La UD devora registros. Valdrán para poco si el equipo se desploma, cuestión impensable por el devenir de las 12 primeras jornadas del campeonato, pero sirven como referencia de que algo grande se cuece en la familia amarilla. Las Palmas suma y sigue y parece no tener límites, porque acumula ya varios récords históricos en Segunda y cada jornada que pasa ofrece algo más.

El domingo, por ejemplo, fue una victoria en el último suspiro, de las que más saben. Cuando el choque se dirigía hacia su final con el empate a cero en el marcador, una genialidad de Vitolo continuada por Benito y finalizada por Jonathan Viera deshizo un entuerto que habría llevado al cuadro amarillo a un nuevo empate sin goles en casa –como sucedió frente al Ibiza– cuando había dominado por completo, con mayor o menor acierto en su forma de desenvolverse en la superioridad manifiesta en el juego.

Gracias a ese gol en el minuto 92 la UD aumentó una jornada más su récord de partidos invicto en un arranque de Liga: 12. Nadie ha sabido meter mano a un grupo cuya mayor virtud hasta ahora ha sido su capacidad para no sufrir. Nadie le agobia, casi nadie le creo oportunidades y eso es un pequeño triunfo con el que sale a jugar cada semana. En fase regular, el total de encuentros sin perder asciende a 23, algo impensable en los amarillos en los últimos tiempos. Es trampa, porque Las Palmas cayó en los dos partidos más importantes que tuvo entre temporada y temporada, los del playoff ante el Tenerife, pero habla de un conjunto al que es muy difícil ganar.

Y también batir, porque si bien el ataque de la UD suele tener garantía de éxito, la defensa ha experimentado la mayor de las transformaciones del equipo. En este sentido, los de Xavi García Pimienta, arquitecto del equipo llamado a luchar por el ascenso a Primera, acumulan dos récords más.

Infranqueable

Por un lado, sólo ha encajado cuatro goles en las 12 primeras jornadas, lo nunca visto en los 73 años de historia de la entidad amarilla, ni mucho menos en las últimas décadas, cuando la cifra de tantos recibidos, muchas veces de manera surrealista, lastraba un buen trabajo general. Del total, un equipo, el CD Mirandés, fue capaz de meterle tres de una tacada; el otro se lo había marcado antes el Deportivo Alavés.

Por otro, Álvaro Valles, el portero titular que renovó el verano pasado gracias fundamentalmente a la insistencia del técnico, que valora sobre todo la capacidad del sevillano para jugar el balón con los pies, suma ya 10 porterías a cero. Algo increíble en la UD de hace no mucho, cuando contaba ya con uno si no dos goles en contra de antemano.

El mérito, además del guardameta, es del bloque en su conjunto, pero Las Palmas casi no padece. Con el refuerzo del lateral derecho gracias a la inclusión de Álex Suárez, que mejora a Lemos en la parcela defensiva, el progreso de un sensacional Sergi Cardona por la izquierda y el muro que supone Mfulu por delante de los centrales, el cuadro isleño es prácticamente infranqueable.

También influyen la presión que ejercen los delanteros y los interiores, y el hecho de mantener la posesión del balón la mayor parte del tiempo sin que sea ya una condición sine qua non, porque este nuevo equipo ha aprendido también a dominar varios registros más allá del de la tenencia de la pelota porque sí. Todo ello, en definitiva, gracias al sello de García Pimienta, que ha convencido a todos. Y luego, por supuesto, están los jugadores, con Viera al frente.

Por todo ello la UD también registra el mejor arranque histórico en Segunda. Al margen de las 12 jornadas sin perder, nunca antes había iniciado el campeonato con tantos puntos, ni siquiera en los seis ascensos a Primera. El balance de siete victorias, cinco empates y ninguna derrota jamás se había dado en el club.

En la primera temporada de la entidad, la 1950-51, el registro fue de siete triunfos y cinco derrotas. En la 1953-54, de seis victorias, tres empates y tres derrotas, mismo balance que en la 1963-64. Más recientemente, la UD de Roque Olsen, en la 1984-85, obtuvo los mismos siete triunfos que ahora, pero con cuatro igualadas y una caída, tal y como hiciera el equipo de Paco Herrera en la 2014-15. Sólo el grupo de Sergio Kresic en el ascenso de la 1999-2000 ganó un duelo más, ocho, pero empató uno y perdió tres.

Lo único que la UD de García Pimienta empeora con respecto a todos los equipos anteriores que ascendieron es el número de goles a favor, 16, cuestión que solventa con la solidez detrás. Y así llega Las Palmas finales de octubre, con un vuelo que no conoce límites.