Los gladiadores del silencio

Álex Suárez, Eric Curbelo, Saúl Coco, Sergi Cardona y Fabio rompen el cascarón con brillantez | La UD fue el Brasil del oficio

El meta Álex Domínguez abraza a Sergi Cardona, tras el pitido final del pulso.  | | LOF

El meta Álex Domínguez abraza a Sergi Cardona, tras el pitido final del pulso. | | LOF / Paco Cabrera

Paco Cabrera

Paco Cabrera

Detrás de la partitura preciosista de Pimienta, emana un grupo de artesanos del padecimiento. Gregarios y soldados de la modestia. La formación amarilla lleva once jornadas con la portería a cero. Carecen de la fama de Quevedo. Pero en el cuerpo a cuerpo, son diabólicos. Los Rolling Stones de la causa pío pío.

El arte del oficio. Industria del caño y siderurgia de la contención salvaje. Unión Deportiva Las Palmas equilibrio. El Brasil del pragmatismo sienta cátedra en El Molinón. Firma de líder. Con once faltas cometidas –por las 18 del Sporting–, la UD Las Palmas brindó un ejercicio impecable de rigor defensivo (0-1) para desquiciar al enemigo.Christian Rivera agarró de la bota a Pejiño (57’) y Carlos Izquierdoz (94’) focalizó toda su frustración en Vitolo. Lo arrolló como si fuese un camión de mudanzas. La penetración de Sergi Cardona (26’) activó el caos en la torre de control de Cuéllar. Con la única llegada de peligro de Fabio González, la partitura de Pimienta construyó de la nada un imperio del sacrificio. La fe del intratable. Maratonianos de la perfección. El estilo del invencible.

El bloque grancanario contabiliza cuatro victorias foráneas en la primera vuelta tras tomar La Rosaleda (0-4), Anxo Carro (0-1), El Toralín (0-1) y El Molinón (0-1). En las tres últimas contiendas, defendiendo el tanteador a favor durante un total de 161 minutos.

A los disparos de Álvaro Jiménez y el travesaño de Alberto Moleiro, cabe añadir un trabajo exquisito de la retaguardia. Los que no salen en la foto se ganaron el jornal. El meta Álex Domínguez se multiplicó bajo la agonía. Combinó desaciertos con manos de oro.

Zarfino, Cristo González y Milovanovic se estrellaron ante el ímpetu del número uno. Con ocho remates del bloque gijonés, el arquero catalán superó sin excesivas complicaciones una nueva prueba de fuego. Le puso algo de emoción. Van tres. Cumplió ante Levante y careció de trabajo ante el Tenerife –el misil de Dauda llegó en el 91’ ante la pasividad del zaguero Sidnei en el derbi–.

El número y el caché de las ausencias elevan el mérito. Toneladas de epítetos para Pimienta. Ha logrado convertir a la UD en un equipo indescifrable, difícil de meter mano. El citado Álvaro Valles, clave en el inicio récord de las primeras doce jornadas –tramo en el que la UD se mantuvo invicta con siete victorias y cinco empates–, Sandro Ramírez, la gran apuesta económica de la entidad tras abonar 500.000 euros por su cesión, Jonathan Viera, el mejor de la categoría, Nuku Mfulu, un pivote de bandera de LaLiga, y Benito Ramírez, pura dinamita, estaban fuera de combate.

Timonero de Ingenio

El papel de Álex Suárez en el campeonato ha superado las expectativas. Siempre en silencio. El central de Tamaraceite desplazó a Álvaro Lemos y a Marvin Park desde el primer kilómetro de LaLiga. La naturalidad de sepultar los debates. Tapona, avanza y emuló a Dunga. Abrió las aguas y superó la medular con una facilidad pasmosa. Saúl Coco y Eric Curbelo, con el paso de las jornadas, ya son el clon perfecto de David García Santana y Aythami Artiles Oliva. La dupla del ascenso del 21-J de 2015 tiene continuidad en este espíritu de compenetración. Van once duelos ligueros con portería a cero.

Sergi Cardona, autor intelectual del 0-1, es otro rostro que sale fortalecido. Esa línea de cuatro tiene pasado en Las Palmas Atlético. Fabio González pone el broche de oro a este trabajo oscuro. En el mismo escenario donde estrelló un balón en el larguero, completó una actuación de matrícula. De las más completas de su periplo de amarillo. Atento al corte, generoso y ajeno a las estridencias.

También con paso por la factoría del Anexo y sin el calor de las ovaciones. Con Enzo Loiodice y Alberto Moleiro de interiores, el de Ingenio tuvo que sostener toda la estructura mecánica. Dio batalla al melancólico Christian Rivera. Todo funciona con una pulcritud y sincronización de campeón. Siete jornadas como primero, seis de segundo y 17 en zona de playoff. Síntomas contundentes de la eficacia de Pimienta y su nómina de gladiadores. En especial, los del silencio. Nadie es indiscutible.

La copia tropical del Brasil más pragmático exige concentración. Una combinación de talento con musculatura. Convertir lo áspero en un Velázquez es la última ocurrencia de Pimienta. Ganar 0-1 tiene truco. Exige pegada y disciplina. La aparición de Vitolo para retener el cuero eleva la cuota emotiva. Un escudo que madura y pone la pica en el templo de sidra.

Suscríbete para seguir leyendo