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Miranda, lugar de tránsito

El rival de la UD presenta hasta 19 caras nuevas el presente curso con respecto al anterior | Pablo Infante, la última gran referencia

Pablo Infante, legendario exjugador del CD Mirandés, en su despacho del Ayuntamiento de Burgos. La Provincia

En los últimos años, el CD Mirandés ha sido el reflejo de los que es la ciudad, un lugar de tránsito. La plantilla actual la conforman hasta 19 jugadores nuevos. La última gran referencia del cuadro burgalés es Pablo Infante, hoy funcionario en Burgos, y héroe del equipo que llegó a las semis de Copa en 2012.

En la ruta Madrid-Bilbao, Bilbao-Madrid, en la forma más rápida, hay que pasar por Miranda de Ebro. También si uno quiere llegar desde la capital vizcaína hasta Logroño, y viceversa, o desde Vitoria hasta la capital de España y también en sentido contrario lo antes posible. Es una ciudad cuya mayor belleza está en un pequeño castillo inacabado y en su río, y antiguamente daba trabajo a muchas personas en su fábrica de papel, hoy fuera de uso. Sin grandes atractivos, siempre ha sido considerado un lugar de tránsito. Su equipo de fútbol ha adquirido tal condición en los últimos tiempos. Porque el CD Mirandés lava de cara temporada tras temporada.

Del curso pasado al presente el club burgalés cuenta con 19 jugadores nuevos, la mayoría de ellos llegados con la carta de libertad bajo el brazo o cedidos por otros equipos. El club no gasta y con esa política ha sobrevivido en Segunda las últimas cuatro campañas: aprovecharse de jugadores jóvenes y con hambre para conseguir el objetivo anual, salvarse.

Así, jugadores como Rodrigo Riquelme o Sergio Camello, cedidos por el Atlético de Madrid el año pasado, dieron el salto a Primera tras pasar por Anduva. El primero está ahora a préstamo en el Girona; el segundo, que marcó 15 goles en el Rayo Vallecano. Pero no han sido los únicos. También el entrenador Andoni Iraola, hoy en el conjunto vallecano, se sirvió de la catapulta que le brindó el Mirandés para dirigir en lo más alto.

«Permanecer nueve años en un club no es lo normal hoy», señala el exjugador, funcionario en su Burgos natal

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Sin embargo, hasta hace no mucho el equipo tenía referencias, sobre todo una, Pablo Infante, héroe de aquel grupo que en 2012 alcanzó las semifinales de la Copa del Rey tras haber eliminado al Villarreal, al Racing y al Espanyol cuando militaba en Segunda B su máxima categoría hasta entonces.

«Hoy permanecer nueve años en un club no es lo normal. Esa política que había antaño no se da por las circunstancias del mercado, pero bueno, el Mirandés es un club que es parte de mí y haga lo que haga lo tendré siempre en el corazón», comenta el exjugador.

Tras retirarse del fútbol en 2016 después de dos cursos en la Ponferradina, decidió no volver al banco en el que había pedido una excedencia para poder jugar y se sacó una oposición. Hoy trabaja felizmente en el ayuntamiento de su Burgos natal, y recuerda que la UD lo pasó mal la única vez que se cruzaron en Anduva «La grada cambió, pero sí es verdad que no se le da bien».

En aquel abril de 2014 Pablo Infante marcó uno de los dos goles que tumbaron a Las Palmas (2-1), Entonces el Mirandés era menos de tránsito.

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