La UD Las Palmas recupera la solidez como pilar adjunto al juego ofensivo

Tras cinco partidos consecutivos en los que encajó, el equipo vuelve a poner el candado

Álex Domínguez, portero de la UD, con el balón en las manos durante el partido frente al Oviedo en el Tartiere. | | IRMA COLLÍN

Álex Domínguez, portero de la UD, con el balón en las manos durante el partido frente al Oviedo en el Tartiere. | | IRMA COLLÍN / Pablo Fuentes

En el primer partido de ceguera ofensiva, apareció la solidez. En realidad está a la vista desde la primera jornada del campeonato, pero el martes pasado en el Carlos Tartiere se hizo notar más si cabe porque por primera vez la UD Las Palmas fue inferior a un rival en el cómputo global del encuentro. No es que fuera apabullada, pero sí superada por un Real Oviedo que le ganó no sólo en intensidad, sino también en el juego, tal y como reconoció el propio Xavi García Pimienta a la conclusión del encuentro. En su afán por dotar al equipo de mayores registros que la mera posesión de la pelota, el técnico ha logrado que el amarillo sea, por fin, un conjunto al que cuesta un mundo hacer un gol.

Los factores son diversos, desde un modelo de juego ya asentado y asumido por los contrincantes que hace prevalecer la parcela ofensiva a través del movimiento rápido del balón, lo que implica que el esférico pasa poco tiempo por las inmediaciones del área amarilla, hasta el gran momento de forma de los jugadores que componen la retaguardia. La línea sale del tirón: Álex Suárez, Coco, Curbelo y Sergi Cardona, y eso también es una ventaja por la confianza que adquieren los protagonistas. Están a un nivel altísimo, elevados seguramente por un entrenador que hace mejores a los futbolistas. Tal circunstancia es ya una evidencia.

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  • La UD Las Palmas es el mejor equipo de Segunda fuera de casa en las primeras 19 jornadas. Ha sumado 17 puntos, producto de cuatro victorias y un empate. Sólo perdió en Huesca.

Pero no sólo es una cuestión de nombres, sino de sistema y de idea de juego. La labor de presión que realizan los centrocampistas y los atacantes hace que Las Palmas recupere pronto la pelota en su objetivo por mirar más hacia la portería contraria. De alguna manera, el catalán ha conseguido elaborar una máquina gracias a la cual la UD no sufre, o por lo menos no lo había hecho hasta la cita del Carlos Tartiere.

Resistencia

No padeció en exceso, pero sí vio como el Oviedo le metió en su área sobre todo en el tramo final, cuando los amarillos jugaban ya con uno menos por la expulsión de Loiodice en el minuto 78, pero antes también habían sido acosados por los azulones en alguna fase del choque. En ese momento, la UD apretó los dientes y demostró que también sabe resistir. Un gol del conjunto local no habría cambiado tal percepción porque en líneas generales la zaga se mostró muy sólida.

También contribuyó un invitado inesperado hasta hace unas cuantas semanas, Álex Domínguez, el mejor de los amarillos en el Tartiere con un par de paradas salvadoras. Venía de una actuación irregular en Gijón, donde falló de manera estrepitosa en un par de salidas, aunque arregló la situación con una parada espectacular a un cabezazo de Gragera en el descuento, y se rehizo unos kilómetros más al sur con un partido sobrio y sin fallos.

Domínguez se suma a la fortaleza; el equipo es el segundo que menos encaja y no ha recibido en 12

A Álvaro Valles se le espera para principios de año tras su operación de menisco –se lesionó al lanzarse en un entrenamiento– y cabría la posibilidad de que García Pimienta se planteara el debate en la portería, aunque su favorito es el sevillano por su mejor manejo del balón con los pies. En cualquier caso, si el catalán continúa con su progresión se lo pondrá muy difícil al entrenador.

Porque con uno y otro la UD Las Palmas mantiene su solidez, el cerrojo en su portería. El dato es demoledor: de los 19 partidos que ha jugado hasta el momento sólo ha recibido goles en siete, lo que significa que en los otros 12 se marchó con el cero en el casillero de tantos en contra. Los equipos que fueron capaces de meterle mano fueron el Alavés, el Mirandés –tres–, el Huesca, el Burgos –dos–, el Eibar, el Levante y el Tenerife.

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  • El cuadro amarillo es el segundo equipo que menos goles ha encajado, con 10, sólo superado por el Burgos, que ha recibido siete, con un partido menos. Sólo siete equipos le marcaron.

Después de cinco encuentros consecutivos en los que encajó, en coincidencia con el pero momento de la temporada, los amarillos volvieron a poner el cerrojo en su periplo asturiano. La expedición regresó ayer a la Isla –vía Madrid– con cuatro puntos y el cero en su portería, por lo que recuperaron uno de los sellos que le habían hecho triunfar en el primer tramo del curso. El mensaje es tan obvio como realista: si Las Palmas no encaja, tiene mucho ganado.

Avales

Transcurridas 19 jornadas, es el segundo equipo menos goleado de la categoría, con 10 tanto, sólo superado por el Burgos –siete–, al que le falta un partido –recibe hoy al Eibar–. Cabe recordar que el primer tanto lo recibió en la cuarta jornada, en Mendizorroza, y que luego sumó otros tres encuentros sin que nadie pudiera meterle mano. Son, al fin y al cabo, números que ayudan a explicar por que la UD es líder de la categoría –si el Burgos no gana, continuará en la primera plaza–.

El sistema defensivo y el gran momento de Suárez, Coco, Curbelo y Sergi, claves del liderato

La mejora del equipo amarillo en cuanto al número de goles encajados a estas alturas supone un cambio radical con respecto a las temporadas anteriores. Si se pone el foco únicamente en las campañas que siguieron al último descenso de categoría, que sucedió en 2018, los datos son escalofriantes: a la conclusión de la decimonovena jornada había recibido 25 tantos en la 2018-19, con Manolo Jiménez y Paco Herrera en el banquillo; 23 en la 2019-20, 25 en la 2021-21 y 24 en la 2021-22, las últimas tres con Pepe Mel al mando.

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  • Las Palmas ha mantenido su portería a cero en 12 de los 19 partidos hasta ahora. Sólo el Alavés, el Mirandés, el Huesca, el Burgos, el Eibar, el Levante y el Tenerife lograron batirle.

Por si no fuera suficiente, basta con remontarse a los dos últimos ascensos de categoría de Las Palmas. En el curso 1999-2000, con Sergio Kresic como jefe del proyecto que habría de devolver al equipo a Primera, después de 19 partidos el equipo había recibido 20 goles. Sumaba 31 puntos y era quinto en la clasificación. Hace siete años, en el 2014-15, con Paco Herrera, había recibido 17 y era líder, con 39 unidades. Hoy la UD de García Pimienta sólo ha recogido el balón de su red 10 veces, también es líder y acumula 35 puntos.

Poderío como foráneo

No es el único registro que ha mejorado el cuadro amarillo en relación a los últimos tiempos recientes, ya que también ha conseguido superar la especie de maldición mediante la cual apenas ganaba partidos y puntuaba fuera de casa. Definitivamente no era una maldición, sino una incapacidad por deméritos propios. Tras la disputa de 19 encuentros, Las Palmas es el mejor equipo fuera de casa, con 17 puntos, sumados a través de cuatro victorias –Málaga, Lugo, Ponferradina y Sporting de Gijón– y cinco empates –Alavés, Racing de Santander, Mirandés, Levante y Oviedo–. Únicamente perdió en Huesca.

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