La sonrisa de Kirian Rodríguez es un bidón de gasolina motivacional. Su lucha contra el cáncer está presente en cada gota de sudor de la UD, en cada lienzo de épica como el acontecido el 26-N. Koraje es un GPS de última generación a Primera y juega un rol clave en la buena marcha del plantel de Pimienta. En busca del ascenso con la presencia espiritual del ‘20’ –dorsal que lucía el centrocampista e interior de Candelaria en la pasada campaña y con el batió al Tenerife en el Heliodoro para acabar con una maldición de 21 años–.

El pasado sábado, en el clásico del Archipiélago de las cuentas pendientes y la venganza, Kirian Rodríguez le hizo entrega a Jonathan Viera del trofeo de LaLiga al Mejor Jugador de octubre. El atacante de 26 años, que ya ha superado las seis sesiones de quimioterapia dentro del tratamiento contra el linfoma de Hodgkin, lucha por recuperar su ficha federativo en el próximo mercado.

Kirian, junto al resto del plantel, en el acto ya de liturgia con el sector de Naciente tras batir al Tenerife. LA PROVINCIA / DLP

El sector Pejiño 

Fue el derbi de Kirian Rodríguez. Saludo al rapero Quevedo y guiños continuos desde la grada. Con 100 partidos de amarillo, el mediocentro encadena 117 días luchando contra un monstruo llamado cáncer. Va ganando por goleada. El tifo de la Federación de Peñas de la UD Las Palmas fue otro homenaje al ‘20’. Un Kirian con letras azules inundó todo el graderío de Sur, de izquierda a derecha salvo el quesito de los 690 fieles del Tenerife.

La alegría de Vitolo y Moleiro, en primer término. Detrás, Kirian. JOSÉ CARLOS GUERRA

Esa mancha blanquiazul ha sido bautizado como el sector Pejiño. En una noche para enmarcar, que elevó a los altares a Pimienta, Kirian se llevó decenas de ovaciones. En el minuto 20 del pulso, 60 segundos de reconocimiento. Van nueve partidos, los nueve de local de un equipo y un sentimiento que comparte cada minuto de la recuperación de Koraje. De la quimio al gimnasio y al estadio. Pero había más.

Kirian Rodríguez, antes de la disputa del derbi, recibe de Miguel Concepción, presidente del Tenerife, una camiseta del club chicharrero dedicada. LA PROVINCIA / DLP

Al término de la contienda, en esa liturgia de intercambio de arengas con Ultra Naciente, Kirian dejó otra imagen de impacto. Un nuevo guiño a su corazón gigante.  Aclamado por sus compañeros, se dirigió a éstos con su impronta de humildad. Con los brazos al cielo, desafiando a la muerte, bailando con la vida. La entereza del ‘20’ no deja de sorprender a un vestuario sensibilizado. La mirada de Viera -imagen de la izquierda- lo dice. Así como la sonrisa de Vitolo.

Viera recibe de Kirian el trofeo de Mejor Jugador de octubre de LaLiga. LA PROVINCIA / DLP

Ejemplo vital

La importancia del trabajo del coach Richi queda en un segundo plano. La luz de Kirian es la que ilumina a un vestuario acostumbrado a latir al filo del abismo. El tinerfeño se ejercita en el gimnasio y ha completado sesiones de carrera en el campo David García de la ciudad deportiva de Barranco Seco. Un rutómetro que vale de ejemplo vital.

«Nos enseña cada día, viene con una sonrisa y se marcha igual. Cada punto, cada balón que recuperamo es para él. Se lo merece todo, es una luz. Viene y nos ilumina», valora una fuente de la caseta. En esa cámara acorazada, aguarda un héroe sin dorsal. A la espera de la ficha, este Tarzán del coraje está obligado a marcar el gol del ascenso y cerrar el círculo. El reto de Kirian es vivir y convertirse en el Araujo de 2022. Un gol a la muerte. En el escudo de la UD, hay un manual para la vida.