La marea amarilla se hace notar en el entrenamiento de la UD

Cientos de aficionados se acercaron al feudo amarillo para ver el entrenamiento a puerta abierta

La UD Las Palmas se entrena a puerta abierta ante sus aficionados en el Estadio de Gran Canaria

Jorge García Peña

Varios centenares de aficionados aprovecharon el día festivo para acudir al Estadio Gran Canaria para ver el entrenamiento de la UD. Niñas y niños sintieron por un día la cercanía de sus ídolos.

La ilusión por la UD Las Palmas está poco a poco alcanzando cotas que hacía tiempo que no se observaban. A la iniciativa del club de abrir ayer las puertas del Estadio de Gran Canaria para que los seguidores pudiesen ver el entrenamiento respondía la hinchada con una gran afluencia.

Cientos de aficionados madrugaron porque querían ver a sus ídolos de cerca. «La ilusión es tan grande que nos vinimos pronto y ya aprovechamos para desayunar un chocolate con churros», relataba una familia. Los más ilusionados de todos, las niñas y los niños que portaban la elástica amarilla con el reto de conseguir un autógrafo para el recuerdo. Otros aprovecharon para comprar en la tienda oficial artículos donde recibir la firma, desde fotos, postales o banderas, hasta las propias camisetas de partido.

Día de la Inmaculada Concepción

Con motivo de la celebración de una fecha festiva como la de ayer, las gradas amarillas del sector de Tribuna se abarrotaban desde que se abrían las puertas del recinto. Los primeros en entrar, familiares con niños, que salían corriendo a velocidades supersónicas para situarse lo más cerca posible del césped.

La trayectoria impecable de esta UD Las Palmas, líder en solitario de la Liga Smartbank, ha conseguido que reviva un furor que hacía tiempo que no veía en torno al equipillo. Ayer se daba otro pasito más para continuar abonando el sentimiento de los más jóvenes por estos colores. 

El clímax de la jornada matutina llegaba cuando los jugadores saltaron al césped. El entrenador, García Pimienta, y Pejiño fueron los primeros en ver el ambientazo que había en el Estadio de Gran Canaria. La grada respondía con un sonoro aplauso de bienvenida al equipo, acompañado por los gritos de los niños que querían que sus jugadores predilectos les saludaran. 

Un padre y su hija muestran su bandera, recién comprada, firmada por Viera, Valles, Sandro y Marvin

Un padre y su hija muestran su bandera, recién comprada, firmada por Viera, Valles, Sandro y Marvin / Jorge García Peña

Mfulu y el mencionado Pejiño eran los más reclamados por los jóvenes. Sin embargo, un par de minutos más tarde, todo cambió. Salía Jonathan Viera del túnel de vestuarios y la ovación atronaba. Todos querían un pedacito del Mago de La Feria para el recuerdo. Prácticamente se olvidaba el verdadero motivo de la cita, ver entrenar a los profesionales. Álvaro Valles, Sandro y posteriormente Marvin también aprovecharon para darse su particular baño de masas.

La inmensa alegría juvenil

Las sonrisas de los más pequeños transmitían felicidad a los mayores. Sus camisetas, balones o bufandas se habían llenado de garabatos en tiempo récord. Daniel Santana, de solo ocho años,  se mostraba contentísimo por su botín: los autógrafos de Jonathan Viera, Sandro y Valles, pero estaba decepcionado porque le faltaba el de Marvin. «Otra vez será», dijo resignado. Además, transmitía su poder como amuleto de la UD: «Todas las veces que he venido al estadio ha ganado Las Palmas, contra el Granada y contra el Leganés. No sé si podré venir el domingo con el Albacete, por eso ya les doy mi suerte hoy -por ayer- estando aquí». 

Una vez finalizaba el entrenamiento, todos los jugadores se acercaron para hacer más preciados con su firma las fotos, camisetas y bufandas que se les ofrecían. Salvo Saúl Coco, que tuvo que atender a los medios de comunicación en la sala de prensa, y García Pimienta, todos los futbolistas emplearon más de una hora en complacer las peticiones de hinchas como Héctor y Aiden, ambos de 12 años. 

Los dos disfrutan de su último año como alevines compartiendo delantera. Aiden nos reconocía que había acudido al Estadio de Gran Canaria «para conseguir una foto y un autógrafo de mi jugador favorito, Marc Cardona; me gustaría marcar muchos goles como él». Por su parte, Héctor era más ambicioso, quería tener la firma de todos los integrantes de la primera plantilla al completo.

Vitolo se saca una foto con un joven aficionado

Vitolo se saca una foto con un joven aficionado / J.C. Guerra

La curiosa anécdota de la mañana

Otro aficionado amarillo, este de nombre David, adquirió una camiseta de Las Palmas antes de entrar al recinto. La sacó de la bolsa nada más llegar a ras del césped. Logró el objetivo, conseguir el autógrafo de la mayoría de jugadores posibles para mandársela a sus niños, que residen en Lanzarote. «Estoy muy contento de haberlo logrado. Tuve que esperar bastante tiempo, pero estoy seguro de que habrá valido la pena», aseguraba. 

Una vez más, la afición de la UD Las Palmas volvía a dar otro ejemplo de entrega y pasión por los colores amarillos. Agradecieron la cercanía mostrada por los jugadores, a lo que les desearon toda la suerte para el duelo del domingo (20.00 horas) en el propio Estadio de Gran Canaria; el adversario, el Albacete.

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