22-J, 21-J y ahora 27-M, la final del siglo con red: claves de un pulso de época con el botín de un ascenso

22-J, 21-J y ahora llega a las pantallas el 27-M. Una noche para engordar la leyenda. Eternidad o segunda oportunidad. Un matiz importante. Atributos para la épica en un cierre liguero de campanillas. No podía ser de otra manera en la liga de la taquicardia. La UD Las Palmas está a noventa minutos de su séptimo ascenso a la máxima categoría y se lo juega ante el Deportivo Alavés de Luis García Plaza. Adversario de órdago. Desde las 20.00 horas (#Vamos), se inicia la final del siglo. Una contienda de máximo riesgo, pero que en el peor de los escenarios brinda a los de Pimienta la vía del playoff como vía de consolación. El lleno está asegurado y será la tercera ocasión, en este curso, que el Gran Canaria luzca una mística de Primera. Ante el Tenerife, el pasado 26 de noviembre, acudieron 31.047 incondicionales. Y en la última contienda de local, con la visita del Villarreal B, 28.482 incondicionales en el partenón. Afluencias de equipos con recorrido en Europa. La capital del aliento.  

El 22-J fue una puñalada en el corazón. El horror del Cordobazo. Un Gran Canaria hasta la bandera (31.240) para presenciar la vuelta de la final del playoff que terminó de la peor manera posible (1-1). «En realidad fue un descenso, ya habíamos subido», valoró el presidente de la entidad grancanaria Miguel Ángel Ramírez. Apoño (48’) adelantó a los amarillos y Uli Dávila (91’) igualó la contienda con invasión de campo previa. El pulso se detuvo por el salto de decenas de fieles amarillos y en la reanudación, el caos se sumó a la rabia. Decepción y la vitamina mágica para volar 364 días después.  El 21-J fue un parto.

La conquista de los cielos con el tanto de Sergio Ezequiel Araujo (2-0) en el 83’. La chilena de Patalavaca de Aythami Artiles Oliva y un volcán entregado a la figura de Paco Herrera. En esa edición liguera, los isleños acabaron con 78 puntos en la cuarta plaza. Eliminaron al Valladolid y a luego al bloque maño, que contaba con figuras como el delantero Borja Bastón (22 goles), Willian José -que luego ficharía por la UD-, Bono, el grancanario Javi Álamo, Vallejo, Ruiz de Galarreta -que también acabaría vistiendo de amarillo- o Pedro.  

En la final del playoff de 2015, en Siete Palmas se colgó el cartel de ‘no hay billetes’. La afluencia quedó reducida a 28.232 espectadores por las obras para eliminar las pistas del recinto de Siete Palmas. Tres llenos, tres pasos de la guagua por Fondos de Segura y falta el veredicto del 27-M. La UD llega exultante, tras golear al Cartagena en el Municipal de Cartagonova (1-4) con un genial Enzo Loiodice. Vuelve el Viera imperial y Sandro Ramírez es una máquina de hacer goles. En las dos últimas jornadas, el mismo once. Pimienta abraza una partitura bíblica, que le puede catapultar al olimpo de los técnicos eternos. Quiere seguir los pasos de Sergio Kresic (2000) y del citado Herrera (2015).

De Valles a Kirian Rodríguez

¿Qué tiene de especial este campeonato? ¿Qué UD es mejor: la de 2015 o la de 2023? El capitán Jonathan Viera Ramos ya estableció una comparación con el plantel que besó la gloria y el actual. El Mesías puede hacer historia al besar su segundo vuelo a la máxima categoría de amarillo. No se da desde 1954. Más allá de que Pimienta repita once e imponga la lógica, la formación grancanaria es el mejor visitante (36 puntos) y el tercero máximo realizador. Pero por encima de todo, los de Pimienta son el menos batido de la categoría de plata tras 41 jornadas (solo 29 dianas). Es un dato demoledor. Con Herrera como responsable técnico, Las Palmas recibió 47 tantos, por los 50 en la 13-14. Y es que en la 99-00, con la coronación de Kresic -ascenso por la vía directa y campeón-, había encajado un total de 41 tantos. 

El primer aval que convierte a esta UD en el mejor equipo del siglo en Segunda es su solidez defensiva. Todos defienden.La aportación del sevillano Álvaro Valles ha sido crucial. El de La Rinconada renovó el pasado verano y es un producto Pimienta. Su excelente nivel técnico le permiten un control del cuero brutal. Al gran momento de forma del arquero, con propuestas de Primera (Osasuna y Real Valladolid), cabe añadir la explosión de Kirian Rodríguez. 

El tinerfeño superó un cáncer y encadena cuatro jornadas a un nivel altísimo. Fue crucial en la pasada temporada, al alinearse con Viera, para encadenar once jornadas sin besar la lona -nueve victorias y dos empates-. En el Cartagonova, participó en la acción del 1-2 al firmar un pase de oro a Pejiño. El extremo gaditano luego habilitó para Sandro Ramírez con uno de los detalles de la temporada.

Otro mosquetero del régimen del caviar es el central conejero Saúl Coco. Un zaguero inexpugnable. Rigor, corazón, compromiso y elegancia. El defensa más en forma de la UD. Enzo Loiodice es otra garantía en las labores de dirección. Sin Nuke, todo recae en calidad del galo y el citado Kirian. SR-9 es la pólvora y Moleiro siempre deja gotas de su perfume. Un cóctel perfecto. Pimienta dio con el once -a pesar de las bajas de Sidnei o Nuke Mfulu- y esta versión es la gourmet. Nadie puede con este equipo, que solo ha recibido tres derrotas de visitante -ante Huesca, Tenerife y Granada. 

La arenga del Mesías

«Falta un partido, ahora tenemos que estar más unidos que nunca. Todavía queda», valoró el capitán Jonathan Viera a la llegada del Aeropuerto de Gran Canaria -la madrugada del domingo- del vuelo chárter de Murcia. Discurso ajustado al marco emocional. La UD no lo tiene todo hecho, llega un Deportivo Alavés irreverente, que busca la gran campanada. Los de Luis García Plaza suman seis victorias de visitante: ante Leganés, Lugo, FC Andorra, CD Mirandés, Real Zaragoza y SD Huesca.   

Luis Rioja, diez tantos, es el máximo realizador. La principal amenaza. Viera contra el Alavés. Tras caer eliminado ante el Tenerife el pasado 4 de junio, fue didáctico. Encendió la luz. El Nostradamus del Lamborghini. «El próximo año lo volveremos a intentar, no fracasa el que se levanta y sigue luchando». Acertó de pleno. Recuperado de su dolencia muscular, gracias al trabajo del jefe del equipo de fisioterapeutas, Juan Naranjo, el ‘21’ está desatado. Siete tantos y a un solo paso de conquistar su segundo ascenso al Everest del balón. Pimienta, Valles, Coco, Kirian, Enzo y un capitán que se ilumina como el Cid Campeador. Elemenos de una UD invencible.