El valor de lo invisible

Fabio González completa ante el Sporting una de sus mejores actuaciones como profesional | Representa el trabajo silencioso

Fabio González sale al cruce de Zarfino ante la presencia de Curbelo en el Sporting-UD del sábado. | | LALIGA

Fabio González sale al cruce de Zarfino ante la presencia de Curbelo en el Sporting-UD del sábado. | | LALIGA / P. Fuentes

Hay jugadores que no llaman la atención, pero cuya presencia eleva a un equipo. Su labor es más oscura que colorida, sin embargo, es igual de esencial para el grupo. En esa categoría de futbolistas se encuentra Fabio González, que en su cuarta temporada completa en la UD Las Palmas ha alcanzado la madurez en el campo. En febrero cumplirá 26 años y ya es capitán. Portó el brazalete por primera vez desde el inicio el sábado pasado frente al Real Sporting de Gijón (0-1) y seguramente fue el mejor dentro de una obre colectiva llena de autoridad y solvencia.

Volvió a jugar donde más lo ha hecho como profesional, en el puesto de mediocentro, porque Mfulu, el titular habitual, estaba sancionado. Su actuación no tuvo deslices. Sin complicarse la vida, pero sin caer en lo banal, movió el balón con criterio, estuvo bien colocado siempre y, lo que es mejor, tomó en cada acción la mejor de las decisiones. Pura madurez alcanzada después de años de trabajo que, por otro lado, también le han valido para ser un referente de sus compañeros dentro y fuera del vestuario.

Por eso fue elegido como uno de los cuatro capitanes y por el mismo motivo no pondrá una mala cara si no juega. Venía de hacerlo más bien poco en los últimos tiempos. De hecho, hasta el derbi sólo había participado durante los primeros 45 minutos de Huesca en los cinco encuentros anteriores.

Lo hizo como interior, una posición que no le es extraña pero en la que quizá no deslumbra tanto por sus características. Xavi García Pimienta le ha utilizado ahí en la gran mayoría de partidos en los que ha actuado, fundamentalmente para aportar equilibrio y posesión de balón en situaciones en las que el equipo iba en ventaja, como frente al CD Tenerife. Sin embargo, como pivote único destacó más, y desde el principio.

Fabio sólo ha jugado ahí cuando Mfulu no ha estado, como en Santander o en algún momento concreto de otros choques. Ahora tiene un nuevo rol en el que el entrenador le considera más polivalente, válido para unas funciones u otras.

Manolo Márquez

El asentamiento de Fabio en el primer equipo de la UD no fue sencillo. Le costó varias pretemporadas incorporarse definitivamente a la dinámica. El técnico que le llevó a su debut fue Manolo Márquez, con el que jugó siempre en el filial el curso del ascenso a la extinta Segunda B y que luego le subió cuando el catalán tomó las riendas tras la renuncia del club a contratar a Roberto De Zerbi. Una temporada para olvidar.

Para Fabio, sin embargo, permanecerá siempre en su recuerdo. Jugó contra el Atlético de Madrid en la segunda jornada (1-5) y luego desapareció: regresó a Las Palmas Atlético. El curso siguiente, con la UD en Segunda, participó en un par de encuentros con Manolo Jiménez al mando y no regresó al primer equipo hasta los dos últimos compromisos, ya con Pepe Mel en el banquillo. Hasta que por fin la temporada siguiente se hizo con un hueco. A la tercera. Y hoy es un puntal en la sombra. Representa el valor de lo invisible.

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