contrariado desde su hábitat delante del banquillo, a Pimienta se le veía ordenar a sus jugadores que hicieran el campo más grande. "Les he insistido en que jugaran por fuera y les puedo recriminar que teníamos que haber tenido un poquito más de velocidad en la circulación", subrayó el estratega, que además cree que el equipo se "precipitó en ciertos momentos".

En cuanto a las dos lecturas que se pueden hacer del encuentro, la primera en la que la UD sufrió durante los 20 primeros minutos, y la segunda desde que se hizo con el control del balón, Pimienta admitió que su equipo no supo entender la ventaja sobre el terreno de juego que le ofreció el devenir de la expulsión de Pombo. "Hay dos partidos. Uno hasta la expulsión y otro en esos 20 primeros minutos. Ellos han tenido sus opciones en ese arranque pero después dominamos el encuentro. Provocamos lo que pensábamos que tenía que pasar desde el principio y ya la segunda parte es totalmente nuestra", insistió.

Sobre la decisión de haber dejado sentado en el banquillo a Alberto Moleiro, García Pimienta explicó su estrategia en función de la presencia de Jonathan Viera sobre el campo. La semana pasada Jony solo participó 30 minutos y queríamos ser progresivos con él. Queríamos correr con balón y no sin él, por lo que teníamos previsto cambiarle en el minuto 60 y que Moleiro acabase el partido con esa intensidad", indicó sobre su la gestión del partido, aunque dado el cerrojazo que planteó Fernández Romo, el entrenador tuvo que variar con su plan inicial: "Al final hemos acabado con toda la artillería", sentenció.