Nadie entiende lo que pasa en la Segunda División de la temporada 2022-23, por lo que, de la misma forma, nadie puede explicar por qué los cinco equipos que aspiran al ascenso directo a Primera suman ya dos meses de pérdidas de oportunidades para escaparse, alcanzar una de las dos primeras plazas o dejar atrás a sus rivales.

El último en pinchar, y de qué manera, fue el Levante, que no pasó del empate ayer ante un equipo descendido desde hace ya varias jornadas, el Ibiza: 0-0. Y ese resultado, imprevisto a todas luces –aunque no tanto por el devenir del campeonato–, significó muchas cosas, pero sobre todo varias muy importantes para la UD Las Palmasmantiene la segunda plaza, depende de sí misma para ascender por la vía directa y tiene la opción de hacerlo el próximo sábado (17.30 horas) en su cita con el FC Cartagena en el Municipal de Cartagonova.

Para que eso suceda, la combinación de resultados que tienen que darse es tan clara como difícil que se produzca: la UD tendría que ganar, el Alavés que perder y el Eibar y el Levante que perder o empatar. Si el cuadro amarillo venciera y al menos uno de los tres que le pisan los talones también ganara su encuentro, la posibilidad de subir directo quedaría emplazada a la última jornada, cuando Las Palmas recibirá al Deportivo Alavés en el Estadio de Gran Canaria en un duelo que apunta a ser de infarto entre dos aspirantes.